Que tratándose del Pájaro Loco, tampoco es de extrañar, pero creédnos, este caso es excesivo: nada menos que setenta personalidades, la mayoría brasileñas, que rehacen un corto clásico de Woody Woodpecker en múltiples texturas. Un experimento de fritanga animada, de salvaje e indomesticable naturaleza. Como el propio pajarraco.