James Cameron cede el testigo de su adaptación de ‘Alita: Ángel de Combate’

Adaptar mangas está de moda y, antes que ningún otro, siempre estuvo el constante rumor de la adaptación de Alita: Ángel de Combate de manos de James Cameron. Ahora parece que ha llegado su momento.

Existen proyectos que parecen no concretarse jamás. Entre los proyectos malditos, las adaptaciones de manga están entre las noticias más reiterativas: Akira, Ghost in the Shell, Death Note. Todos clásicos contemporáneos del noveno arte japonés, pero ninguno materializado en una película americana de imagen real por más que salten entre despachos de forma constante durante años. En el caso de Alita: Ángel de Combate, quince años. James Cameron ha decidido por fin llevarla a la pantalla grande oficialmente, pero sólo en el puesto de productor: la labor de la dirección ha decidido encomendársela a Robert Rodriguez, del cual ha comentado que «es muy colaborador y ya estamos como dos críos construyendo un kart, simplemente divirtiéndonos improvisando creativa y técnicamente». Suponemos que para evitar dar a entender que el director de adaptaciones como las dos películas Sin City estará solo detrás del proyecto.

El manga original de Yukito Kishiro —además de las dos OVA’s dirigidas por Hiroshi Fukutomi, la primera adaptación fílmica de la obra— trata sobre la historia de una mujer cyborg que es salvada de un vertedero en el siglo XXVI por un científico que decide llamarla Alita en memoria de su gato muerto. Los acontecimientos se precipitarán cuando descubra que Alita sólo guarda un recuerdo de su anterior vida, extensos conocimientos de artes marciales. Ese es el comienzo de un intenso thriller de corte cyberpunk donde caben tanto intensas escenas de acción cazando criminales o practicando el brutal Motorball como una búsqueda introspectiva del pasado de la protagonista en una reflexión sobre la identidad y la situación del yo en un mundo cada vez más polarizado. Viejos conocidos temáticos de James Cameron todos ellos. Si finalmente la película logrará materializarse o volverá al cajón sólo el tiempo lo dirá, pero si llevaba allí quince años sospechamos que no era exclusivamente porque Avatar fuera una saga más rentable o más fácil de abordar.

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