Por primera vez desde 1938, el boy scout de Metrópolis ha cambiado su identidad secreta. Greg Pak y Aaron Kuder nos presentan a Archie Clayton, camionero kryptoniano.
En 1938, cuando Jerry Siegel y Joe Shuster se lo sacaron de sus generosas mangas, Superman tuvo un rasgo definitorio muy claro: cuando ese cachas alienígena con calzones se cambiaba de ropa, aparecía un apocado reportero llamado Clark Kent, modesto y afable plumilla del Daily Planet. A lo largo de todas estas décadas, el único que se atrevió a cambiar eso fue el mismísimo Alan Moore, y, si quieren saber cómo fue, tendrán que leer su historia ¿Qué fue del hombre del mañana? (la despedida del personaje encargada por DC Comics antes de la Crisis en tierras infinitas). Pero los tiempos cambian, el marketing obliga a stunts publicitarios y, como lo de matar al personaje ya está visto, Greg Pak y Aaron Kuder han dado con una forma de retorcer la historia de ‘Supes’ y ganarle titulares: hacerle cambiar de nombre en la vida civil. ¿La responsable? Pues la simpar Lois Lane, reportera con Pulitzer.
Tras un infortunado accidente, Lois se las apaña para deducir que Clark Kent es en realidad Superman. Y, para evitar que el supervillano de turno saque tajada de ello, lo anuncia en público. De este modo, el Hombre de Acero se ve a sí mismo en el ojo del huracán… y, en el número 45 de la actual época de Action Comics, reaparece convertido en un camionero llamado Archie Clayton. Según informa IGN, Kal-El consigue mantener esta identidad secreta gracias a un dispositivo prestado por Bruce Wayne (¿veis cómo en el fondo se quieren?) y ya está aprovechando su jornada laboral haciendo repartos en una lavandería para infiltrarse en la base de un supervillano.
Eso de un Superman perseguido por la policía suena lo suyo a Batman v. Superman: El amanecer de la justicia, sólo que sin Ben Affleck de por medio. Y poner énfasis en los orígenes obreros del personaje (recordemos que Siegel y Shuster crearon a ‘Supes’ como un símbolo de esperanza para el proletariado de EE UU durante la Gran Depresión) trae poderosos ecos de El hombre de acero. Está claro que Marvel no es la única que adapta el canon de sus tebeos para acomodarlos a sus versiones cinematográficas. Sólo cabe preguntarse cuánto tiempo durará este estado de cosas antes de que la inercia del marketing se imponga y todo vuelva a ser como antes…