[SÓLO PARA ADULTOS] En 1992, el dibujante y tatuador Dirk Vermin publicó un fanzine en el que la reina de las pinups se encontraba con Alfred Hitchcock, Bela Lugosi, Sean Connery, Humphrey Bogart y otros iconos pop. El resultado fue un homenaje tierno y respetuoso, a la par que sexy.
Como suele pasar en estos casos, la historia de Bettie Page tiene dos caras. Una, la de la modelo que se convirtió en la reina de las pinup girls de los 50 y los 60 gracias a su belleza y su expresividad. Y otra, la de la actriz y fotógrafa cuyo talento fue sistemáticamente infravalorado, y cuya historia transitó muchas veces por territorios de acusada sordidez (con una conversión al cristianismo fundamentalista y ocasionales brotes de esquizofrenia como trágicas guindas de la tarta). En cualquier caso, estamos ante una figura siempre digna de homenaje. Y, si dicho homenaje es tan bonito como este cómic rescatado por Dangerous Minds, pues para qué te vamos a contar. Se trata del fanzine publicado en 1992 por Dirk Vermin, un dibujante y maestro tatuador residente en Las Vegas, que convertía a Bettie en la heroína de un cómic por el que también desfilaban muchos otros iconos pop.
Poderosamente influido (o eso nos parece) por Guido Crépax y su Valentina, Vermin embarcó a Bettie (rebautizada como ‘Betty’, seguramente por temas legales) en un viaje al corazón de la cultura nerd más delirante de su época. Sin apenas hilo narrativo, la pinup salta de escenario en escenario, encontrándose con Humphrey Bogart, Lon Chaney, el capitán Kirk de Star Trek, unos Alfred Hitchcock y Anthony Perkins en modo Psicosis y el Batman de Adam West, entre otras efigies. Los guiños para sibaritas (a los Ramones, sin ir más lejos) se suceden en los diálogos, y la protagonista muestra siempre ese descaro y esa viveza que ella misma explicó en una entrevista concedida en 1998: «Lo que yo hacía no era vergonzoso: sencillamente era mejor que pasarse ocho horas al día encadenada a una máquina de escribir».