¡¡Achilipunk!! – El hardcore lolailo de Manolo Malou y Toreros After Olé

¿Puede el autor de uno de los mayores himnos del punk ibérico ser a la vez un niño prodigio de la rumba, ganar un Goya y producir a Los Del Río? CANINO les invita adentrarse en la fascinante vida de Manolo Malou y Toreros After Olé. Un pedazo viviente de la historia de la música española.

Hijo de emigrantes españoles en Francia, la vida de Manolo Malou ha estado unida a la música desde su más tierna infancia. A los 8 años y bajo el pre-hipster apodo de Lolito gana un certamen de flamenco infantil organizado por el consulado, a los 14 graba su primer disco junto a su inseparable hermano Jorge bajo el nombre de Los Golfos, cuyo tema ¡Qué pasa contigo, tío! se convierte en una de las canciones más populares del momento, siendo rescatada veinte años después por Alex de la Iglesia para su película Muertos de risa (1999), convenientemente reinterpretada por Santiago Segura y El Gran Wyoming.

Antes de finalizar los setenta, el grupo, más crecidito, pasa a llamarse simplemente Manolo y Jorge, como mucho duetos pop de la época estilo Juan y Junior, grabando varios temas, que hoy han quedado en poco más que Cachitos de hierro y cromo.

Con la llegada de la democracia y los nuevos tiempos, el inquieto Manolo integra Plástico, uno de los grupos precursores de La Movida, sustituyendo ni más ni menos que a Eduardo Benavente, que por aquel entonces entraba a formar parte de Los Pegamoides como batería. Aunque Plástico tiende más hacia sonidos nuevaoleros entre bajos tipo Devo y riffs de revival rockabilly ya deja intuir algo de lo que vendrá después.

Con estos antecedentes, sorprende aún más escuchar ese «me muevo entra las calles de Vallecas y San Blas, mis amigos son los choros más potentes de lugar» que abría Chicos de la calle, el tema más emblemático del maxi de 12” que Toreros After Olé (o Toreros, según los que dicen que el After Olé era en realidad el título del maxi que quedó mal etiquetado en el catálogo de Nuevos Medios, su casa discográfica) Sin embargo, fuentes cercanas aseveran que, pese a ser tachado de grupo prefabricado, incluso de «niño pera», por parte de los fanzines punk de la época, el street cred de los Toreros era legítimo.

En lo musical es sorprendente lo fresco, actual y rabioso que suena el maxi aún hoy en día, quizá por el lujo de haber grabado en Amsterdam en lugar de los chatarreros estudios nacionales de la época. Mientras otros viajaban a por discos de los Pistols a Londres, Toreros se fijaba en la emergente escena hardcore de California con bandas como Black Flag o Dead Kennedys a la cabeza, incluso se «inspiraron» en Red Tape de Circle Jerks para la batería de dos de los temas del maxi, aunque por otro lado hay quien dice que la principal influencia fue del d-beat de Discharge. Tupatutupas aparte, los temas también recogen el paso del postpunk oscuro al pasodoble cañí que posteriormente haría famosos a Gabinete Caligari en temas como Corruptor de menores, la versión del Porompompero de Manolo Escobar o la introducción con saxo y quejío de la versión maquetera de Chicos de la calle.

Sin llegar a realizar conciertos de los que quede constancia y dado el frío acogimiento de su primera grabación, TOA se disuelve y Manolo Malou vuelve a Francia, donde se reencuentra con sus inicios flamencos y rumberos, grabando numerosos discos de fusión y bandas sonoras para largometrajes como Felpudo Maldito de Josiane Balasko (1995), Taxi de Carlos Saura (1996) o Fugitivas de Miguel Hermoso (2000), que le valió el Goya a la mejor canción original en el año 2000. También ha trabajado como letrista para Niña Pastori o Carlos Núñez y ha producido temas con Manu Chao, Orishas e incluso el primer disco de Los Del Río tras su éxito internacional, lamentablemente no-titulado como Rumberos After Macarena.

El pasado punk de Manolo y su hermano Jorge quedó relegado a cintas que pasaban de mano en mano en mano a base de dobles pletinas y ese compañero de clase que hacía la A de anarquía con típex allá donde podía. No fue hasta el nuevo siglo que el recopilatorio Viva la punk 1978-1988 editó el tema Chicos de la calle por primera vez en CD, seguido en 2007 por una reedición del maxi original de la mano de Munster Records en formato de doble 7”.

Viñeta de Chicos de la calle, fanzine de José Tomás

Viñeta de ‘Chicos de la calle’, fanzine de José Tomás

El legado de Toreros After Olé sigue vivo hoy en día en el sonido de bandas como Biznaga o Peluquería Canina, y ha llegado a inspirar a otros artistas como el historietista José Tomás, que se inspiró en temas del grupo para contar sus inicios como jovencito punk. Y es que pocas bandas han sabido capturar con tanta contundencia y rapidez la ansiedad y el cabreo adolescente como aquellos jovencitos afrancesados e inconformistas, encabezados por un Manolo Malou recién llegado de la mili al que «le llamaron melenudo, tonto, heavy, rocker, punk» y ante aquello de «no hay futuro para ti» no le quedó otra que pisar el acelerador y gritar: «¡CORRE! ¡CORRE!«

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