[Crítica] Björk: ‘Utopia’ – El final del duelo

Björk sorprendió a muchos cuando se refirió a Utopia como su “álbum de Tinder” (que tire la primera piedra quien no se haya preguntado cómo debe ser lo de encontrarse a la diva islandesa en una aplicación para ligar). Con Tinder o sin él, el mensaje estaba claro: adiós drama.

El lanzamiento de Vulnicura (2015) fue uno de los acontecimientos de la carrera de Björk: no sólo rompía un silencio de cuatro años (uno de los más largos de la islandesa), sino que además suponía un retorno por todo lo alto después de la fría recepción que tuvieron Volta (2007) y Biophilia (2011). Cuando parecía que nos teníamos que conformar con trabajos menores, de repente publicaba uno de lo mejores y más desgarradores trabajos de su carrera. La sinceridad de Vulnicura, concebido tras su ruptura con Matthew Barney, provocó incluso la cancelación repentina de la gira por la intensidad de la experiencia.




Que Utopia suponga el final del duelo, no implica que estemos ante una colección de canciones de amor en la línea de Violently Happy o Venus as a Boy: aunque hay baladas como Blissing Me, la tónica general no es la de la felicidad o las relaciones absolutamente cerradas, sino que vemos a Björk narrando desde la búsqueda a la confrontación (Sue me se refiere a la demanda que interpuso Barney por el régimen de visitas de su hija). Aunque este nuevo trabajo es más sosegado que su predecesor y tiene infinidad de guiños a la forma en que la tecnología ha cambiado los modos como nos relacionamos -los intercambios de mensajes, los matches y unmatches de las aplicaciones y hasta lo de buscar nombres en Google-, muchas de las canciones giran en torno a la maternidad y las estructuras familiares, como en Tabula Rasa (da la sensación de que la “utopia” del título tiene más de personal que de global).

Aunque Utopia es mucho más accesible desde el punto de vista temático, desde el musical es mucho más complejo y probablemente defraudará a quien ande buscando continuidad (por otra parte, pedir eso a Björk es absurdo). Aunque a ratos puede llegar a recordar a Homogenic, lo primero que llama la atención de este trabajo es la profusión de flautas, arpas y samples de pájaros (algo que ya aparecía como constante en el mix que hace sólo unas semanas publicaba en Mixmag), pero la influencia de Arca no se puede obviar: la propia Björk ha dicho que quiso sacar el disco como un álbum realizado mano a mano con el venezolano. Desde Arisen my senses, que la islandesa construyó a partir de una canción antigua de Arca, a los sonidos angulosos de Courtship pasando por Losss o Sue Me, es patente que la colaboración entre ambos trasciende lo meramente anecdótico: escuchando muchas de las canciones del álbum sorprende que sus caminos no se cruzasen antes. Quienes nunca han sido amigos de esta unión, no encontrarán solaz en Utopia, pero las posibilidades de que la Björk pre-Arca vuelva parecen remotísimas a día de hoy. Aunque si por algo se ha caracterizado siempre el trabajo de la islandesa es por quemar puentes y no mirar atrás. Utopia no es una excepción.

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Utopia

Año: 2017
Björk se ha pasado su carrera quemando puentes sin mirar atrás, y esta no es una excepción.
Artista: Björk
Sello: One Little Indian Records