Hablamos con Stan Sakai, invitado de honor del pasado Salón del Cómic de Granada. El autor de la mítica serie de cómic Usagi Yojimbo, protagonizada por animales antropomórficos en el Japón feudal, nos habla del pasado, presente y futuro de la serie incidiendo en la dependencia y la fortaleza del personaje.
Stan Sakai (Kioto, 1953) es uno de los autores de cómic más relevantes de la historia. Ganador del premio Eisner -más concretamente, de cinco premios Eisner-, es principalmente conocido por ser el creador de Usagi Yojimbo, un personaje que ha venido dibujando ininterrumpidamente durante más de treinta años. El conejo samurái inspirado por Musashi Miyamoto ha logrado cautivar a fans de todo el mundo gracias a su mundo de animales antropomórficos y referencias culturales hacia el mundo nipón. Folclore japonés y referencias históricas que, desde Estados Unidos, Sakai perpetró primero a través de Fantagraphics y en la actualidad desde Dark Horse.
El resultado son treinta y un libros episódicos publicados hasta la fecha y tres spin-offs –Space Usagi, Usagi Yojimbo: Yokai y el más reciente, Usagi Yojimbo: Senso– donde Sakai se pasa a la ciencia ficción sin perder el buen humor: el conejo samurái tiene que enfrentarse a una invasión de pulpos alienígenas. De sus crossovers con Teenage Mutant Ninja Turtles han surgido colaboraciones en videojuegos, figuras de acción y numerosas apariciones televisivas en la serie de Leonardo y compañía. La popularidad de Usagi Yojimbo se ha creado en torno a sí mismo. Una figura inmutable gracias a los esfuerzos de Sakai por conservar la propiedad del personaje.
En España, Planeta Cómic publica la obra al completo. De su época en Fantagraphics la editorial ha editado dos integrales que cubren la primera etapa del artista. En total, casi mil páginas que sirven para recordar los inicios de Usagi y conocer la evolución del personaje no solo narrativamente, sino también en cuanto al dibujo de Sakai. Ahora, Planeta Cómic lanza Usagi Yojimbo Saga, la continuación cronológica de la serie en forma de integrales -la etapa Dark Horse, en este caso-.
Stan Sakai visitó nuestro país durante el pasado Salón del Cómic de Granada, donde acudió como invitado de honor. Era la segunda ocasión en la que visitaba el evento, que este año celebraba su vigésimo segunda edición. Y aprovechamos la coyuntura, claro, para hablar con él sobre su larga carrera y el papel de Usagi Yojimbo en ella.
MANU GARRIDO (MG): Tradicionalmente se ha utilizado a los animales para reproducir conductas humanas, pero en Usagi Yojimbo los animales han terminado por asumir el control. ¿Cómo gestiona este reparto de poderes?
STAN SAKAI (SS): Los animales se han utilizado siempre para contar historias a través de fábulas. En ellas los animales tenían ciertas características que las historias utilizaban para enseñar una lección. Incluso en Japón, algunos de las primeras ilustraciones en pergaminos incluían animales haciendo actividades humanas. Es decir, que existe una larga tradición.
Con Usagi, creo que el uso de animales lo hace más universal, todo el mundo se puede sentir identificado; más que si estuviera protagonizado por humanos, que entonces se identificarían totalmente como japoneses. Al usar animales no piensas en que son japoneses, piensas en la cultura japonesa.
Aún así, los personajes son animales con conductas con las que me puedo identificar. Por ejemplo, Katsuichi, el maestro de Usagi, es un león. Quería mostrar lo noble y fuerte que es. En el caso de Usagi, en muchas culturas, incluido Japón, el conejo es el tipo bueno. Y ahí te puedes identificar con Usagi. En tiempos modernos tienes ejemplos como Bugs Bunny o Roger Rabbit: siempre es el personaje principal. Con ellos, como con Usagi, te puedes identificar rápidamente.
MG: ¿Es más fácil tratar con animales que con humanos? No en un sentido de facilidad de dibujo, sino de expresión de sentimientos.
SS: Sí, totalmente. La gente se siente identificada con los animales y, en la mayor parte, los personajes principales son animales muy específicos: Usagi es un conejo, Gen un rinoceronte, Katsuichi un león. Por otra parte, si hablamos de personajes secundarios, la mayoría son muy genéricos, no sabes qué tipo de animales son. Es como Carl Barks. Cuando hizo Uncle Scrooge (Tío Gilito) hizo a los protagonistas muy diferenciados, mientras que los personajes secundarios eran perros y animales poco importantes. Lo mismo con Usagi. Los personajes principales se pueden diferenciar fácilmente, mientras que los secundarios no sabes qué tipo de animales son.
MG: ¿Son los animales más propensos a imitar a las personas o los humanos a adoptar conductas animales?
