El 5 de octubre de 1969 se estrenó en la BBC el programa cómico más influyente de todos los tiempos: Monty Python’s Flying Circus. Oídas las primeras notas de la pimpante marcha Liberty Bell de John Philip Sousa, los espectadores británicos se encontraron ese domingo, salida de la nada, con una revolución humorística que llevaba todavía mucho más allá todo lo que había producido en la radio pública el irlandés Spike Milligan. Escogemos los 25 mejores sketches de ese programa pionero aprovechando su estreno en Netflix…
«La BBC quiere advertir a los padres: este programa no es recomendable para los jovencitos, los ancianitos, la mediana edad, aquellos que se van, aquellos que vuelven, perritos y la autoridad John Snagge»
Spike Milligan y Eric Sykes, 1985 en The Goon Show, Londres, BBC, 4 de enero de 1955
En el diario de Michael Palin, miembro de los Monty Python, del año 1969, la primera entrada referida al programa de televisión y su rodaje es del 8 de julio. Se refiere a un sketch donde filman una pantomima con Terry Jones disfrazado de la Reina Victoria. Es una referencia menor, donde se queja del temprano anochecer británico, y acaba con una nota optimista ya que recuerda finalizar rápido el rodaje. En ese mismo julio, el día 3, Brian Jones de los Rolling Stones acababa de morir ahogado en su piscina, y apenas una semana después el programa Apolo llegaba a la Luna.
La BBC y sus dos canales tenían por primera vez competencia importante en ITV desde mediados de los años sesenta, con la consolidación de una programación alternativa y casi siempre más arriesgada. La liberalización databa de 1954, con la llamada Television Act, por la cual ITV había sido creada a través de la alianza de diversas emisoras locales. Thames, situada en Londres, emitía a finales de los sesenta El show de Benny Hill e incluso la polémica y considerada racista Curry and Chips. Si bien los sesenta habían empezado a deconstruir los formatos cómicos, el preciso historiador Dominic Sandbrook recuerda que algo mucho más convencional como la sitcom Dad’s Army, creada por Jimmy Perry y estrenada en 1968 en BBC, llegaba a los “ocho millones de espectadores”.
Existía, entonces, un marco para el experimentalismo en comedia, avivado por la competencia, que vio aparecer formatos cómicos avanzados como At Last the 1948 Show o Do Not Adjust Your Set en BBC e ITV para el mismo año 1967. Los instigadores de esos dos programas, formados en Cambridge y Oxford respectivamente, acabaron convergiendo en el Flying Circus, pero lo cierto es que muchos de ellos habían ya trabajado en el programa de noticias satírico de David Frost. Aunque muchos consideran a Frost “un oportunista” que “robó” los chistes a la revista satírica Beyond the Fringe (y especialmente a Peter Cook, personaje ubicuo en el Londres de los sesenta), es innegable reconocer que formó y dio trabajo a una generación de cómicos.
El sketch de las clases sociales del Frost Report interpretado por los “dos” Ronnies y John Cleese. 1966.
Los principales guionistas en At Last the 1948 Show eran John Cleese y Graham Chapman, productos del club Footlights de Cambridge y evidentes herederos de los sketches de vocabulario y sátira de Peter Cook, Dudley Moore, Alan Bennett y Jonathan Miller en Beyond the Fringe. El programa, esencialmente un derivado de los sketches del programa de Frost, es bastante más libre en sus formatos y elementos, como en los Four Yorkshiremen que aparecen ya aquí.
La célebre pieza Four Yorkshiremen, reciclada para el show en vivo de los Monty Python, en su encarnación original en “1948 Show…”
En cuanto a Do Not Adjust Your Set, es comedia visual blanca, dentro de la sensibilidad pop, y une a Eric Idle, David Jason, Denise Coffey, Terry Jones, Michael Palin y especialmente la original banda burlesca Bonzo Dog Doo-Dah Band. Las cortinillas del programa estaban realizadas por el caricaturista americano Terry Gilliam, que había trabajado en Francia y Estados Unidos en diversas publicaciones y resultó el único miembro de los Python no británico. Cleese recuerda en sus memorias acabar de trabajar un poco antes para poder ver este programa, que juzgaba “un show para niños”. Sorprendido por el talento que había en este, le dijo a Graham Chapman “¿Por qué no les llamamos y hacemos un programa con ellos?”. La admiración era mutua: Michael Palin consideraba a Cleese y Chapman “los reyes del castillo” en cuestiones de escritura humorística. El mismo Palin, de hecho, había trabajado ya con ellos tanto en The Frost Report como en How to Irritate People.
