20 años de ‘Futurama’: su legado en las series actuales

Dos décadas después de su estreno en televisión, la aclamada serie futurista creada por Matt Groening sigue más viva que nunca. Las aventuras de Fry, Leela y Bender por el espacio han marcado un antes y un después en la narrativa de ficción y son muchas las series actuales que han incorporado algunos de los recursos que consiguieron  catapultar al éxito a los trabajadores del Planet Express. Analizamos cuáles se han ido consolidando con el paso del tiempo.

Un simpático y simplón repartidor de pizza llamado Philip Fry queda atrapado en una cápsula criogénica en 1999 y despierta durante el fin de año de 2999. Mil años después el mundo ya no es lo que Fry recordaba y robots, naves espaciales y criaturas alienígenas pueblan las calles en el futuro. Gracias a su pariente más cercano, el profesor Hubert Farnsworth, el viajero temporal consigue un nuevo trabajo en una empresa de reparto espacial en el que trabajará codo con codo con un equipo formado por una capitana cíclope y un robot alcohólico y malhablado, mientras intenta acostumbrarse a su nueva vida en el S.XXXI.

Así comienza Futurama (1999-2013), la famosa serie de animación creada por Matt Groening -conocidísimo autor de Los Simpson (1989-) y la más reciente y decepcionante Desencanto (2018-)– estrenada por Fox el 28 de marzo de 1999. Comedia y ciencia-ficción se dieron la mano en un exitoso tándem que alcanzó las siete temporadas, convirtiéndose en un producto alabado la crítica y querido por el público. Aunque la cadena la canceló tras cuatro temporadas en emisión debido a los constantes cambios de horario en la parrilla y movimientos de programación que hacían difícil seguirla, Comedy Central compró los derechos para hacer las tres últimas temporadas hasta su final en 2013.

Considerada por muchos como una de las mejores series de animación de la historia y con prestigiosos galardones a sus espaldas como siete Premios Annie de animación y seis Emmy, Futurama se convirtió en una serie de culto de la que han proliferado memes y todo tipo de merchandising referencial –“Besa mi brillante culo metálico”–. Sin olvidarnos también de su universo transmedia con el salto al largometraje en cuatro ocasiones –Futurama: El gran golpe de Bender (2007), Futurama: La bestia con un millón de espaldas (2008), Futurama: El juego de Bender (2008) y Futurama: Hacia la verde inmensidad (2009)-, su serie de cómics y varios videojuegos.

Para entender las claves de su éxito tenemos que remontarnos al panorama televisivo de hace veinte años, donde la animación para adultos empezaba a despegar gracias a series como Los Simpson, South Park (1997-) o Padre de familia (1999-), que utilizaban un tipo de comedia más negra y surrealista basada en los elementos humorísticos de la vida cotidiana de un grupo de familiares o personajes. Aunque Futurama bebe de ellas y construye su humor de forma muy parecida, la peculiaridad de esta y su elemento innovador y diferenciador fue la ubicación de su trama en un mundo futurista. La serie recoge muchas características de productos de ciencia ficción anteriores como Star Trek (1966-1969), Babylon 5 (1994-1998) o Stargate (1997-2007), lo que unido a la animación y a la comedia, creó una fórmula de éxito.

El resultado es que después de veinte años, muchas de sus características han sido recogidas por otras ficciones, pasando a formar parte de un imaginario colectivo que muchas series han interiorizado.



La construcción de la comedia

Futurama es, en primer lugar una serie cómica, construida a través de la parodia, la ironía o la sátira en diferentes niveles. Pero en general, la base cómica se erige a partir de la comparación satírica de la vida del futuro con la del presente, representado en el personaje de Fry y en sus intentos de adaptarse al S.XXXI. 

Este humor basado en personajes que luchan por integrarse y habituarse a un nuevo ambiente es bastante común y en muchas ocasiones es el punto de partida de muchos primeros capítulos. Por ejemplo, series con temáticas tan diversas como Scrubs (2001-2010), Orange is the New Black (2013-) o Brooklyn Nine-Nine (2013-) generan comedia basada precisamente en personajes que intentan acostumbrarse a una situación novedosa (al trabajo en un hospital, a la cárcel o a la llegada de un nuevo jefe), lo que genera conflictos cómicos debido a que todavía los personajes tienen muy presente su situación anterior.

