Es difícil reconocer al Schrader actual, ya encarnado en un señor orondo con acento neoyorkino y que no tiene reparos en mostrarte un meme de Nicolas Cage. Hombre afable, atrás parece que quedaron los tiempos donde escribió “…la soledad me ha perseguido todos estos años”. Al citarle esa frase, responde con una sonrisa maliciosa que no añora ya esa época que inmortalizó Peter Biskind.
De hecho, su película en Sitges Dog Eat Dog (2015) es de lo más lejano a su universo personal; un thriller en ocasiones genérico donde no se encontrará ni imaginería nipona, ni por supuesto grandes dilemas morales. Ahora bien, solo hay que fijarse en sus fulgurantes ojos azules para ver que todavía se emociona al hablar de cine.
CANINO asistió junto a otros compañeros de prensa a una mesa de periodistas con Paul Schrader. En esta se preguntaron cuestiones sobre su estreno en el Festival de Sitges y a propósito de su carrera tanto en el cine en la literatura y el ensayo.
JULIO TOVAR (JT) ¿Por qué has elegido a Nicolas Cage como protagonista en Dog Eat Dog? ¿Eres consciente de su popularidad en Internet como meme?
PAUL SCHRADER (PS): ¡Claro que conozco su fama como meme! De hecho, filmamos un pequeño trozo para Internet donde se imitaba a él mismo en el meme “You don’t say” (risas). No está en la película, pero lo subimos a Facebook: ¡lo hicimos para Internet! Respecto a este filme, todo empezó porque el anterior con Cage, Caza terrorista (2014), finalizó mal con los productores. Queríamos trabajar juntos de nuevo, tener el corte final y hacer una película de criminales, cosa que no había hecho antes.
JT: ¿Cuánto hay de tus vivencias personales en tus guiones y en Dog Eat Dog?
PS: En este guion no me he basado en ninguna experiencia personal: es una adaptación de Ed Bunker, que en su juventud fue un criminal profesional y llegó a pasar cinco años en la cárcel. Él conocía la mente de un delincuente: escribía sobre sí mismo. Y no era muy inteligente (risas). No pudo salir pronto de prisión y tampoco tenía ningún glamour. Bunker escribía de los años setenta, pero yo quería hacer un filme en el viejo estilo adaptado a los tiempos de ahora, más contemporáneo.
JT: ¿Es tan difícil obtener el corte final en el Hollywood actual? Te acabas de referir a los problemas que tuviste con tu anterior filme…
PS: Siempre ha sido difícil: nadie quiere darte ese control. No solía pensar que esto era importante, siempre funcionaba de algún modo. Pero ahora, especialmente en los últimos diez años, el dinero ha llegado a las películas… y los que lo poseen no saben sobre ellas, ni les interesan mucho. Y no es bueno jugar a las cartas con alguien que ni te respeta, ni respeta a las películas. Empiezas a pensar, “Dios mío, cómo editarán la película…”
JT: A lo largo de tu carrera has trabajado con personajes extremos ¿Qué es lo más atractivo para ti de estos personajes?
PS: Siempre he estado implicado en personajes con muchas contradicciones: son la raíz de los buenos caracteres. Es la gente que dice una cosa y actúa de otra manera o que lo hace en contra de su propio interés. Los quiero tanto como los odio. Cuando escribes cosas en la historia de estos personajes acaban realizando hechos disruptivos, es su carácter…
JT: ¿Qué es lo que más te interesa de un guion?
PS: Lo más importante es hacer algo que no has hecho antes. Son retos: hace unos años hice la película llamada The Canyons (2013). La apuesta era “podemos financiar solos esta película”. Y la hicimos y funcionó. No lo volvería hacer, fue un gran esfuerzo. En esta, Dog Eat Dog, es cómo se puede hacer una película de crímenes en el año 2015. Siempre buscas nuevas experiencias y que la gente piense en quedarse en la sala de cine debido a que no ha visto nada parecido antes. Nunca me ha interesado hacer cine “hecho para…”
JT: ¿Es la voz en off un método de mostrar el hilo de pensamiento en un personaje?
PS: Hay distintos usos de esta voz en una película. Me gusta como narración: es un método dar al público información fácilmente, introducir el guion en la audiencia, y que no se duerman. En Dog Eat Dog es distinto: habla más de películas de criminales que sobre los propios criminales. El narrador suele ser un dispositivo histórico en las películas de gánster.
JT: ¿Cuál es el guion del cual te sientes más orgulloso de haber escrito? ¿Cuáles todavía no has hecho?
