[Entrevista] Camellos: «El rollo de gente tomándoselo todo muy en serio nos resulta bastante cómico»

Inclasificables en lo musical al tiempo que muy apegados a los códigos del guitarreo español de toda la vida, con letras que se pasean a veces en el mismo verso por la broma privada, el chiste viejo y la reflexión sociológica, Camellos son uno de los grupos más sorprendentes y reivindicables del momento. Aprovechamos la salida de su nuevo EP, Arroz con cosas, para charlar con un par de ellos e intentar descifrar la alquimia de su originalidad.

A Camellos llegué de forma inusualmente súbita. Nadie me había hablado de ellos, nadie me había recomendado sus discos, nadie me había pasado una canción con la notita de rigor de «atento a esto». De hecho, no recuerdo cómo llegué a topármelos. ¿El algoritmo mágico de rigor? ¿Un tropezarse por Internet con la recomendación adecuada en el momento adecuado?




Ni idea, pero sí que recuerdo la sensación de «¿Esto de dónde demonios ha salido?» al escuchar Becaria, una arrolladora mezcla de chistes camp pero graciosísimos («Becaria en una droguería, aquí no venden lo que yo quería»), sátira demoledora a partir de imágenes muy poderosas («Mi jefe imaginario tiene Linkedin») y una personalidad muy marcada a través de una voz doble y una música sencilla y acelerada que coquetea con el punk ultramelódico y británico a lo Buzzcocks, otras veces en turbios parajes garageros, pero sin sumergirse del todo en ninguna etiqueta y sin perder en ningún momento un saludable aire de ligereza. Ya redondeando la feria de sorpresas, el disco en el que estaba incluido el tema, Embajadores, compartía esas características en un conjunto coherente y con cierto aire unitario (¡el acabóse!), y donde brillan composiciones como Ejecutivo estresado, Très-bien o Pantoja-ha.

Para comprobar si toda esta brillantez tiene un equivalente de carne y hueso a la altura y para que nos hablen de su reciente y redondísimo EP Arroz con cosas quedamos con dos de los componentes de Camellos, Fer (guitarra y voz) y Jorge (batería). Esto es lo que nos contaron.

JOHN TONES (JT): ¿Dónde andabais antes de Camellos?

FER (F): Paco tenía un grupo que se llamaba Milk It y yo otro que se llamaba The Bards y nos juntamos a hacer música juntos porque nos gustaba lo que hacíamos en los respectivos grupos

JT: Vamos con las complicaciones: intentemos definir vuestro estilo.

JORGE (J): Cada uno tenemos nuestra pequeña parcela, Tommy es americano, yo vengo del punk y el hardcore… La base más potente de la composición la llevan Paco y Fer, que son los guitarristas, en cuanto a lo musical. Pero la parte más diferencial del grupo se hace entre los cuatro y sale con facilidad. Pertenecemos a un grupo de colegas y cuando Lucho, anterior batería de la banda, se fue y entré yo, uno de los miedos que había era que no pillara el rollo del grupo. Pero todos pertenecemos al mismo grupo de colegas, así que mantuve el estilo y el humor sin problemas.

JT: ¿De dónde salen las demenciales ideas para las letras? En muchos casos parecen bromas privadas y las típicas coletillas que se generan espontáneamente en grupos de colegas…

F: Hay de todo. Hay muchas bromas privadas, unas se pueden extrapolar y otras no, pero hacemos un filtrado y escogemos las que nos parece que pueden tener más lecturas y que la gente puede interpretar de forma más universal.

JT: Hay en ellas, y supongo que tiene algo que ver este germen, en la cotidianeidad que se genera en estos grupos…

J: Las canciones las hacemos para nosotros y reflejamos lo que nos interesa, pero son cosas cotidianas, de quedarte sin curro o de que sales una noche y te toca zurrarte con uno. Yo creo que ahí está el secreto.

F: El otro día nos preguntaban que por qué no hablamos de amor y ese tipo de cosas, y es un gran tema, pero es que no…

JT: Bueno, yo creo que sí que habláis de amor en vuestras canciones, pero no con el enfoque tradicional…

F: Sí, nosotros también lo pensamos

J: Son las interpretaciones de cada uno. Me gusta que gente distinta nos venga diciendo que ha entendido cosas dispares de la misma canción, cosas que nosotros mismos no habíamos pensado.

