Los sonidos que impregnaron los años de la década de los 2000 a golpe de indie vuelven de mano de un grupo japonés que canta en inglés y que llega a la escena musical con una clara proyección internacional. Se llaman DYGL y su primer disco llegará en abril. Hemos hablado con ellos para que nos cuenten de dónde viene su sonido.
DYGL —pronunciado dayglo— es uno de esos grupos que te hacen sentir un pequeño ápice de alegría y satisfacción al escucharlos por primera vez. Con un perfecto inglés made in Japan, estos chicos han irrumpido en el panorama musical con un EP y un álbum que está en camino. La sorpresa está en su sonido: rebosan energía de otra época. DYGL recupera los sonidos de los dosmiles que grupos como The Strokes o Arctic Monkeys -entre otros cientos- hicieron sonar en todo el globo.
Escuchar temas como Let It Sway, Don’t Know Where It Is o Waste of Time es un viaje al pasado. Un inesperado recordatorio de una música que no sabíamos que echábamos de menos, pero que DYGL hace suya y nos presenta en forma de nostalgia musical con estilo y forma propia. No son unas cuantas covers de esa música que solíamos escuchar: es una continuación de los mejores Strokes, esos que cautivaron con su primer disco, despuntaron en el segundo y ya no les volvimos a ver nunca más.
Aunque su intención no es centrarse únicamente en esta corriente musical, Nobuki Akiyama, vocalista de DYGL, cuenta que está “bastante seguro de que estamos influenciados por ella”. “Por aquel entonces, éramos adolescentes y pudimos experimentar esa música en tiempo real. Fue algo brutal. Ahora escuchamos música muy buena de muchas épocas, pero he de aceptar que nos encanta la energía especial que tenían los grupos de los 2000”, nos dice.
No deja de ser curioso que la recuperación de ese indie rock tan laureado y que aglutinó a tantos músicos venga de parte de un grupo de Tokio. ¿De dónde procede esta inspiración? “Personalmente he estado más metido en la música rock británica, pero muchos de nuestros grupos favoritos son estadounidenses. No nos importa de donde venga: si es buena, es buena para nosotros”, responde Nobuki.
Para DYGL, la música que se hace en Japón es poco auténtica. “Ahora mismo no hay muchos grupos japoneses que nos impresionen. Todo se basa en lo comercial, la fama y todo eso. Hay algunos buenos, pero la mayoría no son demasiado creativos, especialmente los que están metidos en grandes discográficas”, explica. Es cierto, la industria musical japonesa juega en otra liga. Grupos como DYGL necesitan sus propias fórmulas para optar a algo más que un sector minoritario del público nipón. Pero, ¿nace de ahí la decisión de grabar en inglés? “Para mí fue algo muy natural empezar a escribir letras en inglés cuando empezamos el grupo porque mis grupos favoritos eran ingleses”, comenta sobre el tema. Los cuatro integrantes de DYGL han abrazado “la energía y creatividad que transmite la música en inglés por su forma independiente de crear cosas, que nos parece atractiva y divertida”. Para ellos, las cantidades ingentes de música en inglés que han venido consumiendo es razón suficiente para empezar a cantar en inglés. “Estamos contentos si le gustamos a gente de todo el mundo, pero nuestra razón principal para hacer nuestra música global no es cantar en inglés. Simplemente me gusta el sonido y la atmósfera que las palabras en inglés tienen como lengua”, afirma.
Nobuki no descarta, en cualquier caso, hacer un viraje hacia la música de su país de origen: “Estoy interesado en cantar en japonés porque también me gusta la imagen que proporciona como lengua. Sin embargo, creo que necesito conocer y aprender más sobre buena música japonesa antes de hacer la mía propia”. La cuestión sobre el idioma es obligada. “Nos lo preguntan siempre”, dice. Y es normal; no deja de ser sorprendente lo que los chicos de DYGL representan a nivel musical. “Siempre intento hacer música que yo mismo quiera escuchar. Todas las melodías y letras están relacionadas con mis sentimientos. Siempre trato de hacer música atemporal y universal porque me gusta la idea de que todo el mundo pueda compartir los mismos sentimientos como seres humanos”, relata Nobuki, más interesado en “describir emociones con las que todo el mundo pueda sentirse reflejado” que en cantar sobre temas demasiado específicos. Es una forma, también, de mirarse a uno mismo: “La inspiración puede venir de cualquier parte, pero siempre intento no perder de vista mis propios sentimientos«.
Así lo representa en su último single, Waste of Time, lanzado en diciembre del año pasado. “Es una canción para gente deprimida por haber perdido algo”, asegura. “Relaciones, oportunidades, cosas materiales, lo que sea. En la canción, canto que todo puede ser una parte importante de tu vida y que puede que lo descubras más adelante aunque ahora te sientas perdido o derrotado. Quizá es una canción para mí mismo pero quizá lo sea para otra persona. Quizá lo sea para ti”.
Próximo paso: su primer álbum, que acaban de grabar en Nueva York. Agarraos: producido por el guitarrista de The Strokes, Albert Hammond Jr. y el productor de Angles (2011), disco despreciado por el autor de este artículo unas líneas más arriba, Gus Oberg. Un total de catorce canciones que se pondrán a la venta el próximo 19 de abril bajo el título de Say Goodbye to Memory Den. “Después de eso, queremos hacer un tour mundial”, dice. “La música es lo más importante. Quiero que la gente simplemente se divierta en nuestros conciertos”, concluye Nobuki.