Un sketch de Do not Adjust… donde Michael Palin recuerda los problemas que tiene “caerse”
Si bien el escritor cómico Barry Took cree que la idea de juntar a los dos grupos fue suya y no de Cleese, lo cierto es que el acuerdo de la televisión pública británica para la primera temporada fue ventajoso: 13 programas sin necesidad de aprobar los guiones, según Terry Jones. Estarían dirigidos por el escocés Ian MacNaughton, que ya había realizado los imposibles guiones de Spike Milligan en Q. Este humorista irlandés intentó trasladar a la televisión la narración “líquida”, sin estructuras, que había creado en su seminal show radiofónico Los Goons junto a Peter Sellers y Harry Secombe. Este programa de televisión, Q, fue fundamental, según Terry Jones, para el posterior show de los Python.
Spike Milligan dando cuerda a la BBC, que pierde fuelle, en un ocurrente sketch de Q
Así, confinado el show al fin de semana, sin personalismos, tal como defendía John Cleese -los créditos se mostraban al final- y en color (uno de los primeros programas cómicos con ese lujo), los ingleses disfrutaron del formato cómico de mayor calidad y más avanzado en cualquier televisión del mundo. Y estos son sus 25 mejores sketches:
The Funniest Joke in the World
Ecos del programa The Complete and Utter History of Britain (1969), escrito por Terry Jones y Michael Palin, se filtran en este pequeño y brillante corto donde se cuenta la historia del “chiste letal”. A través de un suceso afortunado, un escritor que escribe un chiste tan gracioso que mata a la gente, se crea un arma letal que permite derrotar a divisiones enteras del ejército alemán. Entre la subversión pythoniana y la sátira de los alemanes y su falta de sentido del humor, tradición sempiterna del humor británico que recuerda bien el autor Tomasz Dobrogoszcz, es el plato fuerte de un primer episodio un poco apagado en tono y risas.
Working-class playwright
Escrito por Graham Chapman, este sketch es importante contextualizarlo en el “boom” del teatro y televisión social derivados de las obras teatrales “Angry Young Man” de John Osborne y Kingsley Amis. A mediados de los sesenta esos temas sociales llegaron a la televisión con directores como Ken Loach en la BBC y la lucha entre padres e hijos díscolos era recurrente en toda la ficción contemporánea. Chapman idea de manera genial invertir el topicazo social de “hijo poeta” y “padre minero” dándole la vuelta, creando una de las mejores piezas cómicas de todos los tiempos. Pocas frases más ingeniosas que: “¡Mira cómo tienes a mamá! ¡Está harta de conocer a estrellas de cine, atender a estrenos y dar almuerzos de gala!”
The Mouse Problem
Parece ser que este sketch es un descarte de la película Si quieres ser millonario, no malgastes el tiempo trabajando (1969), y por tanto no podría estar escrito por otros que no fueran John Cleese y Graham Chapman. Sketch de “elefante en el armario” a través de los ratones, de gente que se disfraza de ratón, se habla de la homosexualidad en el Reino Unido a finales de los sesenta. El juego es clarividente, sin duda, y existen apenas momentos más maliciosos que el párroco interpretado por John Cleese haciendo un gesto de ratón: metáfora evidente para iniciados.
Bicycle Repair Man
Otro caso de inversión pythoniana, que responde a una idea clara: en un mundo de supermanes, el héroe excepcional es el que hace cosas mediocres. Pergeñado, claro, por Terry Jones y Michael Palin, fue uno de los primeros en rodarse y por su tono blanco resulta extraño en comparación con las temporadas y truculentas temporadas posteriores. Podría haber sido un descarte de Do Not Adjust Your Set.
