[Entrevista] Peaches: “Me gustaría que Michelle Obama ganara las elecciones en 2020”

Merril Beth Nisker comenzó siendo Peaches en 1995, con el lanzamiento de Fancypants Hoodloom. Aquí empezó a desarrollar su identidad como artista y el discurso con el que ha ido creando su obra, donde destacan la identidad sexual y los roles de género. La artista actúa hoy en Madrid y aprovechamos su visita para hacerle algunas preguntas sobre su carrera.

El 25 de Septiembre de 2015 se publicó Rub, primer álbum de Peaches con nuevo material desde 2009, y podría considerarse su trabajo más arriesgado y audaz. Rub fue grabado durante 2014 en el estudio-garage de Nisker en Los Angeles con la ayuda de su colaborador habitual Vice CoolerRezumando ritmos seductores, el álbum comienza con el gancho de Close Up, casi rapeado por la mítica Kim Gordon de Sonic Youth. Hay más colaboraciones externas: Feist, habitual de los discos de Peaches, canta con un hook hipnótico que desemboca en la tranquila y bonita melodía de I Mean Something.

Pero lo llamativo de este último trabajo es que, sin pretenderlo, el sonido de Peaches ha virado hacia un lado más oscuro e inquietante, como refleja en Free Drink Ticket y Dumb Fuck, temas en los que esta artista de origen canadiense deja ver su lado más personal y vulnerable, puesto que ambos tracks abordan la ruptura sentimental, los malos tiempos para la lírica del corazón.

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RUTH GARCÍA (RG): Hay una frase de un poeta italiano, Cesare Pavese, que dice: “Es hermoso escribir porque reúne las dos alegrías: hablar uno solo y hablarle a la multitud”. ¿No es esto lo que haces con Peaches? Tu discurso, tus mensajes son muy tuyos y a la vez representan a mucha gente, reivindicándote y a la vez reivindicando por causas compartidas por un gran número de personas.

PEACHES (P): Sí, puede ser así. Lo que yo quiero transmitir a los demás es que es necesario que se acepten tal y como son, que estén cómodos con su propio cuerpo. Nadie tiene que aparentar ser lo que no es, hay que conocerse mejor a uno mismo y estar cómodo con cómo eres.

RG: Háblanos de ese mensaje. Las letras, personalmente me ha impactado mucho Free Drink Ticket, y el lado visual del track (el videoclip es un aquelarre, oscuro tanto en el sonido como en la estética). Dumb Fuck también aborda la ruptura… ¿Es este trabajo el resultado de una transmutación a nivel más personal? 

P: En concreto esa canción habla de una ruptura, de lo mal que te puede hacer llegar a sentir esa situación y que incluso cuando algo horrible te sucede, como es una ruptura o cuando alguien te hiere de alguna manera, todos tenemos un punto en el que, en esas situaciones, te gustaría dañar al otro, a quien te ha hecho daño. Ese sentimiento de “venganza” es totalmente universal. Pero si tú te guardas todo ese dolor y ese sufrimiento dentro, al final se vuelve parte de ti, se convierte en ti. En cierto sentido es una canción que podría hacerme sentir vulnerable, pero en otro como no quiero que el dolor sea parte de mi, me permite sacarlo. 

RG: Una reunión de diosas, incluso de diosas con dos sexos, es Rub. Háblanos de tu reivindicación permanente del cuerpo, el sexo, la libertad y la sexualidad.

P: Sí, es que ese es el mensaje que quiero transmitir y realmente creo que es un el tema más importante sobre el que habría que hablar. Todo lo que tenemos es nuestra mente y nuestro cuerpo. Si no entiendes tu mente y tu cuerpo realmente no te conoces ni te comprendes a ti mismo. Y hay que tener mucho cuidado con esto porque los políticos y las religiones realmente no quieren que seas tú mismo. Parece fácil llegar a hacerlo, conocerte a ti mismo, pero es lo más difícil también de hacer. 

RG: Otra constante es el uso de la ironía (Dick in the air) en tu discurso.

P: Más que ironía es poner de manifiesto lo que es absurdo, son cosas diferentes.

RG: Antes de ser Peaches te dedicabas a la enseñanza de música y teatro. También has hecho cine (Peaches Does Herself), has escrito un libro… ¿Cómo te sientes más cómoda, encima del escenario, en la sala de montaje…?

P: Todo comienza con una canción, con música. Una vez tengo la canción puedo transmutarla en una performance, en visuales o en un video o una película. Lo importante es que todo comienza con la música.

RG: La simbología, los referentes mitológicos, cuáles son tus fuentes de inspiración para Rub?

P: Es una manera de reaccionar a lo que sucede en el mundo. Veo cosas que no comprendo porque no estarían en mi mundo y otras que estarían totalmente integradas, personas e ideas también. Así que intento integrarlas, incluirlas en mi universo.

RG: Musicalmente, éste último álbum me resulta más oscuro que los dos anteriores y mucho más explícito… ¿te has orientado en ese sentido en todos tus procesos creativos?

P: Sí, pero no es algo intencionado. Ha sido algo que ha surgido de manera natural.

RG: Lamentablemente, aunque estamos en el siglo XXI todavía vemos censura en sitios como las redes sociales. ¿Fue por ese sentimiento de libertad creativa absoluta que tiene una ciudad como Berlin el motivo por el cual te mudaste ahí? 

P: Hace 16 años me mudé a Berlin y no te podría decir cuál fue la razón. Pero lo que encontré es un gran espacio y una sensación de bienestar.

RG: Es inevitable que te pregunte sobre Donald Trump…

P: El sistema político en EE.UU. está jodido. Pero sí me gustaría decirte que espero que en las próximas elecciones se presente a la presidencia de los EE.UU. Michelle Obama. Votaría por ella si se presentara en el 2020  y me gustaría que ganara.

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RG: Has pasado más de un año de gira por Europa y Norteamérica. Tienes nuevos proyectos a la vista?

P: Sí, tengo un pequeño proyecto en perspectiva, pero ahora mismo estoy muy enfocada en este tour.

RG: ¿Toda esa teatralidad que tienen tus videoclips la llevas a los directos? ¿Puedes adelantarnos algo de lo que podremos ver el 2 de diciembre en Madrid?

P: No puedo decir nada sólo… ¡¡Madrid!! ¡¡Madrid!!!

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