En tiempos de efectos especiales, pantallas verdes y ordenadores, ¿cómo no sentirnos fascinados con la elaboración de los efectos artesanos? Eso han pensado en Corridor, una empresa de efectos especiales que ha intentado el más difícil todavía: un zoótropo de seres humanos.
Antes del cine existieron numerosos inventos que intentaban transmitir la idea de una imagen en movimiento. Pero si hubo uno que logró imponerse como el dominante hasta la llegada de las cámaras videográficas ese fue el zoótropo. Consistente en un cilindro con cortes horizontales en sus lados, cada una de sus pequeñas ventanas nos permite ver una misma imagen, sólo que en una posición ligeramente diferente a la anterior. Al girarlo a suficiente velocidad, las imágenes van sucediéndose, generando la sensación de que las imágenes están en movimiento. Algo tan fascinante hoy, cuando conocemos de sobra los mecanismos de la animación, como en 1865, cuando William Ensign Lincoln y Milton Bradley inventaron el primer zoótropo.
Desde el momento de su invención se han creado toda clase de zoótropos. Los más modernos, con un escenario poblado de estatuas y simulando el pase de diapositivas con luces estereoscópicas, han logrado crear escenas tridimensionales donde existe también profundidad y volumen. Buenos ejemplos de esta clase de zoótropos son el de Pixar, que podemos encontrar en XYZ y nos muestra una escena de Toy Story, o el de Ghibli, que hace lo propio en su museo con Mi Vecino Totoro. Pero el zoótropo aún puede ser llevado un paso más allá. Ir aún más lejos. Para eso el estudio de efectos especiales Corridor ha decidido crear un zoótropo de seres humanos.
Con un grupo de seis personas perfectamente coordinadas, con la conveniente ayuda de la magia del montaje (para acelerar el proceso y mostrarnos el plano más favorecedor para cada momento) y sin efectos especiales, han llevado el concepto de zoótropo en 3D a otro nivel. Uno donde ya no sólo es una imagen fija repitiéndose ad infinitum, sino toda una escena cambiante que se va desarrollando al mezclar la coreografía y la animación en un mismo concepto.
Corridor además tienen otros vídeos, igualmente desquiciados, que demuestran su absoluto dominio de los efectos especiales, como el estupendo Real GTA o el archiconocido Dubstep Guns. Y para quien no se crea que el zoótropo humano fue creado sin usar efectos especiales siempre puede echar un ojo a su making-of. Algo que nos demuestra, una vez más, que el único límite en el cine es la imaginación de sus artífices.