[Entrevista] Pep Brocal: «Creo en la intuición y los procesos subconscientes»

Pep Brocal llevaba casi cuatro años sin publicar un cómic pero eso no significa que se haya pasado todo este tiempo sin trabajar sino todo lo contrario. Es un hombre todoterreno que tanto hace cómics como serigrafías, xilografías, esculturas de madera e ilustra libros infantiles u otros para adultos como el Anecdotario de Barcelona. Hablamos con él de su última obra, Cosmonauta, y de su proceso creativo.

Quedamos con el autor justo el mismo día en que Cosmonauta sale a la venta y uno antes de su presentación oficial en el certamen Graf en Barcelona, dedicado al cómic de autor y la edición independiente. Nos encontramos con un hombre feliz que acaba de dejar atrás un año de trabajo intenso y que se prepara para un futuro tan activo, o más, de lo que ha sido para él 2016. Todo lo contrario de lo que le ocurre a Héctor, el protagonista de Cosmonauta.

ROSER MESSA (RM): Hace tiempo que querías llevar a cabo esta historia pero, ¿recuerdas cuando tuviste la primera idea?

PEP BROCAL (PB): Es difícil saber cuál es la génesis exacta porque tengo la sensación de que la voy arrastrando y madurando en mi cabeza desde hace mucho tiempo, pero sí que hay una idea primigenia que viene de querer hablar de que estamos solos en el vacío. De hecho, los humanos y el planeta Tierra viajan a una velocidad enorme a través del espacio y es algo que quería ejemplificar con la experiencia de un personaje que, al final, ha sido Héctor.

RM: Un hombre solo que viaja a la velocidad de la luz por la inmensidad del espacio.

PB: Con él hablo de la condición humana, la soledad, el espacio y esta relación tan mínima entre todas estas cosas. Pero, por otra parte, también viene de algo muy de imagen, muy icónico y que es la idea de bombilla, ¿sabes? Me refiero a la bombilla como al dibujo del símbolo de la “idea” que te sobreviene en plena noche. Esto me ronda desde hace muchos años y es curioso que lo haya descubierto ahora porque, cuando tenía doce años, hice un dibujo donde esto ya salía.

Imagen de 'Cosmonauta' de Pep Brocal

RM: ¿Me estás diciendo que la historia de Cosmonauta se remonta a cuando eras un chaval de doce años y se quedó latente en tu inconsciente durante todo este tiempo?

PB: Pues sí. ¡Y lo más curioso es que no lo he recuperado hasta ahora! Lo tenía olvidado pero, al hacer el libro y pensar en él, estos últimos días me he acordado de ese dibujo que hice sobre el poder de la mente enfrentado a la nada. El lema era algo así como: ‘¿qué es la mente sino una lámpara incandescente?’

RM: ¿Aún lo conservas?

PB: Sí y sé que está en casa de mi madre pero aun no lo he encontrado.

RM: Te iba a preguntar cuánto tiempo has estado trabajando en esta historia pero con esto que me acabas de contar ya no sé si merece la pena… Parece que te haya estado acompañando casi toda la vida.

PB: No, no. De hecho es una idea muy básica: la soledad del hombre, el viaje a través del espacio y la luz de la inteligencia enfrentada a la negrura del vacío pero, en realidad, el proyecto nace como tal en el año 2014. Tras acabar Alter y Walter me pasé unos meses libre y hacia finales de año empecé a vestir la historia alrededor del personaje.

RM: Por tanto, lo que ya tenías claro era que el relato iría sobre Héctor, un hombre que por determinadas razones acaba viajando al espacio.

PB: Exacto y, aunque no era consciente de ello mientras trabajaba en el libro, ahora veo que no hay tanto un planteamiento, nudo y desenlace como sería habitual sino que lo entiendo más como una historia configurada por capas, como una cebolla, vamos… Hay diferentes niveles de lectura que se van descubriendo a medida que el lector avanza.

Imagen de 'Cosmonauta' de Pep Brocal

RM: En todo este tiempo supongo que la historia habrá cambiado bastante de cómo era al principio.