PS: Te gustan distintas creaciones por razones diferentes. Aflicción (1997) es probablemente la mejor adaptación que he hecho. Posibilidad de escape (1992) es la más personal y Mishima (1985) es la más original. Algunos no te gustan nada…El primero que iba hacer, El expreso de Corea (1977), no me gusta nada cómo lo modificaron. Me gustaría rehacerlo. Esto nunca lo haría con los filmes que dirigió de mis guiones Martin Scorsese.
JT: ¿Por qué decidiste ser director? ¿Estabas harto de que cambiaran tus guiones?
PS: Siempre pensé que el guionista que es una especie de trabajo de alquiler: contratas a alguien para un director. Pensé: si quiero ser escritor, lo seré y escribiré un libro, pero si soy un director de cine, debo de ser un director de cine de verdad.
JT: ¿Son los cineastas Ozu, Bresson y Dreyer, aquellos que trataste en tu libro sobre el cine trascendental, los que más te han influido?
PS: En ese libro hablaba bien más de cierto tipo de estilo. He estado trabajando más de dos años intentando repensar ese “estilo trascendental”. Vamos a publicar un nuevo artículo en la reedición del libro y este cubre los últimos 25 años: de Andréi Tarkovski a la actualidad. Todo el movimiento del llamado cine lento, así que tengo que revisitar todo este territorio de nuevo. Pero nunca pensé que haría un filme como Dreyer o Bresson, aunque quién sabe…
JT: ¿De dónde viene la influencia oriental en tu cine? Desde el guion de Yakuza a la propia Mishima, en incluso Travis en Taxi Driver puede ser visto como un ronin…
PS: Mi hermano fue como misionero a Japón para evitar ser alistado para Vietnam. Ese fue el punto de entrada al país y su cultura. El guion de Yakuza lo escribimos juntos, e hicimos una investigación también. Es una cultura muy aislada, rígida y elaborada. Era fácil sentirse atraído, introducirse en esta cultura porque era similar a la rigidez protestante en la que crecí.
JT: Hay mucha gente escribiendo de cine en periódicos o en Internet, y tú has escrito mucho sobre cine, especialmente en Film Comment. ¿Cuál es el rol del periodismo cinematográfico en la actualidad? ¿Debe ser popular o para la universidad?
PS: Creo debe llegar a ambos sectores. Con el nuevo mundo de Internet, todo el mundo puede ser crítico de arte y escribir en Facebook, Twitter, etc. Que todos puedan escribir democratiza el medio, esas son las buenas noticias, las malas…es que nadie puede ganarse la vida con esto (risas)
JT: ¿Crees que Internet puede formar un público?
PS: No lo sé: la mayoría de personas ya no se toma el cine con tanta importancia. A mis hijos no les importa. Cuando era un chico sí eran muy importantes. Las películas de los sesenta y setenta eran mejores no porque los directores fueran mejores, sino porque el público era mejor. Si este se toma en serio el cine, podemos tener mejores películas. Y no es como en el cine actual…
JT: De hecho, declaraste hace poco que Pauline Kael, tu mentora en los setenta, se horrorizaría ahora ya que todo el cine actual es “entretenimiento”. Resulta muy difícil, especialmente en EEUU, que una película artística tenga un público…
PS: Ella escribió un artículo muy importante llamado Trash Art in the Movies en 1969 donde defendía que las películas basura tenían un valor. Muchos años después me dijo “yo entendía que la basura puede ser arte, pero lo que no sabía es que todas las películas acabarían siendo este tipo de cine” (risas).
JT: Incluso el triunfo de Steven Spielberg y George Lucas se oponía a los autores americanos reales, que para ella eran Robert Altman y Hal Ashby…
PS: Sí, pero todo ha cambiado: en el mismo momento en que pretendes algo, te sale justamente al revés. Peter Biskind lo había escrito así en Moteros tranquilos y toros salvajes (2004). En él decía que “nuestra generación había acabado”. Cuando editaba Aflicción yo le dije “Creo que no tienes razón, esta película es mejor que todo lo que he hecho antes”. Le comenté, “¿Quieres verla?” y él respondió “No”. Él quería decir una cosa y no aceptaba más opiniones. Creo que hay tener cuidado al hacer ciertas afirmaciones sobre el arte…
Dog Eat Dog no tiene todavía fecha de estreno en España. Para hacer boca, podéis seguir el Facebook personal de Paul Schrader y el canal de Canino en Youtube donde se comenta el film.
Fotos: Julio Tovar
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