Adam Sandler aterriza en Netflix con la primera de sus cuatro películas para la plataforma de pago. The Ridiculous 6 es un western cómico irregular y extremadamente pasado de minutos, sí, pero también increíblemente divertido y guarro. Vamos, otro acierto de Happy Madison.
No vamos a decir que no corren buenos tiempos para Adam Sandler, porque no sería un dato del todo cierto. Píxels (2015) no era una buena película, pero su presupuesto de cerca de 80 millones de dólares llenó las arcas de Sony con algo más del triple en recaudación mundial, mientras que Hotel Transilvania 2 (2015), con el mismo presupuesto, lleva casi 500 en todo el mundo. Y son sus dos últimos trabajos. A nivel económico no debería estar muy preocupado, no, aunque la opinión pública siga anclada en los mismos automatismos que hacen de películas como Braveheart o Gladiator las películas favoritas de millones de personas en el planeta. Lo que pasa es que esos automatismos son completamente opuestos. Si es de Sandler, es una mierda. Y por ahí no pasamos en esta santa casa, aunque eso daría para otra historia distinta y aquí lo que nos interesa es recomendar The Ridiculous 6 ahora que tendrás más tiempo en el sofá familiar.
El western cómico de Frank Coraci es la quinta colaboración del director con Sandler como protagonista y la séptima con Happy Madison Productions, ya que también es el responsable de correrías de Kevin James en solitario como Zooloco (2011) o Peso Pesado (2012), películas con objetivos aún más modestos y que cubrieron gastos sobradamente.
Por primera vez en la carrera del cómico, Sandler se mete de lleno en la ambientación del Viejo Oeste, agrupando todos los tópicos posibles del género en un relato de cowboys a medio camino entre el universo de Trinidad creado por E.B. Clucher en Le llamaban Trinidad (1970) y Al este del oeste (1984) de Mariano Ozores. A la primera recuerda en la presentación del personaje central, Cuchillo Blanco, un “blanco” criado entre navajos tras la muerte de su madre a manos de un misterioso desconocido… y juega en la liga de Ozores en lo referente a los personajes, indios o vaqueros, que se suceden uno tras otro a lo largo de sus excesivas dos horas de metraje. Aliento de Castor, Zorra Fumadora o Sin Sostén son algunas de las mujeres de la tribu donde vive Cuchillo Blanco. Vamos, sólo falta Black & Decker.
Es posible que al tratarse de un estreno para Netflix, las discusiones en la sala de montaje no existieran y que la edición apenas haya dejado metraje fuera en el resultado final, y en realidad esa libertad se convierte en el problema principal de la película. Es cierto que la sucesión de amigos cómicos con ganas de hacer el payaso es tan numerosa como agradecida: Steve Buscemi, Danny Trejo, David Spade, Nick Nolte, Will Forte, Steve Zahn, John Turturro, Nick Swardson, Vanilla Ice, John Lovitz, Chris Parnell o Chris Kattan son algunos de los astros que se dejan ver en mayor o menor medida, además del resto de cuadrilla ridícula que acompaña a Sandler, algunos ya habituales en sus trabajos, como Terry Crews o Rob Schneider, a los que se suman Jorge García, Luke Wilson o Taylor Lautner, alejándose de sus habituales papeles de cachas más o menos atractivos. Entre todos ellos, el que te volará la cabeza será el creador del rap de las Tortugas Ninja. Garantizado.
El western ha sido, desde siempre, un género ideal para la gracieta. Ya sea en películas que iban (más o menos) en serio, como Silverado (1985) o Maverick (1994) como en parodias similares separadas en el tiempo, como Sillas de montar calientes (1974), donde no dejaron entrar a Richard Pryor, o la más reciente Mil maneras de morder el polvo (2014), parodias puras con desiguales resultados. La grandeza de la película de Brooks, puede que por aquello de ser “la primera” (aunque Buster Keaton o Harold Lloyd también fueron cowboys), se daba de bruces con la multirreferencialidad y el golpe bajo de la película del creador de Padre de Familia. La mayor virtud de The Ridiculous 6 consiste en saber conjugar esos dos referentes, eso sí, siempre desde el punto de vista de Adam Sandler, un eterno gamberro con inquietudes parecidas a las de MacFarlane pero sin esa ansia por dominar el mundo.
Esos aciertos tropiezan constantemente con unas caídas de ritmo que frenan las carcajadas (John Turturro sobraría y no pasaría nada), pero es que la sucesión de astros es de un nivel al que no puede llegar ni el último Torrente. Todo lo que esperamos en una peli de la cuadrilla está aquí: chistes de pedos, mierda, pezones, pollas, pasado histórico… sólo se echa en falta una pequeña ayuda de, por ejemplo, el popular amigo de Sandler Judd Apatow, que consiguió depurar el guión de Zohan: Licencia para peinar (2008), hasta convertirla en una de las grandes comedias de su colega.
¿Recomendamos The Ridiculous 6? Por supuesto que sí, aunque ya sabemos que la risa va por barrios. Sobre todo ahora que ha llegado Netflix a las casas.
La película es un intento gracioso de western que sinceramente de gracioso no tiene nada, muchos estereotipos gastados, bromas escalotogicas de mal gusto, y una trama larga, no creo que sea culpa del reparto que es muy bueno, sino de los malos escritores que tiene esta pelicula, sinceramente para olvidar.
Ni como venganza a un enemigo recomendaría esta pelicula. Larga y sin gracia. Que conste que me gusta el humor absurdo soy fan de algunas peliculas de Sandler (el aguados es de mis favoritas), pero cuando hay humor y esta pelicula lamentablemente carece de ello.
La película es mala lo mas gracioso que se me ocurre es recomendarla…..
Pero es para echar a correr ….