PB: La idea originaria era mucho más simple y giraba alrededor de la experiencia personal de Héctor, pero antes de enseñarlo a ninguna editorial decidí dejarlo reposar un tiempo y complicarlo un poco más. Y así fue. A medida que pasaban los meses la trama iba creciendo y, al final, me ha servido para contar muchas cosas más. Cosas que me afectan, me importan y me ocurren pero que he acabado disfrazando en un escenario ficticio y particular.

RM: Por tanto, al principio no imaginaste ni la mitad de cosas que le han acabado pasando  al protagonista.

PB: La trama se va construyendo con el tiempo. No sé si me equivoco o no pero creo en la intuición y los procesos subconscientes. Tienes un personaje más o menos definido y, a partir de aquí un día se te puede ocurrir que lo puedes ubicar de una forma u otra o que puedes pensar para él un entorno determinado en función de las propias capacidades de dicho personaje.

RM: ¿Ha habido situaciones que te hayan costado resolver e incluso que hayas soñado su resolución? Te lo pregunto porque a mí sí que me ha pasado y, sobre todo, cuando hacíamos juntos el Anecdotario de Barcelona.

PB: Sí, sí. A veces me he despertado a media noche pensando: ‘Oh, esta idea es buena’, he confiado que al día siguiente me acordaré y luego resulta que, cuando me despierto, lo he olvidado.

RM: O duermes fatal toda la noche pensando en el peligro de olvidarte de esa gran idea…

PB: O no duermes nada… (risas). Para evitar estos sustos ya hace tiempo que tomé la determinación de levantarme, coger papel y lápiz y apuntarlo. Ni que sean cuatro palabras pero que al menos tenga algo a lo que acogerme. Lo que ocurre es que si estas cuatro palabras no son suficientemente descriptivas puede que al día siguiente me las mire y tampoco sepa lo que quise decir.

Página de 'Anecdotario de Barcelona' de Pep Brocal

Página del ‘Anecdotario de Barcelona’

RM: ¡Cómo te entiendo! Cuando estábamos con el Anecdotario me costaba mucho el capítulo del orfanato. Lo acabé soñando y teniendo que levantarme a escribirlo a mano. Ni siquiera abrí el ordenador para no perder tiempo. ¿Te ha pasado en Cosmonauta ?

PB: Sí, y como soy muy caótico suelo llevar encima una libreta o escribo las ideas en cualquier papel que luego acabo perdiendo.

RM: O en el móvil…

PB: Pero como soy tan desordenado, puede que todo acabe en el fondo de un cajón, aunque esto tampoco es malo. A veces me ha servido para recuperar ideas que estaban dispersas en libretas diferentes y que, en el momento de hacer la composición, se configura una historia nueva y sorprendente que, en un principio, no había previsto. Igual el planteamiento de la historia está en una libreta y la resolución en otra, o en una he dibujado un personaje, en otra un escenario y al final lo acabo uniendo todo.

RM: La sensación de cuando lo unes y sale bien es fantástica…

PB: Exacto.

RM: ¿Por qué escoges contar una historia de ciencia ficción apocalíptica? En teoría, cuentas dos tragedias. Una global y otra particular, que es la de Héctor pero explicadas con humor.

PB: Eso es porque la vida es bastante tragicómica. Es una historia de ciencia ficción que también incluye la parte más estética del género la cual forma parte de la capa más exterior del cómic. Quería partir de la ciencia-ficción y darle una dosis de humor, ya que existe abundante ciencia ficción seria y excesivamente solemne.

Portada de Amazing Stories

RM: Si miramos tu trayectoria como autor se nota que te gusta el género.

PB: Siempre me ha gustado y, especialmente, por su estética. También, a veces hay historias que tienen un trasfondo filosófico. La ciencia ficción de las revistas americanas como Amazing Stories  dan una visión de futuro apabullantes, coloristas, con naves que atraviesan el cosmos… Muchas veces sitúan la ficción en un futuro no tan lejano, en el año 2020. En cambio, ya lo tenemos encima y no se parece en nada a como lo pintan. Es una visión exagerada que me parece poco creíble, por eso quise plantear una base de ciencia ficción y desnudarla de toda esta épica archisabida para hablar, de forma sencilla, de la vida personal de un sujeto.

RM: De todos modos, lo que cuentas en este cómic también podrías haberlo ubicado en cualquier otra situación donde el protagonista se encontrara aislado. La cuestión es esa, la soledad del individuo y lo mucho que da para pensar.

