Hace unas horas la noticia del presunto rechazo por parte de Daniel Craig de cerca de de cien millones de dólares para lucir esmoquin en la próxima aventura de James Bond ha comenzado a dinamitar las redes. Desde aquí nos gustaría proponer a alguno de los actores más caninos para tomar el relevo. ¿Y tú de quién eres?
Mientras parece no haber una confirmación oficial por parte de nadie, las casas de apuestas no arriesgan demasiado y nuestro favorito Tom Hiddleston parece ser también el favorito de los productores de la franquicia. Vamos a proponer algunas alternativas, algunas ya mencionadas y otras que son cosecha nuestra.
Tom Hiddleston
¿Por qué sí? Porque nada más salir de High-Rise (2015) lo vimos claro. Es británico, divertido, elegante, alto, canalla y salvaje como pocos, combinando mejor que nadie todo lo bueno de los dos primeros agentes, Sean Connery y Roger Moore (sin contar al primigenio Barry Nelson, que protagonizó para la televisión Casino Royale en 1954)
¿Por qué no? Con 35 años sería el Bond más joven tras Connery, que tenía 32 (pero eran tiempos más rudos y aparentaba muchos más) o George Lazenby, que tenía 30 en su única aparición como Bond. Al igual que Connery, ambos lucían mucho más veteranos que Hiddleston. Comparado con ellos, parece un adolescente.
Idris Elba
¿Por qué sí? Es uno de los tíos más carismáticos y elegantes que hemos visto en mucho tiempo y se apodera de todas las secuencias en las que juega, ya tenga más peso (Beasts of No Nation, 2015) o sea un comparsa (Prometheus, 2012). También ha demostrado ser un buen detective en Luther (2010-2015). Además, el cambio cutáneo sería una bomba y una victoria en los tiempos donde se boicotean los premios de la Academia por la ausencia de actores de color en las nominaciones.
¿Por qué no? Porque es posible que en un mundo donde Donald Trump tiene posibilidades de ser presidente de EEUU un actor negro no tenga la más mínima oportunidad de hacerse con un personaje como James Bond. Elba tendría la misma edad que Moore (46) cuando se hizo con el papel y compartirían puesto con el Bond más veterano de origen.
Tom Hardy
¿Por qué sí? Porque al igual que Hiddleston (aunque algo más veterano) es un macarrilla de nueva generación británica al que el traje le sienta de maravilla. Carismático, camaleónico y excelente actor, como ha demostrado en Locke (2013), podría ser un relevo ideal para Daniel Craig, de quien heredaría la parte bruta actual.
¿Por qué no? Porque no se corta un pelo y parece estar bastante chalado. Porque es su inglés puede ser más cockney que todo el reparto de Lock & Stock (1998) y porque no tiene pinta de querer pasar una buena parte de su vida repitiendo el mismo personaje.
Michael Fassbender
¿Por qué sí? Porque uno mira al actor y lo primero que le viene a la cabeza es “coño, parece James Bond”. Físicamente es perfecto y está en buena edad (39). Además, ha demostrado ser carismático de sobra dando vida a cualquier tipo de papel. Y tiene cada vez más fans. Ah, y en su primer Magneto ya parecía estar en un Bond de Connery.
¿Por qué no? Porque a pesar de sus raíces irlandesas, Michael Fassbender nació en Alemania y es alemán. Es el primero de nuestros candidatos que no posee ese detalle, creemos, crucial para encarnar al espía.
Emily Blunt
¿Por qué sí? Esta londinense de 33 años ha demostrado saber hacer reír y también repartir trompazos a partes iguales a lo largo de su carrera. En la reciente Sicario (2015) lleva un peso dramático de thriller importante sobre los hombros y no se arruga lo más mínimo. Además, demostró su talento para la acción en la notable Al filo del mañana (2014) enamorando a Tom Cruise y a todo el patio de butacas. Otra vez.
¿Por qué no? Bueno, si ya es difícil que un actorazo como Idris Elba se apropie del personaje, imaginen la que puede caer si James Bond cambia de sexo después del año que no están dando los quejidos sobre la nueva Cazafantasmas…
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