Jabalíes más allá de Pumba: entre monstruos, demonios y dioses

Piensa en un jabalí. No, no uno real, sino uno que aparezca en alguna serie, libro o película. ¿Es Pumba? Si has pensado en el acompañante porcino de Timón y Simba, prepárate: vamos a repasar todos esos jabalíes ficticios que provocarían el rechazo de cualquier personaje de Disney.

Ha llovido mucho desde que un personaje risueño y orondo implantara en las mentes de una generación de niños y niñas que los jabalíes verrugosos son criaturas alegres y adorables. Entre Hakuna Matatas y buffets de insectos viscosos, Pumba se ganó el corazón de los espectadores de El rey león (1994), y esta semana ha vuelto a la pantalla para intentar hacer lo propio en el siglo XXI.

La versión live-action de El rey león (2019) se estrenó hace pocos días, y nos enseña a un Pumba más animalesco, peludo y oloroso. Aun así, el colega de Timón no lo tiene tan fácil para reclamar -25 años después- el trono del mejor jabalí de la ficción. A lo largo de los años, no pocos puercos salvajes han asomado los colmillos en películas, cómics o videojuegos. 

Bestias salvajes o criaturas honorables, Encontramos decenas de serios contendientes en este particular concurso: ¿cuál es el mejor jabalí que nos ha dado la ficción? A continuación, emprenderemos un viaje junto a estos animales con la certeza -por cierto- de que contra algunos de ellos Pumba no duraría dos patadas.

Jabalíes monstruosos: de la serie B a Miyazaki

¿Qué es un jabalí? A primera vista, una criatura peluda, enfadada y con dos colmillos constantemente asomando entre sus labios fruncidos. Dicho de otra manera: los ingredientes idóneos a partir de los que crear un monstruo temible. En el cine, sin ir más lejos, existe un pequeño nicho de monster movies protagonizadas por mutaciones aberrantes de esta especie.

Son seres como The Ripper, la criatura colmilluda que puebla las pesadillas de los rednecks de Pig Hunt (2008), o el jabalí sediento de sangre que aterroriza la campiña australiana en la reciente Boar (2017). Este último monstruo tiene un precedente en una obra de culto, Razorback (1984), en la que, de nuevo, Australia se veía asolada por un gigantesco jabalí caníbal, construido y animado por Bob McCarron.

La versión asiática de este monstruo la encontramos en la surcoreana Chaw (2009), donde un grupo de especialistas se juntan para dar caza a un puerco mutante que está provocando el caos en un tranquilo pueblo de montaña.

Un vistazo a los jabalíes monstruosos en el cine no puede estar completo, desde luego, sin Nago, el dios endemoniado que se enfrenta al príncipe Ashitaka en La Princesa Mononoke (1997). Antiguo líder de su tribu, el noble animal se vio corrompido por el odio y sucumbió a la tragedia. Le sucede al frente de su clan Okkoto, otro jabalí que también acaba cayendo bajo el influjo de la oscuridad.

Nago en La princesa Mononoke

En los videojuegos, el jabalí es uno de los enemigos más comunes en muchísimos juegos de rol -desde The Witcher (2007) hasta World of Warcraft (2004), pasando por los orcos de la saga Dragon Quest-, pero hay algunas criaturas que destacan por encima de la media. 

Un ejemplo clásico es Ganon. Si Link es el arquetipo de héroe, este monstruo con aspecto de jabalí es el villano perfecto. Apodado Rey del Mal, poseedor de la Trifuerza del Poder y con un hambre insaciable por dominar el mundo, lleva tocando lo que no suena al héroe hyliano desde el primer The Legend of Zelda (1986). 

Otros jabalíes monstruosos que nos ponen a prueba son seres los Pig Cops de Duke Nukem (1991)todos los enemigos del clásico de Mega Drive Rocket Knight Adventures -donde una zarigüeya se abría camino entre un ejército de robots y cerdos- o incluso Emboar, el starter de fuego en la quinta generación de Pokémon. Puede no sonar muy amenazador, pero la Pokedex dice que “calienta sus puños con las llamas de su barbilla para propinar puñetazos ardientes”, cosa que tiene que doler bastante.

El jabalí de Erimanto y otros colmilludos mitológicos 

Repasando los jabalíes monstruosos de la ficción, hay uno que aparece de forma recurrente: el jabalí de Erimanto. En la mitología griega, uno de los doce trabajos de Hércules era capturar a dicho animal, que causaba estragos en la región. El enfrentamiento se saldaba, en los mitos, con el héroe atrapando viva a la bestia.

Puede que Pumba, el jabalí parlante de EL REY LEÓN, te parezca adorable, pero lo cierto es que estos repulsivos cerdos salvajes han dado forma a terribles villanos de ficción, desde la mitología griega al cine de terror. Este es nuestro Top Jabalíes.