PB: En realidad acabo hablando de cuestiones filosóficas pero que podrían tener un enfoque diverso. De hecho, lo importante de una historia no es ni dónde la colocas ni el color de los personajes que la componen sino otras cuestiones de trasfondo como la idea sobre la cual versa el relato. Por ejemplo, esto ocurre con Hamlet de Shakespeare, que la puedes trasladar tanto a un western como a una historia galáctica con el mismo fundamento.

RM: A tí te gustan los mundos raros… mayoritariamente sueles hacer ficción situada en mundos extraños. Quizá me atrevería a decir que lo más “convencional” que tienes es el Anecdotario de Barcelona que ambos compartimos. ¡Y ni eso! Porque, aunque son historias reales, la mayoría son tan estrambóticas que hasta se diría que superan la ficción.

PB: Pero eso ya es culpa tuya, que eres la escritora (risas).

Página del 'Anecdotario de Barcelona'

Página del ‘Anecdotario de Barcelona’

RM: Cierto. ¿Nunca se te ha pasado por la cabeza realizar una novela gráfica en plan realista?

PB: Cada autor se encuentra más cómodo, probablemente, en un registro determinado. No digo que no pudiera enfrentarme a una historia más “convencional”, del tipo de algo que puede ocurrir en el segundo primera como una historia que empieza con alguien gritando y que tienen que sacar a toda prisa a la señora María en ambulancia y, a partir de ahí…

RM: Me imagino que lo transformarías en un relato ambientado en una ciudad de nombre inexistente…

PB: Seguramente, y hay varias cosas a comentar sobre esto. De hecho, cuando empecé a pensar en Alter y Walter la historia tenía un carácter más cotidiano pero me ocurrió lo mismo que con Cosmonauta, que se fue complicando a medida que iba avanzando. Por eso digo que cada autor acaba encontrando su tono y su contexto. Una vez entras en el proceso creativo la propia historia te acaba arrastrando hacia el lugar con el que mejor te sientes.

RM: La conclusión es que tu lugar está en la ficción de mundos raros y lo haces muy bien.

PB: No sé, pero tampoco me gustaría renunciar a otras cosas.

RM: Todas estas otras cosas a las que te refieres también las aplicas a todo lo demás que haces. Por ejemplo, en la serie de cómics para niños de la colección Mamut. Ahí demuestras tener una imaginación desbordante.

PB: Una cosa buena de derivar hacia la fantasía es que tienes que documentarte menos porque si todo ocurre en el barrio gótico de Barcelona…

Página de 'Cosmonauta' de Pep Brocal

RM: Dímelo a mí que sé muy bien lo que cuesta…

PB: Lo mínimo que tendrás que hacer es diseñar un mapa de la ciudad, salir con una cámara, hacer investigación a pie de calle.

RM: Como introducirte en un refugio de la Guerra Civil que sabes que se halla escondido en un barrio de la ciudad, cosa que hemos hecho…

PB: ¡Y esto es un trabajo impresionante!

RM: Sí, realmente. En eso tienes razón pero aun así, con Cosmonauta te has tenido que documentar en algunos temas. Al menos, utilizas cierta terminología científica que yo desconocía.

PB: Sí que lo he hecho. Era necesario porque el mundo de la astronáutica está muy avanzado. Cada día se descubren nuevos planetas con posibilidad de ser habitados…

RM: Acaba de ocurrir y cuando vi que se había descubierto un nuevo sistema solar, pensé en ti y en Cosmonauta.

PB: Con eso quiero decir que, a veces, lo que hace la ciencia ficción es abrir el camino pero la realidad, de forma más lenta y prosaica, se va moviendo hacia vías incluso no exploradas por la ciencia ficción. Quizá la imaginación había ido mucho más allá pero no lo había acertado exactamente.

RM: Estéticamente, veo que disfrutas componiendo páginas dobles. Aquí hay unas cuantas espectaculares y, de hecho, nuestro Anecdotario funciona a base de ellas.