También muy presente en la construcción cómica de Futurama encontramos abundantes ejemplos de humor negro o descolorido (con temas de mal gusto o vulgares) y que, en este caso, estaría representados por el carismático y malhablado Bender, aunque también se construye a través de otros personajes. Este arquetipo de personaje bocazas, grosero y con un humor bastante ácido aparece también en muchas ficciones de los últimos años, pasando por House (2004-2012), BoJack Horseman (2014-) o Rick de Rick y Morty (2013-). Este último incluso va más allá con su presentación física y cuenta con la babilla que le cae todo el rato de la boca y un running gag a base de eructos. Pero a pesar de esta forma de ser, una característica que también tienen todos en común es que en determinadas situaciones muestran un lado humano que les hace vulnerables y que suele estar relacionada con la amistad, como es la relación de Bender y Fry o los lazos familiares de Rick con Morty.

Centrándonos más en este tipo de humor más vulgar que empezaron aquellas primeras series de animación para adultos, el resultado es que han sido y son todo un éxito entre el gran público. Ficciones como American Dad! (2005-) y las más recientes Bob’s Burguer (2001-), F is for family (2015-) o Big Mouth (2017-) han recogido el testigo, haciendo evolucionar esta forma de hacer comedia.

Este estilo de humor vulgar es en muchas ocasiones fruto de la temática sexual o referencias a la misma, algo también muy presente en Futurama -la famosa muerte por kiki-, no faltando las streapers robóticas y las referencias a la prostitución. De hecho, una de las frases más conocidas de la serie que está protagonizada por Bender hace referencia a esto último.

El humor surrealista tampoco podía faltar en la serie y encontramos en ella situaciones que a priori no tendrían sentido -¿o sí?- pero que resultan cómicas. Al estar ambientada en un mundo futurista en el que todo es posible, la serie juega mucho con ello y llega a conclusiones muy ingeniosas. Es fácil de encontrar este tipo de comedia en productos que tienen un toque no realista en su trama, como por ejemplo la serie de animación BoJack Horseman, donde el punto de partida es un mundo de animales antropomorfos que se comportan como las personas pero en el que, por ejemplo, las palomas -vestidas con ropa de trabajo, maletín y demás complementos laborales- echan a volar de repente como palomas de verdad.  

La crítica política, la representación social y la religión

El humor es una herramienta que además de provocar la risa en los espectadores, puede llevar una gran carga de crítica política y social del momento. Futurama usa muy bien esta herramienta y disfraza de comedia muchos temas controvertidos.

En cuanto a su tratamiento de la política, en el futuro las cabezas de los Presidentes de Estados Unidos se encuentran preservadas en unos recipientes con líquido desde donde pueden hablar y expresarse. George Washington, Bill Clinton o Al Gore son algunas de las cabezas que aparecen en la serie y, especialmente, hay una crítica considerable hacia Richard Nixon, que vuelve a presentarse a las elecciones en un capítulo de la séptima temporada, con promesas como construir una valla gigante contra los extraterrestres ilegales.

Esta forma de tratar la política de forma satírica pero crítica la encontramos en series como Veep (2012-) o la más reciente y española Vota a Juan (2019-), que intentan reflejar el panorama político actual a base de comedia. Sin olvidarnos de la importancia de House of Cards (2013-2018) que aunque esté dentro del género dramático, funciona como una parodia del sistema político estadounidense.

El humor también sirve en Futurama para criticar problemas sociales y cómo crecerían en el futuro si no se hace nada para remediarlos. Un ejemplo claro es el de medio ambiente, la contaminación y el calentamiento global. En la serie se menciona que la Tierra en el S.XXXI ha pasado por un invierno nuclear y que sufre los efectos de los gases de efecto invernadero. Además, hay mutantes viviendo en las alcantarillas creados por los residuos tóxicos y los problemas de contaminación. Aunque el tema medioambiental no es tratado en demasiadas series, ficciones como Hora de aventuras (2010-2018) han ubicado su universo en un mundo postapocalíptico en el que encontramos referencias a la contaminación y la mutación.