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El de Erimanto no es el único cerdo salvaje que aparece en la mitología antigua: los griegos hablan de otros jabalíes monstruosos en las regiones de Calidón o Cromión, los nórdicos loaban las virtudes sobrenaturales de Gullinbursti -un jabalí dorado forjado por el enano Brokkr para el dios Frey- y los celtas adoraban al dios jabalí Moccus y a Arduinna, la diosa de la caza que cabalgaba un jabalí. Algo más tarde, la vigésima legión romana, Valeria Victrix, adoptaría este animal como su símbolo, y los relatos de los caballeros de la Mesa Redonda narrarían como daban caza al jabalí encantado Twrch Trwyth. Todo ello refuerza el simbolismo del jabalí como animal guerrero, relacionado con la batalla. 

Los griegos lo relacionaban -según explica el historiador Massimo Scheggi en su libro La bestia nera– con la muerte y la oscuridad. Lo jabalíes eran representados habitualmente en los monumentos funerarios como símbolo de los soldados valientes que habían fallecido, en contraposición a los leones, los victoriosos supervivientes. Por su parte, los escandinavos, sajones y germanos lo veían como un símbolo bélico, y -apunta Tácitolo añadían a sus cascos.

Según continúan los investigadores Mª Luisa Cerdeño Emilio Cabanes en su trabajo El simbolismo del jabalí en el ámbito celta peninsular“las escenas de la caza fantástica del jabalí fueron comunes en todos los pueblos del mundo antiguo, especialmente en la cuenca mediterránea, y siempre tuvieron un sentido funerario, representando la victoria del héroe sobre el mal y la muerte”. De esta concepción de los jabalíes nacen seres ficticios místicos y sobrenaturales como Fener, el Puerco del Verano -el dios de la guerra en la serie literaria Malaz: El libro de los caídos– o los cerdos salvajes que tiran del carro de Papá Puerco en las geniales novelas de Mundodisco, de Terry Pratchett.

La diosa celta Arduinna, por Cyril Barreaux

Humanimalización: jabalíes a dos patas

Junto a la visión de los jabalíes como monstruos hambrientos y su simbología como animales guerreros, existe una tercera tendencia a la hora de representar a estas criaturas en la ficción: humanizarlas. En el caso de los jabalíes encuentra su materialización en personajes como Pey’j, el tío de Jade en Beyond Good and Evil (2003). En los cómics, algunas muestras de este fenómeno son Pork Grind -la versión verraca de Venom en las historias de SpiderHam-, la pareja de jabalíes mutantes por irradiación gamma bautizada como 26 y 27, los dioses jabalí con los que se cruza Thor o Wonder Wart-Hog (o Superserdo), una parodia porcina de Superman creada por Gilbert Shelton en 1962.

Rocksteady y Bebop

La humanización de los jabalíes tiene, no obstante, un reverso oscuro: la jabalización-¿esta palabra existe?- de los humanos. Abundan las mutaciones que llevan a una persona a transformarse en jabalí, con ejemplos icónicos como Bebop, el bobalicón secuaz de Shredder al que hemos podido ver en las múltiples iteraciones de Las Tortugas Ninja

Otros mutantes porcinos son Bormin, uno de los dos personajes iniciales del videojuego Mutant Year Zero: Road to Eden (2018), o Lars Ümlaüt, el guitarrista que parodia/homenajea/representa al Black Metal en la saga Guitar Hero y que en la entrega Warriors of Rock (2010) tiene también la capacidad de mutar en una bestia con cabeza de jabalí.

Boar

Y si antes Marvel Comics nos regalaba dos jabalíes que se humanizaban, en 2005 nos dio a su reverso: Boar, un ladronzuelo engreído con la capacidad de adquirir los poderes de un puerco salvaje que es rápidamente derrotado por el combo Spider-Man y Beta Ray Bill en el número 6 de Stormbreaker: La saga de Beta Ray Bill.

Por último, nos topamos con una serie de personajes humanos que -recogiendo el significado simbólico del jabalí del que hablábamos antes- lo adoptan y lucen como un tótem. Es el caso, por ejemplo, de Inono Shishi, la asesina con pendientes de colmillo que representa este símbolo zodiacal en el anime Juni Taisen: Zodiac Wars (2017).

Inosuke Hashibira

Sin salir de Japón, también invoca el espíritu guerrero del jabalí el samurái Inosuke Hashibira, en el anime Kimetsu no yaiba (2019). Violento y agresivo, este cazador de demonios de las montañas luce con orgullo una máscara porcina. Vemos este motivo repetido en otros personajes, como el orondo Roadhog de Overwatch (2016) o el camionero mutante Razorback, en los cómics Marvel.

La lista de verracos salvajes en la ficción no acaba aquí, desde luego -cabría mencionar al malvado Wizpig de Diddy Kong Racing (1997) o a los múltiples jabalíes mágicos que aparecen en las cartas de Magic the Gathering, entre otros-, pero hemos identificado algunas líneas principales para interpretar su aparición. Eso y una constatación: Pumba aún tiene mucho que hacer si quiere alzarse como el número uno entre tantas pezuñas y colmillos.

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