SS: En el caso de Usagi son siempre animales tratando de comportarse como humanos. Lo gracioso es que hay algunos humanos en el mundo de Usagi, como Lord Hikiji, que es una persona. Pero son simplemente personajes secundarios. El el caso de Lord Hikiji, el gran villano de la historia, es muy específico: solo lo mostré una vez en la historia. Pero la gente se acuerda, porque es extraño. Te hace preguntarte “¿qué hace este humano aquí?”.
MG: Claro, es que lo habitual es encontrarse situaciones a la inversa: algún animal que destaca en una historia sobre humanos. Es raro al revés.
SS: Sí, es raro. Puedo imaginar a uno o muy pocos humanos en el mundo de Usagi, en un mundo de animales antropomórficos. De la otra forma es extraño. Como en Cerebus. Se hace raro cuando tienes un solo animal divertido en un mundo solo de humanos. Siempre pensé que era muy raro. Con Usagi teniendo un par de humanos alrededor, no es más que el factor sorpresa, el decir, “eh, ¿qué está pasando?”.
Toda la historia con Usagi empezó con otro de mis personajes, Nilson Ground Thumper. Aquella historia giraba en torno a la idea de por qué hay animales antropomórficos, animales inteligentes. Usagi iba a ser parte de esa historia: el personaje tendría inicio, desarrollo y final. Sin embargo, cuando empecé a hacer Usagi, quise seguir desarrollando sus aventuras. Decidí que quería desarrollar la historia conforme a la idea sobre por qué hay animales y su relación con los humanos.
MG: Usagi lleva publicándose más de treinta años. Teniendo en cuenta el peso de la historia, ¿es difícil reinventar al personaje?
SS: No, no lo es. Para mí es algo natural. En la mayoría de personajes y franquicias tienes distintos equipos creativos que van cambiando con nuevos artistas y guionistas. El estilo, la forma de narrar y la dirección de los personajes siempre está cambiando, especialmente cuando se trata de un nuevo guionista.
En Usagi he sido el creador durante todos estos años. Tengo una proyección de la historia, sé qué dirección quiero tomar y qué quiero hacer con los personajes, así que se ha mantenido consistente. Siempre ha sido mi visión de la historia, y creo que eso es lo que la gente quiere leer. Saben que, si bien van a leer historias de personajes individuales, forman parte de algo más grande: la historia de una vida que va en una misma dirección, no en varias que los equipos creativos van cambiando.
MG: En ese sentido, no por tus raíces sino por la forma de trabajar, ¿te sientes más identificado con la visión japonesa del creador de cómics? Es decir, un creador que realiza una obra larga de principio a fin.
SS: En ese sentido sí sigo el modelo japonés, pero Usagi es un cómic muy occidental. Tiene aspectos de Japón y su cultura, pero el tipo de dibujo y la manera de narrar es muy occidental, especialmente en lo narrativo. Crecí en Hawaii, así que he leído tanto Osamu Tezuka como cómic americano, pero estoy más influenciado por el cómic americano. Sin embargo, si hablamos de cine, prefiero el japonés. Me encanta el cine clásico de samuráis, el chanbara.
MG: Volviendo a lo que comentabas, ¿crees que es necesario ser un autor independiente para explorar tanto a los personajes a nivel individual?
SS: Sí. Como he comentado, soy el dueño de Usagi, puedo hacer lo que quiera con él. Hacer historias secundarias con cada uno de mis personajes: contar cómo Gen el rinoceronte se convirtió en lo que es hoy, hablar de los inicios de Kitsune y qué le hizo convertirse en ladrona. Mis planes pasan por seguir haciendo eso con más personajes: hacerlos más conscientes y sensibles, como una personal real.
MG: Ya que hablas de Kitsune, Usagi Yojimbo es un cómic con una importante presencia de personajes femeninos fuertes, lo que no ha sido una práctica muy habitual en el cómic americano hasta ahora, con la reinvención de Marvel y DC. En tu caso, las mujeres han contado con protagonismo desde el inicio.
SS: Sí, la mayoría de mis personajes femeninos tienden a ser muy fuertes, como Tomoe o Kitsune la ladrona, que es es muy independiente y sabe cómo manipular a la gente. En una ocasión creé específicamente un personaje muy dependiente y tuve que hacerlo de manera muy consciente. Queda prendada de Usagi por un tiempo y mi idea inicial era que hubiera una historia paralela de la que nunca he hablado que llevaba a revelar, en algún punto, que ella no era lo que aparentaba ser. En las historias se mostraba como una mujer débil y dependiente, pero al final se iba a desvelar que ella, en realidad, era una asesina profesional. Iba a ser muy diferente [se ríe]. Pero al final decidí no escoger ese camino, si bien era una de las salidas a la historia que tenía en mi cabeza.
MG: ¿Continúa percibiéndose la figura de una mujer fuerte como algo raro en el cómic?
SS: No sé si es rara, pero los personajes femeninos tienden a ser subyugados, puestos en posiciones secundarias con respecto al hombre protagonista. En el caso de Usagi, cada uno de mis personajes femeninos puede destacar por sí mismo.
