No todos los días podemos celebrar haber encontrado un fragmento del santo grial de la cultura popular de mediados del siglo XX: la primera y perdida temporada de Los Vengadores (1961-1969). Aprovechamos la gozosa ocasión para hablar de uno de los grandes clásicos televisivos de todos los tiempos.
Hace unas pocas semanas, el grupo dedicado a la preservación del audiovisual llamado Kaleidoscope anunció que había encontrado, escondido en una colección privada de films en 16mm que recién había adquirido, el episodio Tunnel of fear de la primera temporada de Los Vengadores, y de la que hasta ahora solo se conservaban dos de un total de 26. El valor del hallazgo se veía aumentado porque Tunnel of fear era además uno de los nueve episodios desaparecidos de los que no se conservaba ni siquiera el guión, lo que impedía siquiera su reconstrucción.
La serie creada por Brian Clemens es una joya de los primeros tiempos de la televisión que ha sobrevivido al paso del tiempo por su humor, su exhuberancia pop y por la química entre el recientemente fallecido Patrick Macnee en el papel de Steed y sus partenaires, Honor Blackman (1962-63) y la maravillosa Diana Rigg (1964-68). Ambas encarnaron personajes femeninos avanzados a su tiempo -académicas, bellas, expertas en artes marciales y armas de fuego- que se convirtieron en cabecillas pop del movimiento de la liberación de la mujer que tuvo lugar en la década de los sesenta. Su éxito fue tal que ambas dejarían la serie para convertirse en chicas Bond, una como la inolvidable Pussy Galore en Goldfinger (1964) y la otra como la desafortunada Señora de James Bond en Al servicio secreto de su majestad (1969).
Pero antes de adentrarse en el delirio pop y en tramas por completo pulp que incluían asesinos cibernéticos, rayos reductores, vengadores alados, o potentados megalómanos, Steed tuvo otro compañero, el Dr Keel, interpretado por Ian Hendry, un médico londinense de lo más normal. Lo poco que sobrevive de la serie permite reconstruir que tras un encuentro azaroso, con el paso de los episodios se formó entre ellos una relación propia de una buddy movie. Los episodios de esta primera temporada, que Patrick Mcnee describió como de «cigarrillos y abrigos sucios,» son mucho más realistas y sombríos que los de temporadas posteriores. Los protagonistas acechan a criminales, traficantes de drogas, proxenetas o espías desde callejones en vez de en enfrentarse a espías internacionales y mad doctors en glamurosas recepciones. Este contraste se debe a que 1961 representó un momento transicional en el género del espionaje, que pasó de seguir los esquemas del noir a adoptar los del superagente secreto tras el estreno de James Bond contra el Dr No (1962). La transición es visible hasta en la vestimenta de los personajes. Agentes como Lemmy Caution, el Inspector Ardilla, o Steed y el Dr Keel en esa primera temporada de Los Vengadores llevan gabardinas y sombreros fedora en vez de esmóquines o trajes de dos piezas de Pierre Cardin, bombín y clavel en la solapa, señas de identidad del dandy que Patrick Macnee interpretaría en sus temporadas junto a Diana Rigg y Linda Thorson. En el caso de Los Vengadores, la transición se aceleró con la partida de Hendry tras una huelga de actores que hizo que la primera temporada concluyera antes de tiempo y que la serie hubiera de replantearse por completo.
Pese al afortunado descubrimiento de Tunnel of fear, la práctica totalidad de la temporada permanece perdida, probablemente sin remedio. Como bien sabemos los aficionados a Doctor Who, y en especial los del segundo doctor, la costumbre de la BBC de la época era borrar las cintas en las que se registraban los programas para hacer sitio a otras nuevos. Modos de una época en la que la televisión se consideraba algo efímero. Así, temporadas completas como la segunda de Adam Adamant lives! (1966-67) o gran parte de la señera Out of the unknown (1965-71) o muchos de los episodios en blanco y negro de la estupendísima Callan (1967-72) se han perdido posiblemente para siempre. Solo queda la esperanza de que entusiastas o estudiosos encuentren estos episodios desaparecidos en los archivos de alguna televisión a la que la BBC vendió estos programas, como pasó hace poco con el serial de Doctor Who titulado Web of fear, o en los estantes de algún coleccionista privado como ha sido el caso en esta ocasión. Así que solo nos queda mantener encendida la esperanza.