PB: Con el Anecdotario me lo plantee desde el principio como posibilidad. Además, el trato con la editorial Comanegra fue muy bueno porque nos dio la posibilidad de organizarnos estas dobles páginas como a nosotros nos viniera en gana, tanto a nivel de texto como de ilustración. Nadie nos obligó a hacerlo sino que era una posibilidad más. En cambio, en cómic, y concretamente en  Alter y Walter sí que respeté bastante las viñetas y el espacio de caja dejando el resto en blanco.

Página de 'Alter y Walter' de Pep Brocal

Página de ‘Alter y Walter’.

RM: En Cosmonauta juegas mucho con la composición de las páginas.

PB: Aunque en realidad creo que has de poder explicar una historia sin embarcarte en grandes despliegues gráficos, desde un punto de vista personal me apetecía introducir algunas dobles páginas. Mientras respetes la estructura de forma que el lector no se pierda y sepa bien cuál es el bocadillo que le tocará leer en cada momento, para el ilustrador este espacio es una invitación a explorar para ir un paso más allá y que no quede todo circunscrito a la clásica estructura de viñetas.

RM: Aquí le da mucho dinamismo. Además, lo que es la composición general del cómic también es muy cambiante. Me he fijado en que no hay dos páginas que sean iguales. Incluso hay alguna donde la página de la izquierda y la de la derecha sí que tienen el mismo número de viñetas pero una de esas páginas la configuras de tal forma que se crea una única escena.

PB: Quería hacerlo de modo que no ocurriera siempre porque, si no, al final sería mareante. Mi intención era que tuviera un ritmo y un sentido argumental de forma que, en el momento en que alguien reciba un puñetazo en la cara, puedas ocupar todo el espacio a sangre y, en la siguiente, te vuelvas a contener. Creo que la contención es un buen consejo para todo autor de cómic.

RM: Otra característica que te define es que te encanta trabajar a dos tintas. Incluso el Anecdotario al principio fue concebido como un libro en blanco y negro o a dos tintas. Al final ganó el color aunque en casi cada capítulo utilizas dos o tres colores como máximo. Aquí, en Cosmonauta la combinación es entre rojo y azul mientras que en Alter y Walter es entre verde y rojo.

PB: Sí, y eso es porque en estos últimos diez últimos años he estado explorando en el campo de la serigrafía, cosa que me ha hecho ver posibilidades de composición cromática y suma de colores que luego he trasladado al cómic y la ilustración de libros. De todos modos, Cosmonauta no es bitono al cien por cien sino que también hay negro.

Página de 'Cosmonauta' de Pep Brocal

RM: Y blanco (risas).

PB: Pero este no cuenta porque es el color del papel (risas). Lo que quiero decir es que esta autolimitación cromática va ligada a la línea de la contención del autor de la que hablábamos antes. Supone quitarse de enmedio cosas en las que pensar. Ya no te tienes que preocupar de los demás colores, solo de los pocos que vas a usar. Soy de los que piensa que todo lo que puedas explicar de forma simplificada, mejor. Además, aquí, la combinación de colores tiene un sentido argumental.

RM: Justo esa iba a ser mi siguiente pregunta y es que básicamente usas el azul para la historia de Héctor en el cosmos y el rojo para los recuerdos.

PB: Exacto, el rojo es para el pasado que le va sobreviniendo y luego hay escenas en que ambos colores se mezclan porque también se mezclan los momentos.

RM: Eres muy versátil ya que tienes distintos estilos según el campo en el que trabajes: cómic, ilustración de libros para adultos o para niños.

PB: ¿Pero tan diferente cómo para no ver que lo ha hecho el mismo autor?

RM: Pues no sabría decirte… Quizá yo no sea la persona más indicada para responderte, pero supongo que hay gente que igual no lo sabe ver. Por ejemplo, el Anecdodario y Cosmonauta son totalmente distintos y en cambio han sido realizados casi a la vez. Mientras uno tiene un aire retro a la manera de las revistas de principios del siglo XX, el otro es más tu estilo, el que te sale de forma natural.

PB: Es cierto que con el Anecdotario quise realizar un ejercicio de estilo porque al tratarse de sucesos curiosos, ocurridos principalmente entre finales del siglo XIX y principios del XX, me fijé mucho en los semanarios ilustrados de esa época. Lo hice tanto porque me apasionan como para realizar un ejercicio extra. Quería plantear la posibilidad de que tuviera un eco de todo aquello.