MG: Con respecto a estos personajes, ¿cuáles son tus influencias?
SS: La mayoría son personajes inventados que fui introduciendo en la historia. Sin embargo, hay algún caso como el de Tomoe, que está inspirada en una samurái del siglo XII, Tomoe Gozen, reconocida por su belleza y su destreza con la espada y la lanza. La historia cuenta cómo Tomoe era la mujer de un famoso general que se convirtió en shogun, la figura de dictador militar de Japón. Su primo, que también quería ser shogun, llevo a su armada en busca del marido de Tomoe, acabando con su vida. La historia cuenta que ella acabó convirtiéndose en monja. Pensé que era una historia fascinante para llevar a algún personaje y que se inspirara en ella. La mayoría de mis personajes salen de mi imaginación, pero en este caso era algo que realmente quería hacer. Así que investigué al respecto. No había demasiado escrito sobre ella, y lo que encontré era algo difuso. Aún así, quería usarla como modelo para mi propio personaje.
MG: Hablemos del proceso de documentación en historias como Senso o Space Usagi. ¿Cómo es combinar ciencia-ficción junto a la parte histórica y cultural, y que el resultado sea consistente?
SS: Senso y Space Usagi surgieron simplemente por sus historias [se ríe]. Hubo muy poca documentación involucrada en el proceso. Con Space Usagi quería hacer una historia en la que Usagi se mezclase con dinosaurios y luchara contra ellos; me pareció muy guay. Había dos maneras de hacerlo: una era poner a Usagi en la prehistoria y la otra situarlo en el futuro, en un mundo en el que hay dinosaurios, que me pareció mucho más interesante.
En el caso de Senso, fue una idea tonta que tuve en torno a qué pasaría si los marcianos invadieran la tierra en el mundo de Usagi. La premisa es relatar qué pasaría si los marcianos aparecieran dos o tres siglos antes de la época victoriana, y aterrizaran en el Japón feudal. Y me encantó la idea de imaginarme a la armada japonesa luchando contra los trípodes gigantes, con los marcianos quemando ciudades. Castillos japoneses, ninjas contra aliens… Me gustó la idea, y estuvo en mi cabeza durante seis o siete años hasta que la hice.
Investigo para muchas de mis historias, si lo necesitan. Segadora tiene detrás unos cinco años de investigaciones, empezando por la creación de los útiles japoneses. Segadora es el nombre de una famosa espada que fue entregada a Japón por los dioses y me llevó tres meses simplemente averiguar cómo era. Está en un templo en Japón que nadie tiene permitido visitar, así que pregunté a gente por internet, tratando de encontrar alguna imagen de la espada. La mayoría de artistas que la habían dibujado en el pasado lo habían hecho como una katana, pero yo sabía que era más como un tipo de espada china que tiene dos filos. Así que me llevó tres meses enterarme de cómo era la espada real.
Intento investigar tanto como puedo. Cuando hay mucha información me gusta ponerla al final, como una especie de bibliografía. Libros que he leído, webs que he consultado. A mucha gente le gusta saberlo, así que amplio la información al final de mis obras.
MG: Tras Space Usagi y Senso, ¿cuál es la siguiente historia loca que te gustaría hacer?
SS: [Se ríe] Bueno, me gustaría seguir con Usagi, porque me divierte. Por decirlo de algún modo, cada historia inspira otras dos, así que hay muchas historias que contar. Justo ahora estoy introduciendo extranjeros en el mundo de Usagi, interactuando con ellos. Y en algún momento, más adelante, me gustaría hacer una historia sobre los primeros cristianos que llegaron a Japón. Al principio fueron muy bien recibidos, pero luego fueron perseguidos e incluso crucificados. Hay un famoso incidente llamado la Rebelión de Shimabara en el que los cristianos fueron organizados por un profeta japonés de dieciséis años. El gobierno japonés los mató a todos, los masacró. Me gustaría hacer una historia sobre ello. Usagi justo está empezando a conocer el cristianismo; religiones extranjeras, pensamientos extranjeros. En aquella época era una sentencia de muerte para cualquier japonés tener contacto con extranjeros. Es algo que estoy haciendo muy lentamente: ahí es a donde me gustaría llegar con Usagi.
MG: O sea, ¿llevar a Usagi al mundo real, a nuestra historia?
SS: Me gusta hacer las dos cosas. Al principio no sabía si Usagi debía introducirse en el marco histórico o si debía mantenerse como una historia de fantasía, porque me encanta el folclore japonés. Por otra parte, también quería el componente histórico. Y bueno, como Usagi es mío, puedo hacer las dos cosas. Así que Usagi tiene un poco de todo: arcos históricos, misterio, terror, romance. Puedo hacer lo que quiera [se ríe]. Y eso es genial dada mi posición porque poseo al personaje. Todos mis contratos con todos mis editores se han basado en que, sea lo que sea que les entregue, ellos lo publican. No ven mis historias hasta que las he terminado completamente y se las mando.