En un panorama editorial cambiante, el interés por el estudio del anime viene creciendo de forma constante en nuestro país. Pero pocos editan con el mimo y el juicio de la editorial Héroes de Papel. Con ellos, Álvaro Arbonés publica Tú (no) necesitas ser un héroe. Neon Genesis Evangelion, una aproximación minuciosa y personal a la mítica serie.
Series anime con la etiqueta de ‘mítica’, o acompañadas del adjetivo –siempre difícilmente definible- ‘de culto’, hay a montones. Se nos apilan las obras que marcaron a generaciones de otakus y no-tan-otakus desde los ochenta hasta hoy. Se nos acumulan las series que parece que hay que repasar sí o sí porque la nostalgia pop contemporánea las ha tratado mejor que a otras. Y a pesar de todo, se diría que como Neon Genesis Evangelion (1995) no hay ninguna. Ninguna que captase con tal nivel de inteligencia emocional el sentir del Japón de la década perdida. Ninguna que fuese capaz de crear un fandom tan exigente en sus fuentes. Ninguna que dejase tan jodido a una generación entera, como ya escribiesen Yago García y el propio autor del libro aquí.
Hoy, el trabajo de reivindicar y revisar ficciones que sí marcaron un antes y un después –de verdad-, se antoja cada vez más mainstream pero más complicado. Cuesta añadir nuevas capas de lectura a libros tremendamente manoseados. Si a este hecho añadimos la dificultad de tratar un material absolutamente inflamable, como es el caso del anime ideado por Hideaki Anno, la cosa se complica.
Sin embargo, nuestro colaborador Álvaro Arbonés compone con Tú (no) necesitas ser un héroe una obra de apariencia sencilla pero de fondo tan minucioso y ambicioso como humilde. Un libro que se acerca a la historia de Neon Genesis Evangelion desde una mirada personal, que apunta más a la cabeza que al corazón de cualquier interesado en el mundo del anime. De ahí que su estudio de la obra de Anno se centre más en la psicología de los personajes y la significación de ésta para con sus tesis, que en la producción y desarrollo de la serie, o en su fenómeno fan. Hablamos con él sobre el libro, el anime y la vida.
Francesc Miró (FM):- En alguna ocasión has comentado que el libro es mitad encargo y mitad idea tuya. ¿Cómo nace Tú (no) necesitas ser un héroe?
Álvaro Arbonés (AA):– Pues en un principio se me acercó la editorial Héroes de Papel. Me habían leído en medios y les gustaba lo que hacía. Me contaron que a pesar de ser una editorial especializada en libros de videojuegos, querían extenderse hacia la edición de investigaciones sobre la cultura pop, animación, cine y libros en esta dirección. Entonces me preguntaron si me interesaría escribir un libro con ellos. Les dije que sí y empezamos a debatir sobre lo que podíamos hacer juntos. La cosa se movió siempre en tratar algún anime, pero la idea fue encontrar un material que fuese un punto medio entre nuestros intereses.
(FM):- ¿Hubo alguna idea que se cayese en ese camino de encontrar el anime que os gustase a ambos?
(AA):- Lo primero que les propuse fue la Guía de iniciación al Manga que he terminado publicando en CANINO, pero no terminó de cuajar. Creo que es lógico que ahora quieran seguir publicando cosas más centradas en el audiovisual y tampoco sé, comercialmente, cómo funcionaría un texto de ese tipo. Así que estuvimos hablando de varias series. Cuando salió el nombre de Neon Genesis Evangelion estuvimos de acuerdo casi instantáneamente.
(FM):- En contra de lo que se suele encontrar en este tipo de ensayos, Tú (no) necesitas ser un héroe no se organiza en ejes temáticos. ¿Siempre tuviste clara la estructura que utilizas, analizando arcos dramáticos de varios episodios de la serie?
(AA):- No, no. Al principio pensé en estructurarlo alrededor del temas. Tratar lo histórico en una parte, otra parte dedicada a la música, otra parte dedicada a la animación… pero luego me di cuenta de que se estaba quedando un texto demasiado farragoso de leer. Entonces decidí que era mejor ir poco a poco tratando todos esos aspectos a lo largo de toda la obra.
Es como si tienes que comer una comida con muchos sabores distintos y hay algunos que no te gustan. Si tienes que comer un poquito de esos sabores no pasa nada, pero si te vas a meter un platazo chungo antes de empezar con lo que te gusta de verdad, igual abandonas la mesa.