Página de 'Anecdotario de Barcelona' de Pep Brocal

RM: Cuando te dedicas a la ilustración infantil también adoptas otro estilo.

PB: Supongo que es lógico aunque creo que cuando trabajas para el público infantil no es necesario renunciar a muchas cosas pero sí que tienes que cambiar, en parte, tu registro para adaptarlo a ese tipo de lector, pero cuando me dejo ir un poco en seguida vuelvo a mi situación de confort, que se acerca a lo que es Cosmonauta.

RM: También eres diferente cuando trabajas con Blanca Hernández para Badabum. En las serigrafías y esculturas de madera que hacéis juntos parece que te acercas más a su forma de hacer que no a la tuya. Ahí sí que es más difícil saber quién de los dos es responsable de según qué. Eres como un camaleón que se adapta a todo.

PB: De hecho, no importa quién de los dos ha hecho una cosa u otra. En las serigrafías que hacemos juntos hay un compromiso de generosidad por ambas partes que tiene su gratificación porque acabas descubriendo cosas y soluciones a las cuales por tí solo no habrías podido llegar. Por tanto, aquí hay dos cosas: por una parte generosidad y, por la otra, aparcar el ego. La combinación de ambas da un resultado muy fructífero.

Página de 'Badabum' de Pep Brocal

Página de Pep Brocal para ‘Badabum’

RM: Volviendo a Cosmonauta me gusta que no cuentas del todo lo que ocurre hasta bien entrado el libro. ¡Y ni aun así lo haces!

PB: La idea principal es que el lector, al abrir el libro, se sitúe junto a Héctor para viajar con él y que se meta en su escafandra para acompañarlo en su viaje, tanto físico como a través de su mente, con su paranoia, sus recuerdos… Seguro que si te planteas ¿qué harías si fueras lanzado al espacio como Héctor, donde no tiene posibilidad de hacer nada? Pues, seguramente, tirar de tus recuerdos y de tu imaginación, fantasear… ¿Hasta qué punto se mezcla todo esto y hasta qué punto los recuerdos son realmente recuerdos o empiezan a ser otra cosa?

RM: Los recuerdos cambian con el tiempo y, a medida que pasan los años, las cosas que recuerdas no son tal como sucedieron.

PB: Exacto. Imagínate… Si cualquier persona tiene dificultades para recordar lo que pasó realmente durante las vacaciones de hace dos años…

RM: Pues el pobre Héctor, que se supone que se tira miles de años en el espacio aún lo tendrá peor…

PB: Además, no hay nada físico porque, en realidad, todo es un viaje mental en el que estás metiendo mano a tus recuerdos y elucubraciones de futuro.

RM: De hecho, es él solo hablando con su consciencia.

PB: A medida que el lector va avanzando en el viaje con Héctor a través del universo iremos descubriendo cosas de su pasado a pesar de mentiras, autoengaños y fantasías. A pesar de todo eso se irá descubriendo quién es él en realidad, qué le sucedió, su relación pasada con otros dos personajes que en realidad son comparsas… De hecho, lo que realmente importa es su deriva mental.

Página de 'Alter y Walter' de Pep Brocal

Página de ‘Alter y Walter’

RM: Tu anterior cómic, Alter y Walter, ya tiene cuatro años. Con esto quiero decir que te prodigas poco… Tuviste un parón de más de diez años, que es el tiempo transcurrido desde que salió a la venta V Girl, con Felipe Hernández Cava, hasta Alter y Walter.

PB: Sí, pero entre uno y el otro hice historias infantiles para la revista Mister K y seguí colaborando en Cavall Fort, aunque de una forma más irregular… Lo que ocurre es que son historias cortas que allí quedan sin menor trascendencia. Además, también hice varios álbumes infantiles de la colección Mamut.

RM: Pero en todo ese tiempo no publicaste ningún cómic para adultos.

PB: No, ninguno, aunque las historias las tenía en mi cabeza…

RM: ¿Diez años sin hacer un cómic pero pensando en ellos? Entonces, cuando por fin decides hacer Alter y Walter sería por tener la cabeza a punto de estallar, ¿no?

