Esto va a ser más sencillo de lo que te imaginas
Bueno, pues llegó el momento. ¿Ponemos algo de música? Pongamos algo de música. Si te parece, de la que me gusta a mí. A estas alturas, nos lo hemos ganado.
CANINO cierra después de poco más de cinco años (empezamos el 3 de agosto de 2015, más su par de mesecitos de preparación), 149 colaboradores (alguno menos, debe haber algún perfil falso para pruebas y un par de usuarios colectivos) y la friolera de tres mil trescientos y pico posts (más o menos: también debe haber alguno de prueba y demás, pero por ahí andamos). Entre esos posts, desde noticias breves a demenciales soflamas de diez mil palabras que hemos llorado al editar pero que ahora nos enorgullecemos de haber publicado.
Vamos, que ha sido un puñetero viaje.
CANINO no cierra por cuestiones económicas: el proyecto ha sido deficitario pero llevadero desde el primer momento, y en términos de audiencias, estamos literalmente mejor que nunca. Como le ha pasado a tantos otros medios, el confinamiento de hace unos meses nos ha sentado bien en términos numéricos, y nuestras cifras seguían siendo notables para un medio tan modesto, literalmente una persona encargándose de casi todo el trabajo con ayuda ocasional de unos cuantos amigos. Pero sencillamente, ha llegado el momento de decir adiós.
Vinimos, con toda la ingenuidad del mundo, a proponer enfoques y temas alternativos en la prensa cultural, y desde luego no debemos de ser nosotros quienes digamos si lo conseguimos, pero viendo el descaro con el que algunos medios que multiplican por diez nuestras audiencias nos han copiado temas y enfoques en más de una y más de dos ocasiones, algo de poso debemos haber dejado. CANINO nació como un proyecto suicida y al que le veíamos pocas posibilidades de sobrevivir, pero que gracias al infatigable apoyo de nuestros suscriptores en Patreon y a la generosidad de nuestros colaboradores, que han esperado pacientemente cuando había retrasos en los pagos y han hecho más de lo que suele ser habitual (de buscar y editar imágenes a entregar los textos acogiéndose escrupulosamente a las normas de edición para ahorrarme trabajo), hemos aguantado mucho más de lo esperado.
Es cierto que nos habría gustado triunfar por todo lo alto, que esto hubiera sido sostenible, pero la verdad es que llegamos en el peor momento: los tres que éramos (muy pronto reducidos a dos, por cuestiones de trabajo) éramos muy conscientes de que la situación era imposible, y levantamos el Patreon como una forma de intentar sostenernos, negándonos a pedir a los redactores que trabajaran gratis (como algunos de esos medios que nos multiplicaban en diez en audiencia nos pedían a veces a nosotros). Y aunque nunca hemos abandonado los números rojos, Patreon sí que nos ha proporcionado una inyección mensual que ha hecho las penas menos dolorosas. Estamos orgullosos de nuestra variedad de temas y voces, de enfoques y hasta formatos: hemos tenido podcasts, vídeos, posts casi sin texto y casi sin imágenes. Hemos organizado dos festivales de música y, durante varios años, charlas en La Casa Encendida todos los meses. Nos lo hemos pasado bien, hemos aprendido en el terreno práctico y en el otro, y hasta hemos tenido colaboradores que nos han salido rana. Recordemos que uno de ellos ha prometido «reventarme la cara de pajillero» que tengo cuando nos crucemos por la calle, esperemos que el cierre del invento no le desinfle el espíritu.
Solo queda dar las gracias. Por supuesto, a cada uno de nuestros lectores, a cada uno de nuestros patreoneros y a cada uno de nuestros redactores, que casi sin excepción han hecho siempre mucho más de lo que se les pedía. Yago García y Álvaro Arbonés han estado al pie del cañón a diario, y sin ellos habría sido imposible. También gracias a los nombres que nunca salen en los créditos, y sin los que habríamos sido materialmente incapaces de poner esto en pie: Jaime Delgado, Miguel Vallejo y, sobre todo, Ignacio Cruz, han estado ahí 24/7 y han solucionado los (abundantes) problemas técnicos. Y Patricia y Zaida Santiago han ayudado con el SEO, con las audiencias, inventando movidas para promocionar, diseñado newsletters y muchas cosas más. Yo me encargaba de dar latigazos a los colaboradores (y será a mí a quien le partan la cara de pajillero), pero sin todos ellos, la cosa habría fracasado en cuestión de días.
Y ya está. Cero lágrimas. Aún nos queda una última cosa: mañana, un post muy especial, el último. Y cerramos. Si eres uno de nuestros mecenas, puedes comprobar que ya hemos cancelado el Patreon, pero asegúrate de que todo está oquéi, que no tengamos disgustos después. Por otra parte, CANINO seguirá en pie y los textos serán accesibles como hasta ahora, pero si de verdad hay alguno que te apetece conservar, descárgalo. No hay intención de que la web desaparezca, pero ya sabes cómo funciona esto. De la noche a la mañana, plof.
Y entonces, sí que… bueno. Nos ha surgido una cosilla, en realidad, un proyectito relacionado con CANINO. En fin. Permaneced atentos a los canales habituales, porque demonios. No podemos seguir, pero tampoco podemos dejar de ser amenazas menores.