[Galería] Vázquez también hacía pin-ups

Primero con dibujos para el mercado francés, y después desde el seno de su odiada Bruguera, el 'Tío Vázquez' se dio al destape como al que más. Y, por supuesto, lo hizo mucho mejor que la mayoría de sus coetáneos, con picardía y recortables: te ofrecemos una muestra de su producción sicalíptica.

Con sus once hijos, su presunta condena a prisión por bigamia y ese pasado como proxeneta del cual a veces alardeaba (afirmando que reinvertía sus ganancias, además, en los servicios de sus propias pupilas), cabe afirmar que Manuel Vázquez no pasaría hoy en día por un aliado del feminismo. Pero lo que no cabe negar es que el autor de Anacleto: Agente secreto era un genio del humor, y también un dibujante excepcional cuyos talentos brillaban al ser aplicados a lo sicalíptico. Como prueba de ello presentamos esta galería, con imágenes que nos llegan desde Pensión El Calvario, El rincón de Taula 13 Rue Bruguerarebosantes de pin-ups con mucho gracejo.

Los primeros dibujos de la colección corresponden a una jugarreta con la que el ‘Tío Vázquez’ trató de hacerse un hueco en el mercado del cómic francés a comienzos de los 60. A través de su amigo y colega Kito, el genio distribuyó entre las editoriales galas ilustraciones calentorras y firmadas con el seudónimo de ‘Elvaz’, a fin de venderlas (y, sobre todo, cobrarlas) en el país vecino. Las imágenes posteriores fueron publicadas ya en suelo patrio, y corresponden a las revistas Demassié Can Can, dos publicaciones (la segunda, efímeramente resucitada tras tres intentos anteriores) con las que Bruguera trató de hacerse un hueco en el ‘destape’ allá por 1979. A la primera revista corresponden esos recortables tan poco infantiles, mientras que en Can Can apareció esa página de humor gráfico donde un Vázquez que ya reservaba su lado más bestia para El Papus y cabeceras similares prueba que sus dotes para la risa no se achantaban en el dormitorio. Todo ello con otro seudónimo, esta vez el de ‘Sappo’. En general, nosotros vemos en estos dibujos más picardía, y más respeto hacia la figura femenina, que los mostrados por otros dibujantes españoles que tiraron por esos derroteros. ¿Qué opinas tú?

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2 comentarios

  1. Pingback: "¡Vamonos al bingo!": La joya perdida del cómic español - Canino
  2. Malleys dice:

    Qué maravilla el de los amantes.

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