(FM):- Como tú has comentado, tus intereses en el manga y el anime son muy extensos. ¿Por qué Evangelion?
(AA):- Uno no escribe un libro sin antes tener muy claro que quiere escribirlo, porque es una tarea titánica y sabes que vas a tener que intimar con el libro. A lo largo del proceso lo pensé mucho. De las series míticas hay unas cuántas por las que siento una pasión enorme. Tal vez podría haber escrito un libro sobre Sailor Moon (1992) que es una serie muy interesante. También barajé otras series como por ejemplo Cowboy Bebop (1998), que es una serie que me gusta a niveles casi obscenos. Pero hay temas sobre los que te sientes cómodo escribiendo y otros que no tanto, por lo que sea.
Con Evangelion me sentía bien y me sentía movido por los temas que me interesaba tocar. No creo que hubiese ninguna otra serie con la que me sintiese tan bien escribiendo en el momento en el que decidimos hacer este libro.
(FM):- Cuando escribes capítulo a capítulo decides hacer un acercamiento psicológico al universo de Evangelion. ¿Por qué enfocarla así y cómo fue dejar de lado otros aspectos como la conspiranoia o su simbología religiosa?
(AA):- Es el propio interés personal. Más allá de ver a los roboces dándose hostias, que siempre está bien, o más allá de cómo está realizada la serie, otro tema que me apasiona, lo que más me interesaba era la psicología de los personajes y cómo va evolucionando a lo largo de la historia. Las conspiraciones me interesaban lo justo y la religión… considero que en Evangelion esta es más un tema estético que de fondo. Es como un vestido: no es algo que nazca de la naturaleza de la serie sino que le queda bien cuando la envuelve. Pero no es una decisión que intente darle un trasfondo religioso a Evangelion. Si hubiese tocado a fondo el tema religioso me hubiese alejado del foco.
Sin embargo, el tema de la psicología me interesaba mucho porque me parecía que estaban muy bien retratados sus personajes. Son personas muy torturadas y completamente destrozadas psicológicamente. Me parecía muy interesante abordar con rigor su visión. Aunque eso también me ha hecho dejar cosas fuera: había planeado un capítulo sobre religión y otro sobre filosofía, pero decidí eliminarlos porque si no se perdía un poco el enfoque psicológico.
(FM):- Entre los arcos argumentales también dedicas ciertos capítulos temáticos. Hay uno en concreto en el que analizas cómo la crisis económica japonesa de los noventa marcó el tono de la serie. ¿Qué crees que hay de político en Evangelion?
(AA):- Esa es la pregunta más terrorífica que le puedes hacer a nadie sobre Evangelion. Para empezar Hideaki Anno -o lo que ha dejado ver sobre sí mismo-, tiene una posición política muy ambigua, más para un país como España dónde ya sabes que somos muy de verlo todo negro o todo blanco. Él es nacionalista y patriota. Es militarista, aunque también es antinuclear. No está a favor de la extensión de poder del ejército y no es, desde luego, alguien de derechas. Pero tampoco se consideraría de izquierdas aunque te diría que el comunitarismo y el colectivismo es positivo. Me explico… ¿no? Anno tiene un posicionamiento político muy particular.
En este sentido, creo que la serie intenta transmitir más una sensación que una idea política concreta. Evangelion transmite la derrota moral del Japón de los noventa, la sensación de cómo estaba el país en ese momento. Más que hacer un discurso político parece que quiere hacer una reflexión sobre cómo está nuestro país y cómo puede llegar más allá. También creo que su respuesta es muy personal: hay que abrirse a los demás.
(FM):- En el libro insistes mucho en la idea de leer Evangelion como gran metáfora de la depresión. ¿Hasta qué punto eso sigue vigente tras aquel final tan polémico o tras el Rebuild of Evangelion (2007-)?
(AA):- Shinji siempre será la encarnación de la depresión y de la dificultad de abrirse y depender de los demás. Es cierto que el final da a entender que se abre a los demás en el momento más extraño… el final en general es muy raro y -como explico en el libro-, intentar decir algo concreto sobre él está abocado al fracaso. Pero yo entiendo que cuando todos se vuelven ‘sopa primordial’, Shinji acepta que estar vivo y separado de los demás duele, pero es mejor que ser una masa indiferenciada. Aunque no supere de todo sus mierdas, porque ahí está la escena del estrangulamiento de Asuka para demostrarlo, sí que entiende que es mejor tener problemas para relacionarse que estar tan cerca del resto que prácticamente no existes.