The Audit
Muy de vez en cuando los Python realizan incursiones por el absurdo de las pequeñas cosas, lo que podría llamarse estilo wodehousiano, y que siempre se visualiza en expertos en críquet encima de un elefante de aspecto similar a David Niven. Este sketch, probablemente escrito por Chapman, presenta una importante reunión burocrática en la cual el contable afirma haber gastado un penique y con ello llevar la empresa a los números rojos. La premisa, el gasto, es tan tonto y los Python interpretan tan bien a esos representantes del viejo establishment social que hacen aguda la última línea: “No hay lugar a los sentimientos en los grandes negocios”.
Dead Parrot sketch
En alguna de sus recopilaciones, los Python llegaron a reírse del éxito de este sketch, llamándola El Sketch del Loro no está incluido. De su éxito prolongado e influencia en la cultura popular resultan decenas de portadas de tabloides utilizando algunas de sus líneas, pero especialmente este conocido momento en el cual Margaret Thatcher, probablemente a disgusto de su autor John Cleese, lo citó directamente a mediados de los ochenta. De nuevo, una reescritura de material anterior, un sketch sobre un vendedor de automóviles de How Irritate... Es quizá el material más convencional que hicieron, aunque la escritura es admirable: “No está muerto, está añorando los fiordos…”
Hell’s Grannies
Avanzando los años sesenta la BBC comenzó a hacer reportajismo de calle, con los nuevos equipos de cámara móviles, y su estilo se filtró en la ficción descarnada de los emergentes directores británicos (Lindsay Anderson, Tony Richardson, el citado Ken Loach, etc.). Se conservan pocos en Youtube, apenas este documental del 73 de los Ángeles del Infierno o aquel del 67 con la escuela preparatoria Eton, pero es evidente que el modelo está presente en esta parodia. Siguiendo el estilo de inversión, hemos visto cómo Chapman lo hizo con el escritor y su hijo minero y los guionistas de Oxford con la pieza de los supermanes, y aquí se subvierten estereotipos y convierten a agradables ancianitas en pandilleras sedientas de pelea. El sketch, en su desparrame final, acaba con el célebre coronel de Graham Chapman diciendo que “empezó con una idea muy buena” pero ha acabado siendo “muy tonto” y “mal hecho”. Desde luego, líneas como “Cuando ven Sonrisas y Lágrimas, arrancan los sillones” son difíciles de superar.
Upper Class Twit of the Year
John Cleese alguna vez ha bromeado que este sketch hace imposible que le nombren Sir en el futuro. Fue uno de los pocos que no grabó MacNaughton y fue realizado por ellos mismos; casi se podría afirmar que es su primer filme. Parece que las pruebas que estos estirados británicos de clase alta y bajas luces hacen en el parque Hurlingham en Fulham, al sur de Londres, están inspiradas en lo que Cleese veía en una vinatería cercana a su hogar en Kensington. Especialmente cuando daban portazos en sus coches como símbolo de estatus y le impedían dormir por la noche. La carta subsiguiente en el sketch, jocosa y que parodiaba las misivas que les enviaban, es todavía mejor que la pantomima previa: “Queridos señores: Qué espléndido es ver a la flor de la virilidad británica puliéndose a sí misma con tanta tenacidad y arranque. El Reino Unido no debe tener miedo con líderes de este calibre”.
Come Back to My Place
Este brillantísimo sketch, perdido en el último episodio de la primera temporada, es una de las mejores piezas de los Python. Lo que comienza siendo una denuncia por el robo de una cartera, algo clásico en las ficciones del tiempo, acaba a través de un cambio de tono de Michael Palin, excepcional en este sketch, en una sugerente y aceptada visita doméstica. ¿Qué harían luego? ¿Por qué querría visitar la casa? En la ambigüedad está el talento de este segmento memorable. Recordemos que las relaciones homosexuales en Gran Bretaña estaban penadas antes de 1967.
The Ministry of Silly Walks
La segunda temporada de la serie de televisión comienza a enlazar los sketch de manera más trabajada, creando un conjunto narrativo, y forzando fórmulas unitarias que eclosionarían en la excelente teleserie Ripping Yarns. Esto consolidaría al equipo de escritores de Oxford, Terry Jones y Michael Palin, que cimentaron su dominio en el show con este clásico. A través de un estirado John Cleese y sus andares absurdos, probablemente aprehendidos en la revista de Cambridge (muchos de sus sketches eran mímicos y en los Python hay unos cuantos ejemplos), se parodian los ministerios británicos y la búsqueda de subvenciones generalizadas antes de Thatcher. Aunque el interesado no obtiene la subvención para consolidar su andar tonto, sí una “beca de investigación respecto al andar tonto franco británico”. Ahí es nada.
