Este libro habla de Vd., querido lector. Y de mí. Y de esa chica que quiso. Y de ese compañero de piso que hubo de irse. También de sus padres; incluso sus abuelos. Porque resulta, ante todo, un testimonio de los exilios económicos de un país paralizado desde el fatídico 2008.
Las autoras, con amplia trayectoria en distintos medios, han recogido una memoria oral de toda clase y generación. Están aquellos que se fueron, pobres o ricos, pero también los que hubieron de irse antes, en la dictadura. Un libro síntoma, más social que político, en el cual se testamenta una sociedad quebrada donde se intenta buscar sin éxito culpables directos.
En España hay apenas libros orales, muy frecuentes en el Reino Unido referidos al punk o Italia con la memoria obrera, y siempre es bueno leer esas visiones contrapuestas. Por ejemplo, tenemos al exiliado entre económico y político, Jorge -auténtico podemita-, que contrasta con el juguetero pijo, Berni, obligado a mendigar trabajo luego de quebrar su negocio (historia dickensiana esta, por cierto). He ahí, como decía el clásico francés, dos mundos. Pero, también, y esto es importante, una intersección de décadas: la historia de Ernesto Filardi, filólogo expulsado de su paraíso de letras y chocolate caliente en Alcalá de Henares, que repite en lógica faulkneriana el drama de su madre en los últimos años de Franco.
No falta tampoco, y este uno de los testimonios más tristes, aquel que no pudo o quiso ganarse la vida fuera: la chica de Elche, Cintia, condenada a ser cajera en un fast food. Casi una década en McDonald’s es la respuesta de un país en el cual solo sobrevivieron los servicios, mientras su tejido productivo se esfumaba a través de vuelos baratos a ninguna parte junto a hinchas británicos con resaca.
Más seco que sentimental, a pesar de algún testimonio, este primer libro de las autoras es un verdadero hito y una de las pocas fuentes puras, ausentes de retórica -plaga en el periodismo actual-, de un país en crisis. La imagen congelada de un Elche ballardiano, a medio construir, que narra Cintia, es quizá su mejor resumen: “Cuando empezó la crisis, todo lo que se construía en Elche se paró”.