Pero claro, en el caso de las películas aún no sabemos si están conectadas con la serie. En el libro yo digo que sí porque creo que todo en Evangelion es un ciclo eterno que se repite una y otra vez, como pasa con estos remakes. Shinji va aceptando lo que le ocurre a través de un ciclo eterno de reencarnaciones, y lo consigue. Aunque esta es mi interpretación y es completamente libre y discutible.
(FM):- ¿Por qué crees que Anno tuvo esa necesidad de volver a ‘construir’ Evangelion haciendo el Rebuild diez años después?
(AA):- Es muy difícil saberlo porque él es muy poco dado a hablar de su vida y de sus intenciones. Hay que tener en cuenta que después de hacer Evangelion hizo Kare Kano (1998) para Gainax y tuvo que dejarla a mitad por una depresión que casi lo mata. Entonces estuvo unos años sin poder hacer mucho. Cuando volvió a sentirse preparado, volvió para hacer Evangelion porque esta historia es un lugar que controla. Las personas con depresión o la gente que sufre ansiedad, a veces lidian con su enfermedad volviendo a lugares que consideran seguros. El equivalente a este espacio en términos creativos podría ser Evangelion para él.
Su mujer, Moyoco Anno, dice que cuando está muy mal siempre vuelve a Evangelion. Esto es algo que ella sostiene tanto en un corto que hizo con Studio Khara –until You come to me (2014)-, como en un manga que tiene sobre su vida en pareja -Insufficient Direction (2005)-. Lo que parece pasar es eso: que solo se siente cómodo en Evangelion.
En cuanto a lo que aportan los remakes… creo que dan a entender que la historia es un ciclo eterno. La depresión también es cíclica y ocurre una y otra vez. Evangelion parece ser circular y, aunque cambien ciertos detalles, vuelve siempre al mismo sitio. Pero claro, hasta que no veamos la cuarta película no podremos decirlo.
(FM):- En el libro explicas que Anno quería que Evangelion fuera un veneno que actuase como antídoto para una generación de espectadores. ¿Crees que fue así para quien vio Evangelion en su momento?
(AA):- Esto lo dijo él en una entrevista con Yoshiyuki Tomino en la que decían que tanto esta como Mobile Suit Gundam (1979) eran eso: series que actuaban como un veneno, que costaba ver, pero que también servían como antídoto para aprender.
Anno también ha puntualizado que esto lo dijo centrándose especialmente en los otakus. Pero creo que, buscando ese retrato del desasosiego del momento, al final acabó llegando a otro mundo. Ya no se dirigía solo los otakus, ni tampoco a Japón, sino a todo el mundo que haya podido ver la serie. Así que yo creo que sí, que hay gente que se ha sentido identificada con la serie y les ha ayudado a seguir adelante. Tengo amigos que después de ver Evangelion se han enfrentado con muchas más fuerzas a ciertos aspectos de su vida.
(FM):- Este es tu primer libro en solitario. ¿Cómo valoras este viaje? ¿Te ves escribiendo otro libro?
(AA):- El esfuerzo ha merecido la pena. Escribirlo fue muy satisfactorio porque yo pensaba que era muy diferente a escribir artículos y en realidad no es tan diferente. Es el mismo proceso de esquematización, escritura y reescritura. Lo que pasa es que esto es muchísimo más largo y acabas obsesionándote. Un libro puede agotar mucho porque convives con el material mucho tiempo y estás volviendo constantemente a él. Y eso te dinamita emocionalmente porque puedes tener la sensación de que no avanzas. Los artículos son una carrera de velocidad mientras que un libro es una maratón. Cuando acabas piensas: «bueno, ya está, he llegado a la meta pero no voy a volver a hacer esto en mi vida«.
Pero luego pasa un tiempo, y lo echas de menos porque recuerdas lo bien que te sientes mientras escribes. Y de repente te apetece escribir más. Así que de momento estoy escribiendo artículos pero estoy abierto a proyectos más grandes. Si ninguna editorial me propone algo antes, probablemente me acabe picando el gusanillo por una parte u otra.