Flying Lessons
Otro sketch de emisor y receptor de John Cleese y Graham Chapman, “el típico que escribimos de gente discutiendo sobre problemas inexistentes” afirma el propio Cleese, es un trabajo notable de actuación bajo una premisa tontérrima: lecciones de vuelo. Lo interesante de la pieza es que es capaz de tener un ardid brillante: el hula hop como prueba inconfundible de que no está colgado de un hilo. Excepcional Chapman interpretando un instructor de vuelo enfadado en este corto escondido en el alambicado episodio Deja Vu de septiembre de 1970.
Society for Putting Things on Top of Other Things
De nuevo, al igual que el sketch donde defraudan un penique, la influencia de P.G. Wodehouse y esa gentry excéntrica de bigotes poblados, clubes absurdos dedicados al cultivo del criquet en Pakistán y hombres vestidos de mujer se filtra en esta pequeña e inconclusa pieza. En efecto, el sketch acaba con todos los miembros de esta útil e imprescindible sociedad “de poner cosas encima unas de otras” preguntándose sobre la necesidad de esta organización. Puesto que los autores del sketch no parece que lograran una punchline, ¿quién puede coronar una premisa tan tonta?, no queda otra cosa que la surrealista cita: “Caballeros, estamos rodeados de película cinematográfica”.
The Attila the Hun Show
La aparición de I love Lucy en 1951 da comienzo a lo que podría llamarse sitcom. Salvo contadas, muy contadas excepciones, eran comedias blancas, familiares, de entuertos y confusiones donde el riesgo cómico era inexistente. Entre los múltiples clones se encuentra The Debbie Reynolds Show, aparecida en 1969, cuya inenarrable apertura sirvió como modelo para introducir a Atila el Huno, su familia y sus actividades “humanitarias” por Eurasia. Sátira cruel, muy cruel, de la comedia americana familiar, una gran línea en la trayectoria de los Python es este Atila el Huno que otorga la testa de uno de sus enemigos a sus hijos cual trofeo con estas palabras: “Chicos, esto es para que tengáis siempre cabeza”.
Bruces Sketch
Los australianos en el Reino Unido han tenido siempre fama de brutos: no es casual en un país que se concibió, literalmente, como colonia penal. Así, el clasismo de los Python, formados en Oxbridge, sirve de punto de partida para unir rústicos australianos (los llamados ocker) con filosofía moderna. Sus departamentos universitarios no dejan lugar a dudas de esta imposible mezcla entre alta y baja cultura: “filosofía clásica, filosofía hegeliana, positivismo lógico y limpieza de ovejas”. A pesar de su escritura malvada, los fanáticos australianos del show recogieron el guante y allí acabó siendo de los favoritos en los viejos show en vivo. Para estos, Eric Idle -que escribió el sketch junto a John Cleese- añadía una colorida canción sobre filósofos borrachos.
French Subtitled Film
Quizá la más brillante sátira jamás creada por los Monty Python, esta parodia de los filmes experimentales de la nouvelle vague podría pasar perfectamente como parte de la filmografía de Jean Luc-Godard en su etapa Dziga Vértov. Terry Jones se enfrenta la revolución, a la insatisfacción posmoderna, a través de un vertedero y una lechuga explosiva. Los cortes que acompañan el sketch, que resultan una afinadísima imitación de los juegos de Alain Resnais en sus primeros filmes, dan el verdadero tono cómico al mezclar imágenes de Vietnam con miembros de los Python golpeados por un guante de boxeo. Y nada más hilarante que Eric Idle como estirado crítico de cine diciendo: “Vamos, protestad, haced algo sobre esto, id al taquillero del cine, pedid vuestro dinero de vuelta”.
