[Celebramos Halloween como hacemos con todo en CANINO: sobredimensionándolo. Estiramos la noche de las brujas todo un mes: cada día, aquí, durante todo noviembre, tendrás una minireseña de una película, comic, videojuego o libro relacionados con el terror y que quizás no conozcas. Si te gusta descubrir cosas, nuestro Halloween dura un mes te va a encantar. Eso sí, ojo: algunas están muertas.]
A primera vista, así de lejos, The sentinel se muestra como hija bastarda de dos hypes de su tiempo: el terror sobrenatural de raíz cristiana de El exorcista (1973) o La profecía (1976) y el cine de catástrofes que sumaba al espectáculo del derrumbe un bien surtido catálogo de estrellas. En lo segundo, The sentinel ya exhibe su rasgo distintivo con un reparto cuyo recitado causa mareos (y no aconsejamos leer en voz alta a medianoche no vaya a ser un sortilegio chungo) con esa inaudita acumulación de estrellas veteranas (Martin Balsam, John Carradine, José Ferrer, Ava Gardner, Arthur Kennedy, Burgess Meredith, Eli Wallach) y jóvenes promesas (Christopher Walken, Beverly D’Angelo, Tom Berenger, Jeff Goldblum, Chris Sarandon).
Única aportación al horror sobrenatural del director Michael Winner (ligado al thriller y a un Charles Bronson a quien convertirá en justiciero urbano), la historia de una modelo de éxito que se instala en un apartamento de Brooklyn cuyo ático habita un sacerdote ciego y cuya silueta se enmarca perenne en la ventana, acaba derivando en uno de esos tesoros ocultos al que rendir pleitesía toda la vida. Lo que parece convención y rutina da la primera pista de que es otra cosa con un flashback a la adolescencia de la protagonista en el que pilla a su padre en una orgía decadente. Luego se desmelena con la visita a sus vecinas lesbianas, que acompañan el té de rigor con una escena masturbatoria inigualable. Y de manera definitiva sabremos que no se parece a nada con la inquietante comunidad de vecinos celebrando el cumpleaños de un gato en un mix surreal de Alicia en el país de las maravillas que anuncia la futura llegada de Twin Peaks. Arquitecturas del Mal y portales urbanos al infierno en una obra maestra de lo grotesco que culmina con el desfile de una legión de monstruos malditos filmada con freaks deformes reales y de físico amorfo estableciendo lazos con La parada de los monstruos (1932) de Tod Browning. “One of us”.