‘Consumed’ de David Cronenberg: Skype era un agujero negro

La primera novela de David Cronenberg retoma muchas de sus obsesiones cinematográficas. Analizamos Consumed y su relación, a estas alturas de la carrera del creador, con algunas de sus constantes, incluida su relación con la Nueva Carne.

En un punto de fuga de este laberinto hecho novela, uno de los personajes clave alude a la conspiración dickiana de La invasión divina (The Divine Invasion, 1981), segunda parte de una trilogía no oficial (junto con VALIS (íd., 1981) y La transmigración de Timothy Archer (The Transmigration of Timothy Archer, 1982) donde el bueno de Philip K. Dick, alterado por sustancias más inspiradoras que el café con leche, apelaba a la obsesión enfermiza como espada y escudo para defenderse contra La Conspiración. Estas adicciones culminarían en la Exégesis, manuscrito apócrifo, corolario de frustraciones y anhelos de un autor que creyó ver la Verdad y estar lo suficientemente loco (o valiente) para intentar transcribirla.

Pero Dick se equivocaba. No hay una única verdad, ninguna respuesta al final del túnel, ni una llave que solucione los rompecabezas.  Leyendo Consumed, primera novela del director de La Mosca (The Fly, 1986) y Scanners (íd., 1981) uno no puede decir que David Cronenberg haya escrito su último hurra, la celebración final de muchas de sus fascinaciones (carnales, tecnológicas, filosóficas). No. De la misma forma que lo era el último plano de Videodrome (íd., 1983) o Vinieron dentro de… (Shivers, 1973) el final de Consumed (una conversación de Skype que termina en un fundido de píxels) es un comienzo.  Y todo comienzo es, de alguna manera, una transformación.

Transformación es la palabra clave para entender a Cronenberg. Calificarla de “dickdiana” sería por lo tanto absurdo, ya que Cronenberg no quiere (no puede) quedarse con un solo referente. Sí, Cronenberg nos habla de conspiraciones e ideas asociadas a Dick (concretamente, a La Máquina PreservadoraThe Preserving Machine, 1978-). Sí, su estilo y algunos puntos en común (esa Corea del Norte) recuerda al Mao II (íd., 1991) de DeLillo.

Pero Cronenberg sabe que la realidad (extraña, mutante) que vivimos es suficiente. Nunca antes se había visto a Cronenberg abrazar tan bien el ahora. El canadiense parece aceptar que vivimos en un tiempo de constante expansión, donde las enfermedades venéreas se discuten mediante Wikipedia y el déficit de atención por pestañas abiertas reconfigura nuestros cerebros hacia nuevas y excitantes direcciones.

consumed cover

La lista de impactos en Consumed es difícil de resumir: discusiones sobre películas prohibidas entre el jurado de Cannes, películas cuyos argumentos entre rebobinados y pausas acaban mutando en otras historias con mensajes invisibles a nuestros órganos, anécdotas sobre en qué pensaba la hija de Calvin Klein cada vez que veía un amante con el nombre de su padre escrito en los calzoncillos, mensajes ocultos en el estribillo de la sintonía de Sailor Moon, fotocopiadoras 3D que reproducen… oh, spoiler

A Cronenberg no le hace falta medirse con otros escritores. Consumed decididamente te devora, y es sorprendente ver semejante hambre de conquista en un autor de 73 años.  Quizás, si tuviéramos que buscar un solo referente, sea J. G. Ballard. Su bibliografía es el manual (cuasi)definitivo para entender no sólo Consumed, sino toda su trayectoria cinematográfica. Nathan y Naomi, protagonistas de Consumed, recuerdan a los James Spader y Deborah Kara Unger de la adaptación de Crash (íd., 1996): su constante competición por buscar estímulos es la única manera que tienen de sobrevivir a su relación.

Sí. De alguna manera, y sin entrar en el terreno de los spoilers (no lo sabías, pero  esta reseña sólo tenía como fin despertar algo dentro de ti, algo patológico que ya corre por tus venas. Muy pronto tu cuerpo se habrá llenado de larvas de insectos; no te preocupes: lo entenderás), Consumed es una historia con una aterradora precisión digital, pero una historia de amor al fin y al cabo.

Amor caníbal, por supuesto.

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Consumed

Año: 2015
Un regreso a las obsesiones Cronenbergnianas. Su primera novela llega con cierta edad, pero tiene todo el ímpetu juvenil deseable.
Editorial: Harper Collins Publishers
Autor: David Cronenberg