Dirty Hungarian Phrasebook
Sketch escrito por John Cleese, juega con algo que encanta a los humoristas ingleses y es los dislates lingüísticos. A través de un extranjero húngaro con un diccionario que traduce frases normales en picantes, “mis pezones estallan de placer”, en el típico giro pythoniano acaba en un descacharrante juicio al autor del diccionario. Su defensa no deja lugar a dudas sobre sus nobles propósitos: “Deseo alegar ante el tribunal incompetencia”.
Emigration from Surbiton to Hounslow
La tercera temporada, todavía más narrativa que la anterior, tiene algunos inicios memorables, pero pocos tan densos y ocurrentes como esta parodia perfecta del viaje etnográfico Kon-Tiki. Cuando se afirma que es espeso se tiene que tener en cuenta qué buscaban parodiar los Python: el Kon-Tiki fue la expedición que Thor Heyerdahl realizó desde Callao, en Perú, en 1947 para demostrar que los indios habían poblado la Isla de Pascua a través de navegación rudimentaria. Lo que Mr and Mrs Norris pretenden demostrar, luego de volverse locos con el ejemplo de Heyerdahl, es que los habitantes de Surbiton llegaron a Hounslow… en coche. Un ejemplo absurdo de difusionismo, como aquí demostráramos la migración de Móstoles a Leganés, que supone unos de los más divertidos y agudos sketches de los humoristas ingleses.
The Man Who Makes People Laugh Uncontrollably
Incluido un poco antes del final del capítulo Sangre, Devastación, Muerte, Guerra y Horror, este sketch oculto comienza con una afirmación que viene de otro sketch: “Nadie puede decir cinco peniques y resultar gracioso”. La premisa de esta divertidísima pieza es que todo lo que diga el personaje, interpretado por un encorbatado con bombín cual arquetipo de la city londinense, hace reír a la gente. Ya que la risa es contagiosa, el jefe se llega a carcajear de la doliente confesión del protagonista respondiendo que responde a su despido: “este no viene en el mejor momento, el tratamiento de su mujer es costoso y el colegio de los niños es caro…”. El nivel de crueldad que alcanza esta excepcional secuencia, con la cual es imposible no reírse, demuestra lo cercanos que están los mecanismos del humor a los de la crueldad.
Summarize Proust Competition
Uno de los mejores sketches de inicio de los Python, escrito por Michael Palin y Terry Jones, muestra una imposible competición entre la coral de Bolton, un tipo excéntrico aficionado al onanismo y otro señor con problemas de memoria en la difícil prueba de resumir En busca del tiempo perdido (1908) de Marcel Proust primero en bañador y luego en traje de gala. Por supuesto, todos fracasan, alcanzando mayor éxito el tipo olvidadizo, en plena tradición pythoniana. Todo queda resumido en la frase final, que un cargo de ERC plagió recientemente: “Bien, señoras y caballeros, no creo que nadie de nuestros participantes haya conseguido encapsular los detalles intrínsecos a la obra maestra de Proust, así que le daré el premio esta noche a la chica con las tetas más grandes”.
Hairdressers Climb Up Mount Everest
La expedición de peluqueros al Everest une dos premisas antagónicas: señores que arreglan el cabello e intrépida aventura. Ante la imposibilidad de alcanzar la cima, perseguidos por otras asociaciones absurdas como una compañía coral de Glasgow o los callistas de Dr. Scholl’s, deciden inaugurar un salón de belleza en medio de la montaña con “las tetas más grandes del mundo”. Y es una oferta apetitosa, ya que “Ricky y Maurice ofrecen una gran variedad de estilos para el escalador bien arreglado”.
Gumby Brain Specialist
Los gumby fueron creados a imagen y semejanza de las clases obreras y una de sus primeras apariciones es un sketch histórico donde al profesor R. J. Gumby se le pregunta sobre la batalla de Trafalgar. Allí afirma “que Drake fue demasiado inteligente para los alemanes”, en un dislate escrito para reírse de su incultura. Con el tiempo serán protagonistas de los sketches físicos más bestias del grupo inglés, casi siempre en la piel de Michael Palin y John Cleese, y llegarán a convertirse en parte del imaginario de los Python. Su mejor sketch, que parodia las series de televisión médicas del tiempo, presenta a un Gumby rompiendo la consulta de un psiquiatra ante la queja desesperada de “My Brain Hurts”. La operación subsiguiente no parece ser más sutil: lo anestesian de un golpe en la cabeza.