F: Por ejemplo, alguien en un concierto nos dijo que Muelle era una continuación de Ejecutivo estresado. Que es algo que a nosotros no se nos había ocurrido.

JT: Y todo ello filtrado por un sentido del humor peculiarísimo y muy personal…

F: Ahora hay un rollo de tanta peña seria, tanta gravedad, gente que se lo toma todo tan en serio que esa misma seriedad también nos resulta cómica. Nos gusta quitarle epicidad a la música y contar historias quitándoles un poco de hierro. Ahora todo el mundo parece que hace crítica social, incluso grupos que hasta hace nada no lo habrías esperado se suben al carro de la crítica social. Nosotros preferimos hablar más de nuestro entorno.

JT: ¿Por qué habéis escogido el formato EP para Arroz con cosas?

F: Entraron varias cosas en juego: Embajadores nos lo planteamos un poco como una especie de recopilatorio de la primera época de Camellos, canciones que habíamos publicado en formato EP en Bandcamp. A partir de ahí queríamos hacer algo con más sentido. Cogimos cuatro canciones, le dimos un poco de rollo conceptual, como que tuvieran relación entre ellas, que contaran varias historias con relación entre sí, y el resultado nos gustó. Aparte de que el formato breve nos gusta.

J: Arroz con cosas lleva grabado desde noviembre de 2017. Pero así es la música. Está grabado desde antes de que se hiciera conocido Embajadores… que se grabó en nobiembre de 2016. Con Embajadores nos ha pasado que mucha gente lo ha descubierto mucho después de haberlo sacado, un año después.

JT: ¿Y ahora qué, otro LP?

F: No hay nada decidido, estamos pensando si grabar más, si seguir componiendo…

J: Yo creo que aunque se ve que es el mismo grupo, hay cierta evolución en el sonido de Embajadores a Arroz con cosas. Sobre todo porque hay canciones compuestas en 2015 en Embajadores, pero Arroz con cosas te da pistas acerca de a dónde puede ir el sonido del grupo en cosas nuevas que vayamos a hacer.

JT: ¿Y a dónde va ese estilo?

F: No tenemos nada preparado ni definido, esencialmente hacemos el rollo que nos gusta y ya vamos viendo. Por ejemplo, la primera vez que nos pusimos con Café para muy cafeteros sonaba muy distinto de lo que hacemos normalmente. Pensamos «¿Qué es esto, ya se nos ha ido la olla?» Y al final la acabamos llevando a nuestro terreno, porque al fin y al cabo somos nosotros quienes la interpretamos.

J: Cuando Fer trajo Café para muy cafeteros al local y nos enseñó las tres notas de la base, recuerdo que le dije literalmente «Eso no es para Camellos«, pensé que era imposible de desarrollar con nuestro estilo, pero nos pusimos a trabajarla y acabó saliendo uno de los temas que más me gustan de los últimos que hemos hecho. Es la misma filosofía que tenemos con las versiones, intentamos llevárnoslas a nuestro terreno, como hicimos con Gold de Spandau Ballet, que la tocamos en directo.

JT: ¿De dónde sale la idea de cantar a dos voces?

F: Yo siempre había querido cantar a dos voces, pero por separado, Paco unas y yo otras. Yo tenía un grupo con mi hermano, que como somos gemelos tenemos las voces iguales, y me gustaba el resultado. Lo intenté con Paco y fue un poco dificultoso, porque no entonábamos exactamente igual, yo le hacía los coros y él, como solista, afinaba a su rollo, de forma muy personal. Pero cuando conseguimos clavar la afinación nos gustó el resultado.

JT: ¿A quién no queréis pareceros?

J: El chico que nos produjo Arroz con cosas vino a vernos ensayar para saber qué queríamos grabar, estábamos tocando Avances y nos dijo que le recordaba a Frank Zappa. Eso no lo esperábamos.

F: Yo no lo veo (risas).

J: También alguna vez alguien nos dijo que teníamos un sonido medio británico estilo los Who o algo así. A mí, personalmente, si tú lo ves, pues bien, pero yo no… A mí lo único que no me gusta es que nos metan en el saco de los grupos de broma, que es algo de lo que hemos conseguido desmarcarnos. Lo decimos flipándonos grupos como los Ganglios nos flipan. Mamá Ladilla también me encantan, son unos músicos buenísimos además. Pero Camellos es otra cosa, por mucho que usemos el humor.

F: En Toledo nos dijo un tío que como cantábamos a dos voces le recordábamos al Dúo Dinámico.

