Los superhéroes están en todas partes y es muy posible que nos sobrevivan a todos, así que si no puedes con el enemigo, empieza a leerlo. Te contamos por dónde empezar con esta serie de posts, para que tengas respuesta a todo lo que quisiste preguntar sobre los superhéroes, desde las grandes editoriales a universos ya extintos. Exhaustiva, pero ligera; informativa, pero apasionante. ¡Es la guía de iniciación a los superhéroes!
Lo creas o no, este último capítulo de la guía de iniciación a los superhéroes es el más importante y, sin embargo, es en el que menos vamos a hablar de ellos o de sus editoriales. Porque si durante estos meses hemos hablado de tantas editoriales y tantos universos superheroicos, al final todo se reduce a ti, querido lector y posible fan, empezando una colección.
El salto
Para este artículo contamos con José Viruete, redactor en Internet desde antes de que se supiera que uno podía dedicarse a ser redactor en Internet; Javier Ramos, de la madrileña tienda de cómics Viñetas; Julia Madrigal, que no sólo trabaja en una tienda de cómics allá en Inglaterra sino que también los dibuja (Giant Days o The Wicked + The Divine). Juntos, forman esta historia oral de lo que supone aficionarse a los superhéroes.
Y empezamos por la forma en que los pijameros entran, por los ojos: Viruete y Javier reconocen que, cuando ellos empezaron a coleccionar, leían todo lo que caía en sus manos hasta que se toparon con ellos.


José Viruete: La gente de mi edad leíamos muchos más tebeos. Solo había dos canales de TV y muchos no tuvimos ordenador para jugar, o éste tardaba en llegar. Leer cómics era una buena opción de ocio en casa y servía para socializar: daban conversación, los cambiabas… Spider-Man y Mortadelo fueron mis primeros amores.
Javier Ramos: Recuerdo comenzar leyendo, como la inmensa mayoría de la gente, las revistas juveniles de los diarios (Pequeño País, Gente menuda) y algunos álbumes de Mortadelo, Zipi y Zape, etc. Pero ahí no había coleccionismo, era simplemente trincar todo lo que uno pillara para leer. […] Más tarde llegaría Marvel y ahí sí fue cuando la cosa se torció, cuando comenzó la fiebre coleccionista.


El caso de Julia es distinto. Con los años, tal y como hemos visto durante tantas entregas, los superhéroes han saltado de los cómics para alcanzar novelas o cualquier medio audiovisual. Y claro, casi parece lógico que, en lugar de empezar por los kioscos y los tebeos, el salto sea de una serie de televisión popular a un cómic de ese personaje.
Julia Madrigal: El primer primer cómic americano que me compré fue uno de Harley Quinn con la portada de Alex Ross porque reconocí el personaje de haberla visto en la peli de Batman Beyond.
El gancho
Sea como sea, una vez se descubren los superhéroes, el enganche se produce gracias a una colección, o un evento cosmiguay, o un determinado tipo de dibujo, que te demuestra que es una afición que quieres continuar.


José Viruete: La primera colección que recuerdo buscar cada mes, y comenzar a intentar encontrar los números que me faltaban, fue Los Nuevos Vengadores, la de Steve Englehart y Al Milgrom. Había momentos absolutamente delirantes que encendían mi imaginación. Y personajes raros de Marvel por doquier.


Javier Ramos: La primera saga que comencé a leer desde el principio y por orden de salida fue El Guantelete del Infinito, a comienzos de los noventa, y de ahí el salto a los mutantes. Compraba mensualmente las dos series de la Patrulla X (grupos azul y oro), a la vez que complementando la colección con tomos reeditados, retapados o cualquier otro material que se fuera encontrando en librerías, mercadillos, etc.