Otro tema social con mucha presencia en la serie es el del abuso de sustancias. En el futuro, los robots necesitan el alcohol como una especie de combustible para sus circuitos y no pueden funcionar de manera adecuada sin él, en lo que claramente es una parodia de la adicción al alcohol. Es normal en la serie ver al personaje de Bender beber a cada momento –también con un puro en la boca– y son muchos los chistes que se construyen en torno a este tema. Muchos personajes de series posteriores también están aquejados de adicciones como Hank Moody de Californication (2007-2014) o Frank Gallagher de Shameless (2011-), cuyos problemas también son tratados con un toque de humor, pero sin perder el elemento crítico.

La serie presenta además el futuro sumido en una estructura de clases en la que temas como la discriminación y el racismo están presentes. Por un lado, los robots son ciudadanos de segunda clase y los mutantes están relegados a vivir en las alcantarillas sin poder salir a la superficie, hasta que se rebelan para cambiar la situación. En este sistema clasista también encontramos las diferencias de poder adquisitivo, como en el caso de Calculón, un robot rico que se da a los excesos, o las formas de producción robótica representadas por la Corporación Mamá y su parodia del capitalismo. Un ejemplo claro de ficción actual que trata estos temas de una manera irónica y satírica es Neo Yokio (2017-), la serie de animación de Netflix que habla del sinsentido de la posición social, la riqueza y el capitalismo en general.

Por último, la religión sigue teniendo peso en la sociedad de Futurama, solo que las principales religiones se han fusionado para convertirse en una sola –Primera Iglesia Amalgamada– y los robots tienen la suya particular –Robotología– con su propio infierno y Diablo robótico. Un giro de tuerca crítico al tema religioso que también podemos ver en The Good Place (2016-), con su visión humorística sobre la vida tras la muerte y los diferentes escenarios en la otra vida.

Tropos de la ciencia-ficción y cultura geek

Como hemos mencionado, el elemento más innovador de Futurama es la combinación de humor con ciencia-ficción, asentando los tropos clásicos de ésta en televisión y transformarlos para crear situaciones cómicas. De base ya nos encontramos en la serie con un elemento tan recurrente como es el del viajero temporal que acaba en el futuro, al que más adelante se añadirán otros tropos básicos, como una serie de situaciones concretas que se suelen dar en viajes intergalácticos -interactuar con la población indígena, que la nave se quede sin combustible, etc.- o que una raza alienígena quiera conquistar la Tierra como hacen los habitantes de Omicron Persei VII

Si buscamos este uso de elementos recurrentes de la ciencia-ficción en la actualidad, el ejemplo más claro es Rick y Morty, donde introducen además la temática de los mundos paralelos. Otras series, en cambio, han seguido la estela de los viajes interestelares al estilo space opera, como Firefly (2002-2003) y sus aventuras a bordo de la nave Serenity, entre muchas otras. Sobre la tecnología y su uso en el futuro tenemos a Black Mirror (2011-).

Otra de las claves de Futurama es que parte de ciertas referencias científicas que  entenderán mejor aquellos espectadores familiarizados con el tema. Una estrategia para resultar atractiva a un público más geek. En este sentido, The Big Bang Theory (2007-) ha sabido recoger muy bien el testigo con las referencias, no solo a la cultura geek, si no a temas considerados frikis, normalizando y dando a conocer este mundo entre el público más genérico. Este auge también lo podemos encontrar en series como Stranger Things (2016-) que ha sabido jugar con la nostalgia que provocaba en esta comunidad los juegos de rol estilo Dragones y Mazmorras.

También cabe mencionar que una de las fórmulas para encadenar referencias que solo entiende un cierto tipo de público es la de incluir cameos. Leonard Nimoy, Stephen Hawking o Adam West son algunos de los personajes que hacen su aparición por Futurama, que también se han pasado posteriormente por The Big Bang Theory, ya en carne y hueso. 

Gracias a todos estos elementos que conforman un estilo cuidado e innovador que busca atraer a un tipo de espectador más de nicho, Futurama se convirtió en un importante referente cultural. Si su creación estuvo basada productos anteriores, hemos comprobado que ella también ha sido fuente de inspiración para ficciones sucesivas. La serie se ha reciclado transformándose en otras cosas nuevas, de la que a su vez surgirán otras. Quién sabe qué elementos de Futurama podremos encontrar en las series de dentro de cuarenta años.  

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