[Crítica] ‘Los hombres me explican cosas’ – Rebecca Solnit te explica por qué

El término mansplaining está compuesto de man ("hombre") y explaining ("explica"), en alusión a este fenómeno: cuando un hombre explica algo a una mujer, lo hace de manera condescendiente, porque, con independencia de cuánto sepa sobre el tema, siempre asume que sabe más que ella. El concepto tiene su mayor expresión en aquellas situaciones en las que el hombre sabe poco y la mujer, por el contrario, es la «experta» en el tema, algo que, para la soberbia del primero, es irrelevante: él tiene algo que explicar y eso es lo único que importa.

Los hombres me explican cosas, de Rebecca Solnit, es un conjunto de ensayos breves que parten de una anécdota personal de la autora (en el transcurso de una fiesta, un desconocido se puso a explicarle a Rebecca un libro que la propia Rebecca había escrito), pero que van mucho más allá de lo anecdótico o lo puntual, y consiguen hurgar en algunos de los principales mecanismos de funcionamiento de los sesgos de género. Estos sesgos afectan a cómo las mujeres somos educadas y percibidas (moldeadas) en todos los ámbitos y capas sociales e institucionales, desde una conversación amistosa con algún Hombre Muy Importante, hasta los prejuicios de género, los casos de acoso en ámbitos públicos o privados, la cultura de la violación, la desigualdad histórica en la institución matrimonial, o la violencia de género.

“Los hombres que explican cosas aún asumen que soy , en una obscena metáfora fecundadora, un recipiente vacío que debe ser rellenado con su sabiduría y su conocimiento”

Solnit apremia a la necesidad de contemplar en su totalidad el espectro de las relaciones sociales, de la sociedad, de la propia realidad, en términos de la desigualdad existente entre hombres y mujeres en todos los ámbitos, una desigualdad que radica en la manera en que cada género es percibido, educado y puesto en funcionamiento en direcciones opuestas desde el momento mismo en que abandona el útero: la parte activa, la parte con poder, con voz, con identidad, con autoridad, y con total y absoluta autonomía como individuo, y la otra parte, la femenina, la parte blanda que debe amoldar su existencia a las inflexiones, idas y venidas de la masculina. Solnit se sirve de una enorme cantidad de situaciones ejemplares para ilustrar este fenómeno.

Todas las mujeres sabemos de qué nos está hablando Rebecca. La autora desarrolla y expone sus ideas de una forma minuciosa y clara, dando forma a esa maraña de sensaciones, de percepciones, que las mujeres experimentamos todos los días frente a determinadas situaciones en nuestra vida cotidiana y en relación a qué lugar ocupamos en el mundo. Unas sensaciones a las que, en ocasiones, no logramos poner nombre o dar forma, en tanto son emisiones constantes y socialmente aceptadas. Solnit no solo tiene la habilidad para desenredar el ovillo sino que también extrae un hilo conductor con el que va engarzando un tema con otro, desde el citado -y en apariencia inofensivo- mansplaining hasta la violencia de género, la cultura de la violación o la intersección entre género y clase social, hasta que el tapiz toma forma porque, en efecto, todo ello forma parte de un todo que se manifiesta de diferentes maneras y a distintos niveles de profundidad.

mansplaining

“Si tomásemos el abuso de poder como un todo y dejásemos de tratar la violencia doméstica aislada de la violación, el asesinato, el acoso y la intimidación en redes, en casa, en el lugar de trabajo y en las aulas; si se toma como todo en conjunto, el patrón se ve claramente”

Hay un detalle curioso (bueno, no es curioso en absoluto, conociendo de sobra la tipología e intensidad de ciertas reacciones masculinas frente a estos discursos), y es que la autora aclara constantemente y después de ciertas afirmaciones, que a) no, no todos los hombres hacen esto y aquello; y b) sí, también hay mujeres que hacen esto y aquello, pero es importante apreciar que, a nivel global, hay una constante que empuja siempre la balanza en la misma y desigual dirección. Que hay problemas y desigualdades inherentes a la construcción de género, y que normalmente la parte privilegiada de la ecuación es la parte masculina. Solnit proporciona, además de unas reflexiones ágiles y diáfanas, una batería de datos y estadísticas absolutamente demoledora y sin posibilidad de réplica. También se apoya en casos conocidos como el escándalo de Strauss-Kahn para establecer conexiones entre las problemáticas que se abordan.