Julia Madrigal: Recuerdo comprarme las últimas grapas de New X-Men: Academy X porque salía Skottie Young en su época antes de entintar con pincel y posteriormente Humberto Ramos. Poco después me compre los números de Venom de Daniel Way porque tenía el arte de Francisco Herrera y Skottie Young. También algo de Spider-Man por Humberto Ramos y el tomo de New Warriors que hizo Skottie. Básicamente consumía cualquier cosa que encontraba de esos tres, aunque a Skottie Young le fui dejando a un lado según iba profundizando en su entintado más suelto con el pincel, porque eran mis referentes de dibujo.
Pregunta a tu librero
A estas alturas, te preguntarás cómo empezar. Durante toda la guía he estado hablando de lecturas recomendadas (puntos de partida ideales para empezar, historias independientes que merecen tu dinero) y también de cómics a evitar: de estos últimos, algunos no es que sean malos, pero otros aficionados podrían recomendártelos y, créeme, harán que odies el género por su complejidad, ataduras con la continuidad y/o su miríada de personajes.
Así que puedes ir a tu tienda de cómics (por favor, intenta ir a una tienda y no a una gran superficie comercial) con mis recomendaciones bajo el brazo y llevarte más de dos mil euros en maravillas que no olvidarás, o puedes entrar y dejarte inspirar por alguna portada, como hemos hecho todos, dejando que esta afición se infiltre en ti a fuego lento.


Esta última no es sólo mi opción favorita, es también la de nuestros entrevistados. Coincidimos también en que, en caso de duda, preguntes a tu librero. No voy a denostar ciertas tiendas cuyos empleados pasan de los cómics y de sus clientes, pero la mayoría están atendidas por gente que se han leído gran parte del material que manejan.
José Viruete: Creo que es mejor leer lo que a uno le llame la atención por un motivo u otro. ¿Que te gusta ese personaje que has descubierto en un crossover? Pues píllate algo de él. ¿Que te gustó ese dibujante o guionista? Lo mismo. Los universos de superhéroes jamás han tenido un crecimiento orgánico, siempre ha sido algo muy caótico, y es lo que mola, tirarse a la piscina sin manguitos. Que ya somos mayores.
Javier Ramos: Mi recomendación es que si alguien quiere empezar a leer superhéroes, ya sea de Marvel, DC o cualquier otro Universo, se acerque a cualquier librería, ojee y lo que más le llame la atención ya sea por dibujo, personajes, tenga una buena portada o cualquier otra cosa que puede inspirarnos a coger un cómic de una estantería y comience por ahí. Por ahí se empieza y luego ya uno irá profundizando hasta donde se quiera. En la actualidad hay infinidad de guías de lectura de los diferentes personajes, universos o cualquier cosa. Todo eso está muy bien y ayuda muchísimo, pero sigo considerando que la mejor manera de comenzar es por puro instinto, ver qué nos puede gustar más e ir probando cositas.


Julia prefiere ahondar más en los gustos de cada uno, que para algo también trabaja como Javier en una tienda de cómics. Hay superhéroes para todos, pero no todos quieren a los mismos superhéroes.


Julia Madrigal: La gente que quiere hacerle un regalo a sus hijas me pregunta «¿tienes comics para chicas?» a lo que yo le respondo «tengo comics, que es lo que le interesa a su hija». Los cómics con protagonistas femeninas están genial, pero hay que preguntar a la persona que le gusta antes de nada qué libros lee, qué series consume, qué pelis, para indicar una dirección, en vez de, «uy, la prota es una chica, seguro que te gusta». A lo mejor le flipa Los Mercenarios y quiere ver un buen Punisher en acción. Hay que preguntar a la persona antes de asumir que algo le corresponde, es una batalla personal que yo tengo en la tienda.


«Recomendado para lectores masculinos».
La zona fan
En mi conversación con Julia, aparece lo que supone hoy día ser aficionado. Ya defendí en esta santa página que el fan de los cómics en particular y de la cultura popular en general ya ha ganado un espacio y se ha quitado un estigma… ¿o no?
Julia Madrigal: Sigue siendo igual de complicado meterse en los cómics. A lo mejor es más sencillo saber que existen y a nivel de mainstream está menos estigmatizado gracias a las películas, pero por lo que yo he podido observar en mis clientes hay unos prejuicios de la hostia.


En el fondo, esto no debería preocupar a nadie. ¿Qué le importa a los demás lo que te guste a ti? Eso es lo que pensaba cualquier comprador de Flash en los años 90 y es lo que sigue pensando hoy, aunque llevar ahora una camiseta del superhéroe no llame la atención. Al menos en la calle, los frikis han ganado.
Pero ignorar los prejuicios de los demás debería darnos a todos la capacidad de ignorar los prejuicios dentro de nuestra propia zona fan. Por desgracia, Julia saca a la luz una experiencia que ni José Viruete, ni Javier Ramos han mencionado, quizá porque no la viven de continuo: denuncia (y con razón) el aspecto más negativo de los fans, ése que cada poco tiempo vemos rebuznar por Star Wars, los videojuegos o los cómics, como si fuera dañino que alguien del sexo femenino pudiera preferir a Jim Starlin o Darth Vader antes que a Nicholas Sparks o a Christian Grey.