Sam Peckinpah’s «Salad Days»
Es difícil explicar el impacto que tuvieron en su tiempo filmes como Bonnie and Clyde de Arthur Penn y Grupo salvaje de Sam Peckinpah, los dos del año 69. Especialmente este último destruía el tono camp del western clásico, que llegó a rozar incluso el mundo queer en la muy colorida Johnny Guitar (1954), en su recreación del Oeste en el sentido de lugar oscuro, sangriento, sucio…y con escenas a cámara lenta y zooms. Los Python sabían bien que el estilo de Peckinpah se construye en torno a escasos rasgos muy determinados y llevaron su violencia a esta bonita comedia en el parque, basada en el musical Salad Days de 1954, donde un partido de tenis acaba en una violenta masacre. Es probable que lo jocoso de esta violencia inspirara el “caballero negro” de Los Caballeros de la Mesa Cuadrada (1975).
Up Your Pavement
La cuarta temporada del Flying Circus, ya sin Cleese, es un pandemonio de altibajos donde se puede encontrar algunos de los mejores sketches del grupo con otros de una banalidad y suficiencia poco soportables. Sin duda el mejor episodio es el tercero, Light Entertainment War, que se inicia con este atolondrado huracán de cabeceras de series que jamás empiezan. Su comienzo, que muestra a dos Python harapientos, émulos de la exitosa serie Steptoe and Son (1962) en BBC, se enlaza con espías con problemas de lumbago, industriales transalpinos o violadores de pollos. Aunque se puede decir que es más ingenioso que divertido, dificilísimo de montar -los saltos de un plano a plano son inexistentes-, se puede afirmar que una de las cúspides indiscutibles en la trayectoria de los Python es Eric Idle disfrazado de magnate italiano diciendo: “Che cosa è lo succiacatori do polli?”
Film Trailer
Probablemente la pieza más desquiciada que nunca pergeñaron los Python, a través de imágenes de archivo de viejas películas de la segunda guerra mundial Michael Palin narra con una voz en off donde se alternan sexualidades alternativas, parafilias y secretos ocultos. El tono grandilocuente de las imágenes, filmadas con propósito épico, crea un contraste hilarante al lado de frases radiadas tal que así: “…y con Roger como Pip, mitad loro, mitad hombre, mitad mujer, tres cuartos tejón, predicador negro ex bígamo para el cual tocar el banjo era muy difícil”. Otra pieza perdida que parece escrita por los creadores de South Park… y que por extraño que parezca data de 1974.
Most Awful Family in Britain
Este sketch, que proviene del último episodio de la temporada, presagia el ambiente cochambroso, heredero del punk, que dominaría producciones de comedia alternativa como Los jóvenes (1982) o La pareja basura (1991). De hecho, está co-escrito entre Graham Chapman y Neil Innes, en una de las múltiples colaboraciones que tuvo el músico de la Bonzo Dog Doo-Dah Band con el grupo. Se nos presenta, en efecto, a la familia más asquerosa del Reino Unido, obsesionada con las alubias, leer el diario The Scum (evidente puya al emergente tabloide The Sun) y planchar radios. Todo con las hediondas paredes empapeladas, escenario sempiterno de casa derribo en la comedia británica.
Para no quedar clasistas del todo con el hecho de están riéndose de una familia de clase obrera, los Python nos recuerdan a través de su presentador que esta familia, los Garibaldi, son solo el tercer puesto, ya que el segundo lo ha ganado la familia Fanshaw-Chumleighs de Berkshire. Estos últimos son aristócratas estirados, que uno de los jueces valora así: “Son geniales. Pat and Max han venido directamente de Eton para ayudar a papi a contar su dinero”. Afortunadamente, en esta competición de grima la televisión británica no se nos permite ver a los ganadores, los Jodrell de Durham, expertos en lamer cosas, según los magistrados.
Una selección, en fin, que recoge media década de creatividad y que permitió a los Python producir películas de éxito a posteriori. La vigencia de muchos de esos sketches a la altura de 2018 dice todo sobre la calidad de su escritura: esperamos que ningún lector deje de revisarlos.