‘Alias Grace’, la serie basada en el perturbador drama de Margaret Atwood

El nombre de Margaret Atwood saltó a la fama en el terreno televisivo el año pasado con el estreno de The Handmaid's Tale en Hulu. El bestseller de Atwood, publicado por primera vez en 1985, narra la distópica vida de una sociedad totalitaria desde los ojos de Offred, una mujer obligada a servir en la casa de uno de los líderes de la sociedad por su capacidad para engendrar hijos. Tras el rotundo éxito de la serie, tanto por parte de la crítica como de los espectadores, Netflix ha movido ficha y se ha servido de otra de las obras de la escritora canadiense para crear una de las miniseries del momento, Alias Grace.

Estrenada hace un par de semanas, la ficción ya se ha consagrado como uno de los éxitos de este otoño en la plataforma. Una de las claves para entender esta gran acogida por parte del público es que, al contrario que en el caso de The Handmaid’s TaleAlias Grace está basada en una historia real, en un crimen que sucedió de verdad. Grace Marks, la protagonista de la miniserie, existió y vivió durante el siglo XIX en Irlanda y Canadá. De familia humilde, Marks se vio obligada a emigrar en 1840 junto a los suyos desde Irlanda hacia Canadá en busca de una vida mejor. Sin embargo, los sucesos que acontecieron en la propia travesía servirían como profecía de que el futuro no le deparaba nada bueno. Durante las largas semanas que duró el viaje en barco, la madre de Marks falleció y fue lanzada al mar. A cargo de ocho hermanos y con un padre alcohólico, la joven Grace desembarcó en Canadá sin mucha idea de cuáles iban a ser sus siguientes pasos. Sería su padre quien finalmente la obligaría a comenzar a trabajar en la casa de unos señores adinerados de Upper. En este hogar, normal y tranquilo en esencia, se llevarían a cabo los asesinatos de Nancy Montgomery y Thomas Kinnear. ¿Los acusados de tal barbarie? Grace Marks James McDermott.

Con tan solo 16 años Marks fue condenada a la horca, la misma pena que le fue impuesta a su supuesto cómplice, James McDermott. Sin embargo, Grace no corrió la misma suerte que su compañero, y finalmente su pena fue conmutada por cadena perpetua. No la cumpliría, ya que rondando la cuarentena sería puesta en libertad y se marcharía a Nueva York para empezar una nueva vida en el anonimato. Su rastro desaparece aquí.

Alias Grace indaga, a través del suspense, en la turbia vida de esta mujer contra la que el cargo de asesinato se probó con pruebas irrefutables. De hecho, según las informaciones de la época, Marks nunca llegó a negar la autoría de tales hechos sino que simplemente intentó sortear la ley acusando a McDermott como mano ejecutora de los asesinatos.

Con todo, la miniserie no solo busca investigar y exponer la supuesta culpabilidad o inocencia de la joven irlandesa, sino que su mensaje va mucho más allá. Escrita y producida por Sarah Polley y dirigida por Mary Harron, con Sarah Gadon en el papel de Grace Marks, la ficción, al igual que ocurriera con la adaptación de The Handmaid’s Tale, ofrece un fuerte mensaje feminista. En pleno siglo XIX las mujeres eran consideradas como individuos incapaces de gestionar su propia vida, relegadas siempre a un papel secundario en la sociedad. Antes había habido ya algunas voces femeninas que comenzaban a brillar en algunos sectores de la cultura, como Mary Wollstonecraft, considerada como una de las primera feministas de la historia o Jane Austen que a pesar de ofrecer en sus libros historias de amor de lo más conservadoras, valiéndose de diferentes técnicas como emplear los naipes para caracterizar a unos personajes que pretendían ser el reflejo de la sociedad burguesa rural, siempre focalizaba la acción en los personajes femeninos, totalmente desprotegidos a no ser que consiguieran concertar un matrimonio ventajoso. Años más tarde destacaría también Virginia Woolf, que con sus ensayos abriría un nuevo camino en la lucha feminista.

De manera completamente integrada en el discurso y siguiendo las pautas de Atwood, quien participó como asesora en el desarrollo de la producción, se presentan determinados aspectos que hacen de la serie un auténtico discurso feminista. Esto se hace especialmente patente en el comportamiento de la protagonista, quien decide jugar con la dualidad a la que las mujeres eran sometidas en la época: o bien eran ángeles o bien demonios, en su propio beneficio. Además, es la propia Grace la que decide qué contar, cuándo y cómo hacerlo a pesar de que el personaje del doctor alienista Simon Jordan, interpretado por Edward Holcroft y creado por Atwood para la novela, crea que es él quien está guiando la narrativa de Marks.

Planteada como un abordaje de un hecho del pasado a través de la voz en off de la protagonista, la ficción nos absorbe desde el primer momento gracias a la magistral actuación de Sarah Gadon, quien representa a la perfección a esa Grace Marks vulnerable y angelical pero al mismo tiempo feroz, impredecible y perturbadora. A pesar de que lo que realmente ocurrió aquel 28 de julio de 1843 nunca podrá llegar a saberse, Alias Grace nos traza una recreación de lo más minuciosa e interesante en sus seis capítulos que cautiva al espectador y lo hace dudar a cada fotograma que avanza en la historia de si todo lo planteado con anterioridad es real o no. Sin duda, una de las ficciones más logradas de los últimos tiempos.

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