Mientras nosotros, oh tristes habitantes del Tercer Mundo anegados en “taquillazos” seguimos sin tener spots televisivos de su última película, Quentin Tarantino va tachando de su lista de proyectos los últimos nombres. Esperemos que a última hora se raje y no deje de rodar jamás, pero ya sabemos que este señor está muy loco. Ahora, a falta de dos trabajos más, la idea de cerrar la historia de la novia vengativa vuelve con fuerza.
El próximo día 25 de diciembre, y en un estreno limitado que romperá las taquillas, Quentin Tarantino presentará su último trabajo, The Hateful Eight, en glorioso Ultra Panavision 70. Mientras que por este lado del charco seguimos sin confirmaciones oficiales de estreno (que si enero, que si no sabemos…), Quentin Tarantino aprovecha cada intervención para recordar que solamente le quedan dos balas en la recámara antes de su retirada oficial de las sillas de director.
Han pasado más de diez años desde el segundo volumen de Kill Bill (2003, 2004), y por las palabras del director, podría ser un buen momento para cerrar el círculo de venganzas que Beatrix inició después del disgusto de su boda.: «Es una posibilidad que no está lejos de ser una certeza» comentaba el cineasta hace un par de días en What the Flick!?
Tarantino reconoce que la decisión de dejar a la Novia descansando durante años formaba parte de un tiempo de paz merecido para poder regresar después de unos años a la historia, para que los supervivientes (ay, los peques) tuvieran una edad adecuada para participar en un hipotético tercer volumen. «Lo que pasa con Kill Bill es que probablemente sea mi más visionaria contribución cinematográfica. Desde entonces mi trabajo ha dado un giro hacia lo literario«, explica Tarantino. «Sería agradable volver a un mundo visceral que no trate solamente de palabras«, añade.
¿Venganzas de segunda generación? ¿Niñas enfrentadas por culpa de sus padres? ¿Una Novia madura y cansada en una especie de Kramer contra Kramer con espadas?