J: También en Toledo me acuerdo que vino una chica a dejarnos muy claro, de forma muy firme y con mucha insistencia, que lo que hacíamos le había parecido una puta mierda.

JT: ¿Y quiénes os gustan, en quién notáis la influencia?

J: La URSS me flipan. Biznaga, Mujeres, Medalla que además son colegas. Vulk también me encantan. También me gusta mucho lo que hace La Plata… creo que hay muchos grupos en la península muy buenos. Ahora hay muchísima competencia, y lo digo como algo bueno. Perro también nos gustan mucho, nos gustaría hacer algo en el día de mañana con ellos… Kings of the Beach son unos gallegos con un directo buenísimo… Quizás sea esa abundancia de grupos buenísimos lo que hace tan difícil destacar ahora mismo… pero al final esa competencia solo trae cosas buenas.

F: Sí, ahora solo falta que las salas se pongan a programar como tienen que hacerlo y dejen de hacer el gilipollas. Hay salas que tienen un concepto muy equivocado de cómo funcionan las cosas, las hay que te cobran trescientos euros por tocar, y entonces tienes que poner las entradas a quince euros. Eso es ridículo: la gente ha acabado yendo a las salas a ver lo que ponen esa noche, no como se hacía antes que durante todo el mes había una programación coherente a precios más asequibles, y te podías permitir ir a probar suerte a ver quién tocaba. No enfocan la programación al público, sino a asegurarse de llenar un día tras otro, lo que impide que se cree una escena.

JT: ¿Hay un desequilibrio entre la calidad de los músicos y la actitud de la industria y las salas?

J: Bueno, ahora está todo montado de tal manera que si en un concierto hay beneficios, ganamos todos. Pero si hay pérdidas, repercute en el músico. Hay poca empatía de las salas, que yo entiendo que hay que comer, pero a menudo te dicen «Es que claro, ¿quién paga a los camareros que había en vuestro concierto?» Ah, ¿que los tengo que pagar yo? Toco, lleno la sala, ¿y de lo que genero tengo que pagar a los empleados?

JT: Volviendo a vuestras canciones… ¿sois como se intuye que sois por el contenido de vuestros temas?

F: Bueno, no somos cromañones 24/7, pero sí que es verdad que lo que se refleja en las canciones somos nosotros mismos.

J: Hay algún amigo que nos atribuye el no haber llegado más lejos por nuestro humor, que dicen que es demasiado especial e incorrecto.

JT: ¿Realmente creéis que tenéis canciones tan problemáticas? A mí no me da esa impresión…

F: A título personal creo que no. Un colega nos decía que las canciones son tan nuestras que parece que todo es una gran broma entre nosotros. Y nos decía que deberíamos hacer un humor más elegante, a lo Ilegales.

JT: Cuidado con el humor elegante de Ilegales…

F: Exacto, que hicieron una canción llamada Heil Hitler por las risas… A mí me encantan Ilegales, pero sin llegar a ser un grupo de coña, es cierto que tienen un sentido del humor salvaje, y donde Jorge Ilegal llega a ser una caricatura de sí mismo.

JT: Es cierto que ese humor vuestro sirve como pegamento para un pupurrí de cosas muy dispares: frases hechas, chistes privados…

J: Sí, y noticias cutres. Por ejemplo, ¿sabes de dónde viene lo de «Haz balconing sin piscina, juega a muelle en la cocina»? De una noticia que leímos sobre una práctica sexual de riesgo entre adolescentes, que había provocado varios embarazos

JT: Y todo ello aderezado con chistes viejísimos a los que dais nuevo sentido, como lo de «Sonrisa colgate, escupite y matate«

J: Es nuestra forma de unir lo grave con lo chusco. Es un chiste idiota que me contó mi padre, con un punto también de humor negro pero muy absurdo, y es nuestra forma de hablar de un tema que en el fondo es serio, que es la depresión.

F: Y mezclarlo con «Esto me sabe a chincheta», que es una frase de Los Simpson…

JT: Quizás es ahí donde reside el secreto de vuestro estilo, en esa macedonia de cosas…

F: Si te fijas, musicalmente esa canción concreta es bastante oscura en la progresión de acordes y tal, y luego sueltas esa mierda.

PRÓXIMOS CONCIERTOS:

14 de diciembre: Camellos + Medalla en VOL (Barcelona).

23 de marzo: Camellos en Sala 0 (Madrid)

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