(y siempre lo ha dado) bastante grima.
Julia Madrigal: La mujer sigue siendo persona non grata, siempre cuestionada, es como que tienes que demostrar algo. A mi mas de una vez me han cuestionado cuánto de fan soy, qué conocimientos tengo, tantear si he leido mas o menos, si conozco todos los artistas… Al menos una vez al mes oigo esa de «pero tú lees cómics o estás aquí por ser mona».
Estoy con Julia, es penoso que se siga produciendo esta situación. Hay algo que podemos denominar la zona fan, que es un espacio mental ocupado por todos los aficionados a un producto cultural. No es un espacio físico de verdad: si lo fuera, lo mismo sí que habría un problema al arrejuntarnos todos dentro; claro que habría que limitar el acceso.
Pero como la zona fan es un espacio imaginario, en el que compartimos experiencias y recomendaciones y sí, alguna que otra aversión por un autor o personaje concreto, puede entrar cualquiera y cualquiera puede estar en varias zonas fan al mismo tiempo. Todos y todas suman, da igual sexo, edad, inclinación política, credo, etnia o raza, porque cada punto de vista es susceptible de enriquecer tu propia experiencia.


Los cómics, a día de hoy, son más diversos que nunca, pero si Julia me dice, pesimista, que “El problema no son los comics, son los consumidores«, es la hora de fomentar un poco el respeto dentro de la zona fan a la que cada uno pertenece.
Tengo fiebre y el único remedio… ¡son más cómics!
Pasamos (pero no olvidamos) este interludio para algunas recomendaciones de nuestros invitados. Después de todo, cada uno tiene sus gustos y yo he procurado recomendar los que puedan atraer al mayor número de vosotros, pero ellos tienen varias obras que añadir.


José Viruete: Los tomos Marvel Gold ofrecen una buena relación calidad / precio. Si lo que se busca es leer rápidamente ciertas etapas míticas, que duda cabe de que son una buena elección. Ahora: en el bus o en el tren (algunos) no vas a poder leerlos. Es mi caso, así que suelo optar por ediciones más cómodas. Pero creo creo que lo mejor es empezar por algún material relativamente moderno, que acerque al lector a los personajes, e ir retrocediendo un poco, para ir comprendiendo poco a poco como era el dibujo, la manera de guionizar, dialogar y editar de esa época… Puede que sea un poco duro ponerse a leer a Stan Lee / Jack Kirby de golpe y porrazo. En cuanto a mantenerse… ¡ten paciencia! Hay tantísimo material editado que aunque te concentres en un personaje te va a llevar un buen tiempo reunir una buena colección. También intenta estar informado de qué series están teniendo un buen boca a boca.


que se convierte por azar en una.
Julia Madrigal: Suelo recomendar mucho Spider-Gwen, Ms Marvel, Squirrel Girl y Moon Girl dentro del género de superhéroes, pero tienes tambien Nimona, Giant Days, Paper Girls… A mi me flipa Venom, y mi Eddie Brock, cuanto más musculoso y asqueroso el simbionte, mejor.
Los superhéroes siempre se quedan
No se puede negar que este subgénero está experimentando un éxito rotundo que, en parte, está atrayendo a nuevos lectores al material pese a los desmanes editoriales: Marvel con su inacabable lista de eventos y sus más de cien títulos mensuales y una DC que, sin abusar de las sagas, dirige cada cierto tiempo a su universo a un punto sin retorno del que prefiere escapar mediante reinicio.


Es imposible averiguar cuándo hará crunch la presencia audiovisual o la editorial, pero hasta entonces podemos disfrutar de la ola y hasta permitirnos el lujo de elegir ante un catálogo que una persona cuerda y de recursos medios no puede ver por entero. Y aunque en audiovisual no hay tanta variedad, en cuanto a cómics de superhéroes, hay cabeceras para casi cada género literario: de terror, de ciencia ficción, thrillers, comedias y hasta dramas y tramas de culebrón.
¿Y luego? Los superhéroes seguirán, te mantengas en el mundillo o no. Han aguantado guerras y crisis económicas, sociales y morales, pero al final hay algo atrayente en mirar al cielo. A veces verás un pájaro, a veces un avión pero… ¿no es más bonito pensar en Superman?