Nacida en las páginas de El Jueves hace más de 20 años, La parejita se convirtió en una de las series contemporáneas más longevas y populares de nuestra historieta. Tras recobrar vitalidad y frescura en Orgullo y Satisfacción, ahora se estrena en libro con Las nuevas aventuras de Emilia y Mauricio. Hablamos con Manel Fontdevila de esta nueva etapa, del éxito de sus personajes y de muchas cosas más.
Mauricio es irresponsable y fan de los Ramones, Emilia toca más en el suelo, pero también tiene su genio y sus manías. Pese al contraste de personalidades, iniciaron noviazgo y no ocultaron los pormenores de su relación a los lectores de El Jueves, donde se estrenaron en 1995. Emilia y Mauricio se hicieron famosos como La Parejita, una de las historietas más populares y longevas de nuestro cómic contemporáneo, cimentada en la tradición de la “guerra de sexos” y, sobre todo, en el relato humorístico de la vida cotidiana: problemas de vivienda, trabajo, convivencia, sexo, dietas, amigotes o, finalmente, la llegada de su hijo Óscar.
El éxito de La Parejita es consecuencia del talento de Manel Fontdevila (Manresa, 1965), hoy reconocido humorista gráfico (Público, eldiario.es) además de historietista inquieto, como demuestra la radical experimentación de Superputa (Glénat, 2007) o la genial no ficción en forma de novela gráfica de No os indignéis tanto (Astiberri, 2013). Protagonista, a su pesar, de diversos escándalos mediáticos por sus portadas para El Jueves, inició trayectoria profesional como dibujante de cómics a finales de los ochenta en revistas como Zona 84 o Cairo, entonces ya abocadas a una crisis sin solución. Tras probar la autoedición junto a Pep Brocal con Mr. Brain (1993) o ganar el premio a mejor obra en el Saló de Barcelona de 2004 con Mantecatos (Glénat, 2003), encontró refugio en El Jueves, encabezando el relevo generacional de sus autores además de crear una de las series estrella del semanario.
En 2014, el triste episodio de censura conocido por todos provocó la salida de un grupo de autores, Fontdevila entre ellos, del semanario donde La Parejita estaba a punto de alcanzar su entrega número mil, que se dice pronto. Muchos temieron por su continuidad para luego respirar aliviados cuando Orgullo y Satisfacción, innovadora e indispensable revista digital, se convirtió en el nuevo hogar de Emilia y Mauricio. La libertad absoluta y el cambio de formato han supuesto un chute de frescura y vitalidad para la serie, embarcada además en un replanteamiento mayor porque ya no es tiempo de tebeos sino de novelas gráficas.
Las nuevas aventuras de Emilia y Mauricio es el resultado, una colección de libros que Debolsillo lanza por partida doble con los volúmenes ¿Vosotros cómo os conocisteis? y ¿Estáis haciendo el amor?, hilados cada uno de ellos por un tema común expresado en el título, donde su autor juega y moderniza la narración sin perder la inmediata frescura de su humor. Como nos encanta hablar con Manel Fontdevila, hemos aprovechamos la ocasión para correr en su busca y plantearle algunas cuestiones sobre la nueva etapa de sus personajes.
Comenzar de nuevo
DANIEL AUSENTE (DA): Creo que es un acierto que hayas cambiado el título de La Parejita por Las Nuevas aventuras de Emilia y Mauricio.
MANEL FONTDEVILA (MF): Lo que me interesaba era separar las dos etapas: estamos comenzando de nuevo, pues cambiemos el título, no hay más intención que esa. De hecho, no había utilizado nunca el nuevo título y tampoco me molestaría cambiarlo otra vez (risas), pero vaya, de momento está bien así.
DA: Las nuevas aventuras de Emilia y Mauricio recoge material publicado en Orgullo y Satisfacción.
MF: Sí.
DA: Pero no es un simple recopilatorio de ese material.
MF: Claro, hay muchas más cosas, piensa que son dos libros de 144 páginas, así que hay bastante más. He adaptado y fusionado historietas viejas e incluido otras nuevas. No son recopilatorios sino que están pensados como libros completos, cada uno de ellos sobre un aspecto concreto de la vida de Emilia y Mauricio.
DA: ¿La ruptura con El Jueves puso en riesgo la continuidad de La Parejita?
MF: La última vez que dejamos El Jueves… la última vez que también fue el primera (risas)… pensaba que dejaría de dibujar La Parejita, pero es curioso porque el mismo día en que sucedió todo estuve leyendo La guía del mal padre de Guy Delisle (Astiberri, 2013), pensando que estaría bien hacer algo similar, así que ya enseguida me estaba planteando reconvertir la historia en libros.
20 años de parejita
DA: Emilia y Mauricio aparecieron por primera vez en 1995. Veinte años con una serie son muchos años.
MF: La verdad es que puntualmente te cansas, hay momentos en que te separas de la historia y es entonces cuando les has de poner un hijo, un poco para que vuelvan a hablar de tu vida. He aprovechado esta nueva etapa también para eso. Emilia y Mauricio no están en la madurez, pero la ven llegar, así que hablan más del paso del tiempo y eso curioso que pasa cuando ya tienes una edad y recuerdas cosas del pasado.
