[Hostias como Panes es la sección de CANINO dedicada a analizar cronológicamente, película a película, golpe a golpe, despatarre a despatarre, "Nooooo" a cámara lenta a "Nooooo" a cámara lenta, la filmografía de Jean-Claude Van Damme. Desde sus primeras producciones sobre torneos imposibles de artes marciales a su consagración como meme de carne y hueso. Todo Van Damme en CANINO]
Black Eagle es una pieza extremadamente menor dentro de la filmografía de Van Damme, sobre todo teniendo en cuenta que en breve rodaría dos peliculones como Cyborg y Kickboxer, ambas de 1989. De hecho, Black Eagle ni siquiera puede considerarse una película de Van Damme: rodada antes de Contacto sangriento pero estrenada después debido al éxito de esta y subrayando su presencia en carteles mucho más allá de lo legítimo, Black Eagle tiene más en común con Retroceder nunca, rendirse jamás. Jean Claude Van-Damme es el villano de la función, solo que en este caso la cosa carece de la prestancia marcial, la desvergüenza mitómana y el espíritu exploit: Black Eagle es, sencillamente, una cinta de espionaje exótico a mayor gloria de Shô Kosugi donde Van Damme da vida a un esbirro soviético en una trama innecesariamente compleja.
Aunque, eso sí, se puede resumir en apenas un par de líneas: Kosugi es un operativo de la CIA que tiene que desplazarse hasta Malta para localizar un avión accidentado de los Estados Unidos que contiene un sistema de disparo guiado por láser tras el que también husmean los soviéticos, dirigidos por el temible Vladimir Klimenko (Vladimir Skomarovsky) y su superasesino de corazón razonablemente tierno Andrei (Van Damme). Kosugi en realidad no quiere ir a Malta, pero la CIA hace esto tan de los servicios secretos de secuestrar a sus hijos y enviarlos a la zona de conflicto para que su mejor agente, que otra cosa no, pero paciencia con sus superiores un rato largo, no tenga más remedio que viajar a recuperar el artilugio láser.
Como cabe esperar, el highlight de Black Eagle son las peleas entre Kosugi y Van Damme: Kosugi venía de protagonizar la estupenda trilogía ninja de la Cannon (La justicia del ninja -1981-, La venganza del ninja -1983- y Ninja III: La dominación -1984-, que merece un adjetivo mucho más complejo que «estupenda») y proporciona un agradable contraste con un Van Damme que ya empieza a dejar su marca en los combates: ágil, saltarín, inalcanzable. El karate shindō jinen-ryū que practica Kosugi, sin embargo, permanece más firme en el suelo, con golpes secos y cierta sonrisa de autosuficiencia ante los espatarres y los chotis del belga. Los choques son, gracias a la diferencia de estilos, sorprendentes, poco tópicos y heterodoxos. Por desgracia, también son escasos y breves, aunque están rodados con claridad y sin montajes precipitados o supuestamente dinámicos.
A Van Damme le da tiempo de abrirse de patas, eso sí, en una breve secuencia que es casi meta-ficción. Sin nada que ver con el argumento, lo hace para entretener a los tripulantes de la embarcación soviética en la que viajan, un poco por las mismas razones por las que nos brinda a nosotros, los espectadores, el split de rigor. Porque si no, esto no hay quien lo aguante.
Por lo demás, bien poco: Eric Karson no despliega una dirección demasiado inspirada, como le sucedió en una de las películas más mediocres de Chuck Norris, Duelo final (1980, en la que salen ninjas, y aún así es un tostón). El guion de A. E. Peters y Michael Gonzales, excesivamente verborreico, explicativo y confuso, no hace demasiado por aliviar el suplicio, con paseos turísticos por Malta y pequeñas persecuciones motorizadas muy medianas. No resulta extraño que al final sea el carisma de Van Damme el que convierte Black Eagle en un espectáculo de aprobado raspado: hay ciertas notas de guión, como su ridículo romance con una soldado rusa con la que intercambia un total de dos líneas de diálogo, que le proporcionan cierta humanidad y que hacen aún más chirriante la indigna y muy poco climática muerte que sufre como villano de segunda.
Te-Emes de Van Damme: Frase Muy Dramática Enunciada con Total Inexpresividad™, Sonrisa + Ojitos En Escena de Relleno™, Apertura de Patas™, Salto Inhumano™
Calificación: Romance sintético + Héroe de pasado ninja + Mirada maquiavélica + Gomina = OOOO (cuatro hostias sobre diez)