¿Indignado por la celebración del Día de la Mujer? ¿Te gustaría que los tíos también dispusiéramos de una fecha para airear nuestras quejas al mundo? Tranquilo, hermano: estos ilustres personajes están contigo y sumarán sus voces a la tuya.
[ATENCIÓN: El propósito de este artículo es puramente jocoso, y está inspirado por una broma en el Twitter de nuestro amigo Noel Ceballos: confiamos en el discernimiento del público para pillar las bromas. Si eres un tío y tus opiniones coinciden con las de estos personajes, háztelo mirar]
Immortan Joe
Injustamente tachado de villano, el auténtico héroe de Mad Max: Furia en la carretera guía sus actos de acuerdo con el refranero popular. Concretamente, sus dichos favoritos son «la mujer, en casa y con la pata quebrada» y «el ‘warboy’ y el oso, cuanto más feo, más hermoso». Tras redimir a los maltrechos restos de la humanidad para alzarlos sobre las cenizas del mundo, este ex militar reciclado en señor de la guerra postapocalíptico ha construido un orden social basado en los buenos y viejos valores de toda la vida: ellos, a servir como carne de cañón en su empresa civilizadora, y ellas, a procrear como está mandado. Manda narices que un grupo de feminazis motorizadas y un par de machos beta traidores a su género vengan ahora a fastidiarle el chiringuito gritando eso de «¡No somos cosas!». ¡Que se vayan a Venezuela, hombre ya!
Gastón
¿Puede ser atractiva una mujer con un libro entre las manos? Algunos (trágicamente desinformados) pensarán que sí, pero el vilipendiado héroe de La Bella y la Bestia opina lo contrario: el derecho a la educación, y no digamos ya a una educación pública y gratuita, tal vez pueda ayudar a las tías a ser buenas amas de casa, o incluso a encontrar un empleo que les haga contribuir a la economía familiar (antes de recoger a los niños del colegio, fregar y hacer la cena, of course), pero en ningún caso debe ser el motor de sus vidas. No vaya a ser que, tras ver tanta letra junta, les dé por citar a Judith Butler y hablar de la performatividad de los roles de género. La próxima vez que una de esas tías trate de contrarrestar tus argumentos a base de citas sesudas, recurre a la frase por excelencia: «¿Cómo se lee esto? ¡Si no tiene dibujos!».
Petyr ‘Meñique’ Baelish
Bien le hayas conocido en la literatura (los megatochos de Canción de hielo y fuego, concretamente), bien a través de la TV (Juego de tronos), coincidirás con nosotros en que este probo empresario encarna el ideario sostenido por aquellos que reclaman un Día del Hombre. Concretamente, el hecho de que el tan cacareado derecho a la igualdad salarial y laboral es una pamplina: mientras que el señor Baelish se juega el tipo intrigando, conspirando, asesinando y manipulando para aumentar sus dividendos entre la caduca aristocracia de Poniente, las chicas que curran en su cadena de burdeles se dan la vida padre con un empleo que ni siquiera les exige levantarse de la cama. Y encima querrán cobrar buenos sueldos, tener derecho a sindicarse e incluso eludir el estigma asociado a las trabajadoras del sexo. Indignante.
Jedediah Kilgrave
¿Verdad que el coprotagonista de Jessica Jones tiene cara de buena persona? Está claro que sí: por algo lo interpreta ese David Tennant que tan buen rollo nos dio en sus temporadas de Doctor Who. Gracias a ese rostro angelical, y a esa sonrisa que tanta confianza nos inspira, nosotros sabemos que aquellas que le acusan de ser un violador, un sádico y, en definitiva, un monstruo están drásticamente equivocadas: todo lo que hace Kilgrave, lo hace por amor, y si ese amor le lleva a ignorar conceptos tales como el respeto a los límites personales, los tabúes acerca del abuso de confianza y, en general, la noción de que la chica que le gusta es un ser dotado de libre albedrío, el resto de la humanidad debe aceptarlo en nombre del romanticismo. Acércate a este icono para los pickup artists del mundo, y en un ratito acabarás dándole la razón en todo lo que dice.
Patrick Bateman
Con sus trajes de Armani, ese cuerpo meticulosamente esculpido en su gimnasio particular y ese estilazo con el que se mueve por el mundo, está claro que el American Psycho creado por Brett Easton Ellis y llevado al cine por Mary Harron (¡una mujer!) y Christian Bale es un TRIUNFADOR con todas las letras. Pero todo tiene un precio, y para seguir siendo un capitán de las finanzas y un lobo de Wall Street el señor Bateman debe asegurarse de que nadie le hace sombra: no hablamos sólo de esos compañeros de trabajo a los que despacha con medios contundentes (y que no se enseñan en Harvard), sino también de esas tías que pueden ser secretarias, novias o prostitutas accesibles previo pago, pero que nunca, en ninguno de los casos, podrán equipararse con él en estatus. Ni, ya que estamos, en ninguna otra cosa. Algunos resentidos le señalarán como un patético ejemplo de cómo el patriarcado deforma la conciencia masculina. Pero qué sabrán ellos…
Zachary Hale Comstock
Un líder de masas. Un redentor de América. Un maestro estratega. Y un hombre consciente de un hecho básico: si empiezas dándoles derechos a las mujeres (a no ser que éstas sean tu señora), acabarás otorgándoselos hasta a los negros. Consciente de esta gran verdad, y como vemos en BioShock Infinite, el señor Comstock ha convertido su ciudad flotante de Columbia en un Edén donde las cosas son como son, y donde campa la igualdad de oportunidades (es decir, donde todos tienen la oportunidad de ser iguales a él) y donde el bienestar público está asegurado por un celópata cibernético volador de seis toneladas de peso. Por ello, deberíamos aclamarle como el MRA definitivo en este y en todos los demás planos de existencia.
Zapp Branningan
Un caballero como los de antes, el aventurero espacial de Futurama lleva las tendencias exhibidas ocasionalmente por el capitán James T. Kirk (el original, el de William Shatner) hasta sus últimas consecuencias. Porque tal vez el espacio sea la última frontera, pero las habilidades de Brannigan para llevarse al catre a señoritas de toda la galaxia, sin distinción de especie, no conocen límites. No en vano su lema es «desde que el hombre dejó por primera vez su cueva, y conoció a otro individuo con otro idioma y otra forma de ver las cosas, sólo ha tenido un sueño: matarlo, para no tener que aprender su idioma ni su forma de ver las cosas». De este modo, la única forma de que este pionero cósmico se avenga a razonar de igual a igual con una fémina es si esta le amenaza antes con la «muerte por kiki». Igual que nosotros, mira tú.