[Celebramos Halloween como hacemos con todo en CANINO: sobredimensionándolo. Estiramos la noche de las brujas todo un mes: cada día, aquí, durante todo noviembre, tendrás una minireseña de una película, comic, videojuego o libro relacionados con el terror y que quizás no conozcas. Si te gusta descubrir cosas, nuestro Halloween dura un mes te va a encantar. Eso sí, ojo: algunas están muertas.]
Oz Perkins, hijo del mítico protagonista de Psicosis, sin duda tiene un talento muy especial para crear atmósferas. Habrá quien diga que quizás eso sea lo único que sepa crear, pero está claro que entre February (2015, aún inédita tras su exitoso paso por festivales de todo el mundo) y esta Soy la bonita criatura que vive en esta casa recién estrenada por Netflix para rebañar algo del efecto Halloween de estas fechas, tenemos ante nosotros a un director con una sensibilidad única para retratar el horror psicológico. Soy la bonita criatura… introduce en una coctelera elementos de House of the Devil (2009) -pero sin la estridencia pop setentera- y Soy un fantasma (2012) -pero acentuando los elementos psicológicos en vez del trampantojo argumental- y el resultado es personal, y tan asfixiante como enigmático.
La película de Perkins transcurre en una sola localización durante un año, una mansión donde viven la enfermera Lily (Ruth Wilson) y la novelista de best-sellers de terror, ya muy anciana, Iris Blum (Paula Prentiss). Y un fantasma, claro, que podría proceder o no de la imaginación de alguna de las inquilinas. No estamos desvelando ningún secreto: la voz en off de la protagonista anuncia a los pocos minutos de metraje que acaba de cumplir 28 y no cumplirá 29. Las intenciones de Perkins son otras que van más allá de los vericuetos argumentales; sus prioridades no son provocar un par de sustos, sino enhebrar una atmósfera densa, equívoca, llena de espacios en blanco que el espectador tendrá que completar solo.
El tono anticuado de la narración (de la ambientación que funciona como una burbuja aislada de la época en la que transcurre la película a la voz en off de la protagonista, cuidadosa, que mastica las palabras en retorcidísimas frases que a veces parecen un inglés arcaico) es perfecto para una historia casi sin personajes ni argumento. Una historia que solo presenta un par de fenómenos inexplicables y el resto del tiempo está contemplando paredes a través de movimientos circulares de cámara sin significado. Planos estáticos, interminables, abstractos, que nos ponen más en la piel del fantasma que en la de sus víctimas. Un logro insólito entre los muchos de una película decididamente no para todos los gustos, pero que funciona a la vez como clasiquísima historia de fantasmas y como retruécano que pone en duda los resortes del género.
Bueno la película es mala, pero con decir mala me quedo corto, aburrida, sin sentido, un tiempo pedido, no asusta nada, va muy lenta no recomiendo que nadie la vea
Ojalá pudiera compartir tu absoluta seguridad en tus propios cánones. Sin duda sería una persona mucho más feliz conmigo mismo y no vivir atenazado por estas continuas dudas que hacen que cada noche, cuando me voy a dormir, vea puntos de colores que danzan esotéricos bailes ante mis ojos.