Cómo acabar con la contracultura retrata los diferentes movimientos underground que surgieron antes y después de la Transición. Entrevistamos a su autor, Jordi Costa, uno de los críticos culturales más importantes de España y resolvemos este cuestionario a la manera del título del libro: con un puñado de preguntas para un manual de supervivencia cultural.
Cómo surgió la contracultura (como libro)
Mi primer trabajo fue en El Víbora. Por edad tengo la sensación de haber llegado ligeramente tarde a la contracultura, pero todo lo que me ha educado viene de ahí. La idea era tratar el libro como una memoria sentimental, un intento de dar las gracias por mi formación. Por otra parte no me interesaba construir un relato de batallitas de abuelo. La nostalgia hay que tenerla controlada. Los discursos de “ya no volverán esos tiempos” son un poco estériles.
Cómo surgió la Contracultura (en España)
El nacimiento de la contracultura en España es una consecuencia inesperada del proceso de limpieza de imagen exterior del franquismo y la llegada de puestos militares a suelo español. De repente esas bases tienen una doble vida de mercadeo, desde vinilos a sustancias tóxicas e indumentarias.
Por otro lado hay una constante en el libro entre lo contracultural y “el viejo orden”. Por ejemplo, que la primera revista que publica dibujos psicodélicos es Trinca, a la sombra de la Falange. O que el primer hippie español pertenezca de la familia Vallejo-Nájera, cuyo padre fue considerado el Doctor Mengele del franquismo.
Por qué el movimiento hippy fue más que un corto verano del amor
Los hippies extranjeros que se reunían en Ibiza tenían dinero, o disponían de una beca. Sin embargo el hippie de clase proletaria española tenía unas opciones mucho más duras, acompañados de hippies de familia adineradas que podían volver cuando quisieran. Tras los veranos del 69 y el 70, los hippies que se quedan en Ibiza y Formentera parecen condenados a convertirse en figuras de pesebre, artesanos parte de un paisaje donde no molestan.
Cómo la creación de la discoteca española surge de la idea de controlar a las masas
Cuando Pacha abre en Ibiza decide convertir su estética en la moda hippie, creando incluso un día flower power. Pero como toda discoteca, el ambiente es bastante poco inclusivo. Es interesante fijarse que antes de las discotecas estaban las salas de baile, controladas también por La Falange. No resulta nada paradójico que en la fachada de la discoteca se coloque la bandera Española durante la época del procés catalán y se popularice el cierre de sesión con el himno español y colores de la rojigualda.
Cómo La Ley Miró… bueno, cómo La Ley Miró supuso lo que supuso
La Ley Miró es una de las muchas vertientes que yo clasifico como «gusto socialdemócrata», que tiene básicamente mucho que ver con la política cultural del PSOE, que apunta a favorecer un único modelo de literatura y cine. De repente se valoran factores de profesionalidad y de prestigio, dejando de lado todos estos valores de espontaneidad, desorden y visceralidad de la contracultura.
Las bestias negras del cine de Miró eran el cine de género y las comedias, todo lo que asociaba a una imagen de cine casposo. Para mí es una decisión nefasta porque es en ese territorio donde está el inconsciente de una cultura popular. Lo que se fomenta es un cine académico, bastante estéril y sin tampoco demasiada proyección internacional.
Qué es Pollo Urbano y la importancia de la (no) periferia
Al hacer el libro me doy cuenta de que hay muchas otras zonas periféricas (aunque no me gusta llamarlo así, ya que parece que estás hablando desde una centralidad) de las que aún está por escribir. Hay una web llamada Zaragoza Rebelde, que dio pie a un libro del mismo nombre y que trata de (re)descubrir la importancia de un fanzine zaragozano, Pollo Urbano, de indudable valor contracultural.
Cómo la Contracultura duró más allá de La Movida
En su origen el libro iba a ser mucho más extenso, pero lo que pasó es que encontré tantas cosas entre el 68 y el 77 que decidí centrarme en estos años. Lo que pasa después de La Movida daba para otro libro y hay diferentes movimientos que merecerían ser investigados. Por ejemplo, Chimo Bayo defiende La Ruta del Bakalao como un proyecto claramente contracultural. Para mí hay ciertos aspectos que me impiden catalogarla como tal, pero si realizo una segunda parte sin duda la incluiría. El subtítulo del libro (una historia subterránea de España) es completamente intencionado.
Cómo la contracultura no va de caídos ni de malditos
El título del libro es claramente irónico. La gente tiende a olvidar que la contracultura no fracasó ni murió, ya que en sus ideales utópicos nunca estuvo triunfar, sino simplemente plantear diferentes maneras de pensamiento. Parece que hay una admiración casi morbosa por “los caídos” o “los malditos” de aquella época, como si el destino inevitable de la mayoría de los supuestos agentes contraculturales fuera ser asimilados en el sistema. Sin embargo, yo no estoy del todo de acuerdo con esto. Fíjate en el caso de Nazario, o Pau Riba, cuyo trabajo sigue igual de revolucionario que durante la llamada etapa contracultural. El caso de Mariscal sí que puede haber cierta discrepancia en relación a su trayectoria profesional. Eso sí, si hay alguien que haya tomado un camino totalmente opuesto al que inició es Albert Boadella, actual presidente de Tabarnia.
Cómo existe una contracultura contemporánea (si se sabe ver)
De algún modo el Youtuber podía haber sido la forma evolutiva del creador contracultural, pero parece que se ha quedado para procesos conectados al consumismo como los unboxing. Sin embargo hay mucho más ahí, como puede ser el caso de Soy Una Pringada. En el último capítulo del libro me centro en ella pero hay muchas otras figuras con un discurso contracultural muy potente en el mundo de YouTube. Del mismo modo a nivel musical hay una escena contracultural que no controlo que es el trap, donde surgen voces que provienen de lugares sin absoluto glamour que adquieren una pose irónica agresiva con el glamour bastante interesante.
Cuál es el campo de batalla de la contracultura elemento contracultural
El gran territorio donde se pueden hacer cosas es en la educación, entendiendo la educación como la transmisión no solo de información sino de sensibilidades. El cine como valor educacional está ahí. Luis López Carrasco, por ejemplo, hace una lectura muy crítica y muy severa de La Movida en su película El futuro, como una especie de fiesta espejismo. Luis no lo vivió, pero le resulta interesante investigar sobre la historia que le precede.
Por otra parte, aunque estamos en una cultura donde el mercado es lo que rige, en muchas series de animación como Hora de aventuras o Historias corrientes ves claramente que quienes están haciendo son hijos o nietos de la contracultura. Que sus autores sean capaces de introducir ciertos mensajes en este tipo de formatos y filtrar este espíritu contracultural para las nuevas generaciones me parece un éxito. La batalla de la utopía que representa la contracultura no está ni mucho menos muerta. Y nunca morirá.