La televisión ha venido al rescate del fantastique y terror franceses. Beyond the Walls no solo es una serie interesantísima, sino también la producción de género más sugerente que nos ha llegado del país vecino en una buena temporada. A continuación explicamos el porqué.
Hace unos años, nos las prometimos muy felices con la nueva oleada de directores galos interesados en el cine de género. Las primeras películas de Alexandre Aja, Pascal Laugier, Xavier Gens, o de los tándems formados por Alexandre Bustillo–Julien Maury y David Moreau–Xavier Palud, justificaban la esperanza. Pero la decepción vino después, cuando toda esa quinta no estuvo a la altura de las expectativas creadas. Filmes fallidos, algunas desapariciones del ruedo cinematográfico, y cintas de encargo con escasa alma e ideas. De ahí que la aparición de Beyond the Walls (2016) haya sido como agua de mayo para el fantastique francés. Me atrevería decir que hasta una piedra de toque para confiar otra vez en nuestros chovinistas vecinos.
Creada por Hervé Hadmar y Marc Herpoux, dos habituales de la televisión francesa pero no del terror, Beyond the Walls (emitida en España hace unas semanas en Dark TV) parte de los códigos clásicos del terror gótico para luego subvertirlos con ideas de guión y de puesta en escena modernas. Aquí tenemos a una enfermera solitaria y algo dañada por la vida (arrastra un trauma y una separación matrimonial) de espíritu kamikaze que recibe en herencia una mansión que bien podría ser la de La casa infernal (1971) de Richard Matheson. Nada más mudarse a ella, descubre que no es una vivienda normal. Es más, tras derribar una pared en una noche de insomnio, encuentra una puerta al más allá a lo Lucio Fulci y queda atrapada en un mundo laberíntico; un purgatorio perdido en el espacio-tiempo del que nadie ha podido escapar nunca, custodiado por hombres y mujeres que han perdido su alma tras morar años en él. La protagonista, que tiene poco o nada que perder, decide enfrentarse a la naturaleza maldita del lugar como una Ripley en el averno.
La serie, que no llega a las tres horas de duración, desarrolla su trama y va al grano a la velocidad del rayo sin atropellarse en ningún momento. Y, como apuntábamos antes, el relato gótico de manual se enriquece con elementos rupturistas. Ese infierno de aires lovecraftianos que se esconde dentro de la casa -a la postre el verdadero protagonista de la serie- es presentado como si se tratara de un videojuego de terror. La mujer y el inesperado aliado que encuentra al poco tiempo de entrar (no revelaremos su identidad para evitar el spoiler) deben superar, a lo largo de los tres episodios, diversas pruebas para encontrar la salida. Cada vez que abren una puerta entran en un nuevo mundo/pantalla con una característica arquitectónica particular que desafía cualquier lógica; de grandes patios interiores se pasa a pequeñas estancias, o a un fantasmagórico teatro abandonado. La descripción de esos mundos es macabra y telúrica, echando mano de una imaginería grotesca que, en este caso, antepone la atmósfera y la sugerencia al susto fácil. Aquí no hay CGI de garrafa ni monstruos con FX costosos, sino actores con el maquillaje justo untados con pintura negra que hielan la sangre. Mención especial para todo el segmento en el que aparece Geraldine Chaplin (su personaje es clave en la historia; y hasta aquí podemos leer), una suerte de cuento infantil que recupera el lado onírico y perturbador de los clásicos de los Hermanos Grimm.
Beyond the Walls –Au-delà des Murs en francés- no solo asusta e inquieta, sino que también juega la carta de la emoción. Como buen relato gótico en esencia, reserva un espacio para lo romántico en el desenlace de un relato que acaba siendo circular. Una pirueta final que confirma el savoir faire de la pareja de galos.
Hola: ¿dónde la has encontrado? ¡Qué interesante!
En España la emitieron en el canal Dark TV (http://darktv.es/), pero puede que esté en otros canales de pago!