En sus años de universidad, la dibujante Wendy Pini (Elfquest) se empeñó en convertir la saga más famosa de Michael Moorcock en un filme animado... y realizado por ella misma, en solitario y con medios espartanos. El proyecto quedó inconcluso para siempre, pero dejó estos apabullantes dibujos del emperador albino y su horripilante mundo.
Cuando decimos que Wendy Pini es la puta ama, no exageramos en absoluto. Autora de Elfquest, el primer cómic indie que alcanzó el éxito masivo, esta dibujante de San Francisco (acompañada siempre por su marido, Richard Pini) hizo historia como artista… y también como portavoz de las mujeres en el fandom, opinando sin pelos en la lengua sobre los vicios de la industria de las viñetas y dejando clara su posición como creadora autosuficiente. Vamos, que tenemos mil y un motivos para adorarla, y para preguntarnos por qué el Festival de Angulema no la tiene en cuenta para su Gran Premio anual. Si a alguien le quedasen dudas sobre sus méritos, esta galería debería despejarlas: en 1970, cuando era una estudiante universitaria, Pini decidió adaptar la novela Stormbringer de 1965 (Portadora de Tormentas, en castellano), aquella en la que Michael Moorcock concluía la tremebunda saga de Elric, el emperador albino, y su espada devoradora de almas. Y no sólo eso: también se hizo cargo de la tarea totalmente en solitario.
Por supuesto, el filme quedó en agua de borrajas: el presupuesto era nulo y los medios absolutamente caseros, con lo que Wendy Pini acabó aparcándolo tras un par de años trabajando sin parar. Ahora bien: durante ese período, le dio tiempo a facturar centenares de dibujos (literalmente) recogidos en un volumen titulado Law & Chaos, que la artista publicó en 1987 y que ahora está disponible íntegramente en su página web. El volumen es un auténtica delicia, y en sus páginas Pini registra tanto lo arduo que era ser una fan de los cómics y la fantasía hace cuatro décadas como los numerosos desafíos creativos que acometió durante su proyecto. Absolutamente apabullados, nosotros te ofrecemos una selección de sus páginas a continuación. Ponte un disco de Hawkwind a buen volumen, paséate por sus imágenes (pulsando en ellas para verlas a tamaño grande) y acabarás pasmado por el trabajo de una artista excepcional. Como diría el propio Elric: «¡Sangre y almas para Wendy Pini!».