El actor de Sherlock hace un pronunciamiento político sobre la crisis de los refugiados sirios tras interpretar Hamlet en el Barbican Centre. Primero leyó un poema, después se ciscó en el gobierno británico, y terminó dejando las cosas claritas.
Después de Sherlock, de su fichaje por Marvel como Doctor Extraño y de, bueno, de ser él mismo, ¿necesitaba Benedict Cumberbatch algo más para incrementar exponencialmente sus cifras de fans? Pues no lo sabemos, pero probablemente su último gesto público ayude a conseguirlo. Según relata el Daily Mail (citando a un testigo presencial), el actor inglés hizo un pronunciamiento muy conciso sobre la actitud del gobierno del Reino Unido acerca de la crisis de los refugiados sirios. Un pronunciamiento resumible en la frase «¡Que se jodan los políticos!».
Cumberbatch (que, como señala el muy conservador diario, acaba de ser nombrado Caballero del Imperio Británico) representa actualmente Hamlet en el Teatro Barbican de Londres. Y, tras cada función, lee frente al público un poema del autor somalí Warsan Shire sobre las grandes catástrofes humanitarias del mundo, animando a los espectadores a hacer donativos a ONGs como Save The Children. Anoche, bien fuera porque interpretar al depresivo danés le había calentado las neuronas, o porque se veía presa de una grave indignación, el actor cargó las tintas en su intervención, improvisando un discurso en el que calificaba la política de su país ante la guerra en Siria de «absoluta vergüenza», y explicó que un amigo suyo había presenciado la llegada de 5.000 exiliados en la isla griega de Lesbos. Tras haber hablado de todo esto, soltó la four letter word de marras. Algo que se vuelve aún más irónico si tenemos en cuenta que entre el público se hallaba Shirley Williams, antigua líder del Partido Liberal Demócrata.
Para explicar la espantada de Benedict Cumberbatch, recordemos que el Primer Ministro David Cameron se ha negado a participar en los planes conjuntos de la Unión Europea para acoger refugiados sirios, ofreciendo en cambio la posibilidad de recibir a 20.000 personas durante un total de cinco años. Por otra parte, tampoco es la primera vez que el ídolo de los y las cumberbitches manifiesta sus opiniones políticas en público: en agosto de 2013, cuando los paparazzi sitiaban el plató de la tercera temporada de Sherlock, el actor se dedicó a mostrarles rótulos en los que había escrito invectivas contra el gobierno de Cameron, o mensajes instando a los periodistas a «ir a Egipto y hacerle fotos a algo importante».
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