DA: Parte del secreto de la popularidad de Emilia y Mauricio es que todo el mundo se puede reconocer en alguna historieta. Me ha pasado, por ejemplo, con una en la que explicas que si no reparas rápido un desperfecto doméstico te acostumbras a vivir con ello. En casa llevamos años sin reparar el pomo de la puerta del lavabo.
MF: Es que esa es la gracia. Lo que también me interesa de La parejita es enseñar que las personas no somos tan diferentes. No me dedico a hacer encuestas a mis amigos sobre cómo hacen las cosas, tan solo muestro cómo las hago yo o, si me las invento, intento que parezcan cercanas a la realidad. Juego con eso. Luego, claro, te encuentras con gente que te comenta que ellos hacen lo mismo que Emilia o Mauricio en tal o cual historieta. Pero esa conexión se debe básicamente a que La Parejita no deja de ser una cosa muy normal, basada en mí muchas veces, y claro, tampoco es que yo sea demasiado diferente del resto de personas.
DA: Te gusta mucho dibujar letras e integrarlas en la viñeta.
MF: Sí, me gusta mucho hacer letras.
DA: Lo digo porque Las Nuevas aventuras de Emilia y Mauricio tiene dos ediciones, una en catalán y otra en castellano. ¿Has tenido que rotular por partida doble?
MF: No, afortunadamente. No lo sabía, pero hay diseñadores muy buenos en ese sentido. Hombre, si te pones a comparar con atención se nota que hay una que es la original, que es la castellana, la que comencé a hacer para Orgullo y Satisfacción. Pero lo cierto es que la editorial se lo ha currado bastante. De hecho, para hacer las tipografías mecánicas les pasé tres tipos de letra diferentes para que tuvieran mucho juego, porque es cierto que utilizo mucho las letras, y solo he tenido que rotular de nuevo en algún caso muy puntual.
Indagando narrativas
DA: El cambio a un formato apaisado también te ha permitido hacer cosas nuevas.
MF: Plantear un formato diferente me ha permitido un poco empezar de nuevo. A ver, también es el formato de Orgullo y Satisfacción, y tampoco me habría costado hacer páginas enteras y publicarlas partidas por la mitad, pero me gustó más la idea de hacer algo del estilo de La guía del mal padre o de todos esos libros de humor que están saliendo ahora de Moderna de pueblo, Agustina Guerrero o las hermanas Pacheco. Me pareció que cambiar el formato era una buena manera de comenzar a plantearme los libros de otra forma.
DA: Donde experimentaste mucho fue en Superputa.
MF: Sí.
DA: De alguna forma, has ido incorporando esos experimentos al resto de tu obra.
MF: Esa es la gracia. Para mí Superputa supuso poner en práctica una forma de ruptura muy poco pensada, dejándome llevar, rompiendo esquemas y diseños que luego, racionalizados, me han servido para hacer tebeos como No os indignéis tanto o incluso ahora para La parejita, que siempre se había mantenido apartada de, digamos, experimentos. Bueno, cuando digo experimentos tampoco me refiero a cosas muy raras, simplemente a replantear formatos y maneras de explicar las cosas. Así que ahora también me he dejado llevar en este sentido: ya que hacía un libro, concederme la libertad de hacerlo como quisiera.
Blutch y las mujeres
DA: Leyendo La Luna al revés, el nuevo álbum de Blutch que acaba de publicar Norma, pensé en ti.
MF: Tengo que decirte que he mirado con lupa los dibujos del Blutch, así que te puedes encontrar de todo.
DA: Me refiero a este tipo de cosas (le muestro las viñetas de arriba) que además son posteriores a dibujos tuyos similares.
MF: Bueno, pero hay dibujos de Blutch anteriores que ya son así. Yo he visto mucho Blutch, mucho, casi desde sus inicios, hasta el punto de que en casa tengo cosas que no se han recogido luego, de cuando publicaba en Fluide glacial, y ya entonces las guardaba. Es un dibujante que me vuelve loco.
DA: Además, tenéis en común que os gusta dibujar mujeres.
MF: A mí me gustan las mujeres y me gusta dibujarlas, pero muchas veces lo hago por la necesidad de dibujar algo que no sabes. Yo no sé dibujar muchas mujeres, no tengo la facilidad que tiene un Jordi Bernet, por ejemplo, que la anatomía le sale sola. Yo en cambio sufro mucho para cuadrar una figura humana, en especial si es femenina. Además, antes había ese concepto raro, ahora ya no tanto, de que cuando dibujabas mal a un hombre la gente lo encontraba normal, solo era un tío feo, pero si era una mujer y no estaba estupenda venía un editor, hasta algún lector incluso, preguntando por qué era tan fea, como si fuera algo que no se entendiera. Entonces, para mí la forma de intentar dibujarlas guapas fue dibujando muchas. Ahora, por suerte, nos hemos quitado esa obligación y podemos dibujar a las mujeres normales. Es algo que viene de una época en la que era necesario dibujar mujeres para poder entrar a trabajar… en El Jueves, por ejemplo, una revista donde era importante saber dibujar señoras.
Nota: más detalles de Las nuevas aventuras de Emilia y Mauricio en L’impepinable, el blog de Manel Fontdevila.
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Se agradece esta entrevista con Manel Fontdevila, uno de los grandes del cómic de este país, empeñado en demostrarnos como se puede trabajar duro y con honestidad durante mucho tiempo, siempre superándose a si mismo.