PB: Pues sí (risas). Tanto Alter y Walter como Cosmonauta han sido historias maduradas durante mucho tiempo. Llega un día en el que decido escribirlas y dibujarlas para visualizar mejor lo que estoy pensando. Es decir, que necesito darles forma física, plasmarlas en papel para aclararme de una vez y saber si eso es válido o no y si puede configurarse como una historia y que alguien la lea finalmente. De hecho, todo viene de una necesidad personal de explicarme.

RM: Pero, ¿por qué ese lapsus tan grande de tiempo?

PB: Hay varios motivos. Por una parte, cuando hace muchos años Manel Fontdevila y yo estábamos haciendo Mr. Brain y colaborando en la revista Viñetas el mundo del cómic no estaba para muchas alegrías. Muchas revistas estaban cerrando, algunas ya habían desaparecido y, si había habido algo parecido a una industria pues, en ese momento, ya no existía. También pienso que al mundo del cómic le faltaba renovación y que, por alguna razón, no me parecía lo suficientemente atractivo como para meterme de cabeza. Además, me tuve que reinventar sobre la marcha y meterme en el mundo de la ilustración para tener un oficio y poder pagar las facturas. Por otra parte, también hay motivos más personales que me empujaron a romper con ello y tomar esta decisión.

Portada de Mr. Brain

RM: ¿Qué es lo que te hace volver?

PB: Tener una cierta estabilidad económica que me viene dada por muchos años de trabajo y que coincide con un momento personal en que, tras romper con una parte de mi pasado, me siento libre y puedo pensar por mí mismo, pero fue un proceso lento.

 

RM: Has hecho Cosmonauta relativamente rápido, en menos de un año.

PB: Sí… En el año 2014 ya tenía un esbozo de la historia que dejé aparcado. Nosotros hemos estado trabajando en el Anecdotario desde 2015 a 2016 y, a medida que avanzaba con nuestro libro iba viendo la necesidad de recuperar Cosmonauta y eso es lo que hice en cuanto me fue posible. De hecho, incluso al principio hasta tenía otro nombre.

RM: Lo de los cambios de nombre es curioso. ¿Cuál era su título inicial?

PB: Creo que primero lo llamé Tras el cristal, pero vi que no podía ser porque ya había una película y un programa de la televisión rusa. Luego mutó a El hombre bala pero no me gustaba porque parecía un chiste.

RM: Es cierto. Mejor el definitivo. Con el Anecdotario también nos ocurrió, que primero le pusimos La Barcelona rara.

PB: Eso quiere decir que, muchas veces, la primera idea no es la buena.

RM: Supongo que no es muy habitual que el primer título que se te ocurre sea el definitivo. Además, a veces, el título no te sale hasta tener el libro acabado.

PB: Ahora me estaba imaginando una situación que seguramente habrá ocurrido alguna vez y es que alguien tiene un muy buen título para un libro pero no tiene la historia y ha de montar la historia alrededor de ese título estupendo.

Página de 'Cosmonauta' de Pep Brocal

RM: Debe ser difícil conseguir estructurar una buena historia que esté a la altura de un gran título que se te acaba de ocurrir. Pero volviendo a lo que hablábamos del año 2016 especialmente fructífero laboralmente, aún has hecho más cosas…

PB: Sí, mientras Cosmonauta avanzaba fui recuperando algunas libretas viejas donde había un nuevo personaje que voy a realizar en tres álbumes distintos para la colección Mamut de libros infantiles. El primero lo estoy acabando ahora y los otros dos vendrán con más tranquilidad.

RM: ¿2017 pinta igual de ocupado? Aparte de quién sabe si habrá un nuevo Anecdotario no sé mucho sobre tus planes futuros.

PB: Tengo una idea para una historia larga que ya tenía pensada desde antes de Cosmonauta y que, posiblemente, es la que fui madurando justo al acabar Alter y Walter.

RM: ¿Cómo es que Cosmonauta pasó por delante de ella?

PB: Porque en un principio Cosmonauta iba a ser una historieta corta y fácil pero que se complicó. La idea era que fuera como una separación de fases entre Alter y Walter y lo siguiente.

RM: Pues acabó creciendo una barbaridad ya que es un cómic de 172 páginas.

PB: Que creció por la necesidad de explicarme mejor.

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