Ilustración de Kaye Blegvad para 'The New York Times'

Ilustración de Kaye Blegvad para The New York Times

“Que un hombre que controla parte del destino del mundo dedique sus energías a generar miedo, miseria e injusticia alrededor de él, dice mucho del mundo en el que vivimos y de los valores de las naciones e instituciones que toleraron su comportamiento y el de otros hombres como él”

No solo la organización y la exposición de ideas es ágil, también lo es el tono con el que estas ideas son puestas en circulación. El ensayo arranca con cierta sorna y una deliciosa mala leche que nos invita a ponernos cómodas ante lo que creemos que va a ser una revisión en clave de humor y con perspectiva feminista de comunes situacionales entre hombres y mujeres, para luego dejarnos lívidas frente la solemnidad y elegancia de capítulos como Abuela Araña, o el laconismo de los fragmentos más descriptivos, aquellos referentes a datos, noticias y estadísticas que ejemplifican de forma práctica (y funesta) los temas abordados. El tono está siempre bien elegido, y la autora lo va modulando con inteligencia, como inflexión para matizar cada idea pero también como resorte para captar la atención y mantenerla viva durante la, por desgracia, breve lectura.

Los hombres me explican cosas es un ensayo brillante y certero que aporta una nueva taxonomía a las intrincadas (multidimensionales pero invisibles) problemáticas enraizadas en las sociedades patriarcales; es, sin duda, una contribución valiosa a la teoría feminista, pero también es un libro ameno y, en el buen sentido, ligero, cuya claridad busca llegar a todos los públicos, y con la suficiente capacidad incisiva para aportar luces nuevas a aquellas personas que ya tenemos una cierta formación en la materia.

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13 comentarios

  1. Arioch dice:

    Resumen corto:
    Chorradas para justificar el "denme una paguita ,machirulos, que sufro bucho".
    Hechos : las sociedades patriarcales funcionan, las matriarcales siempre se acaban hundiendo.
    El futuro del feminismo burka o gatocalipsis
    No hay otra y si no veamos como acabó esta pobre infeliz:
    https://en.wikipedia.org/wiki/Shulamith_Firestone
    Y no estoy explicando nada, me estoy regodeando con vuestro permanente fracaso.

  2. Isra dice:

    Tú sí que necesitas una paguita, chaval.

  3. Álvaro dice:

    ¿Qué sociedades matriarcales se han acabado hundiendo, Arioch? Es más, ¿qué sociedades matriarcales han existido?

  4. Fritz The Cat dice:

    Términos como "mansplaining" son tan idiotas y sexistas como sus precursores machistas: véase "llorar como una nena" o "histeria femenina". Es decir, asociar un estereotipo negativo con un determinado grupo social. Un libro de esta clase tiene el mismo valor que uno llamado "gitanos me roban cosas", "mujeres que se ponen lloronas" o "negros que me chulean".

  5. Dr Zito dice:

    Gracias por la explicación!

  6. Pingback: ‘Los hombres me explican cosas’ – Rebecca Solnit te explica por qué - BLOG TRICOLOR
  7. Fritz The Cat dice:

    En realidad, no es una explicación, sino una interpretación u opinión personal. Y, si gustas, te invito a abandonar el sarcasmo y rebatirla en caso de que discrepes, por supuesto 😉

  8. Dr Zito dice:

    El sarcasmo es la única manera de enfrentarse a alguien capaz de escribir ese rebuzno que usted intenta hacer pasar como "opinión personal". Es dificil debatir con una persona de tan mermada comprensión lectora como la que usted demuestra,. Usted denigra un libro por esa supuesta generalización que a usted tanto le duele. Pero si supiera leer habría comprobado que la autora del texto ha escrito (se lo copio aqui debajo para que no se tenga que esforzar, que ya ha quedado claro que no es su fuerte):

    "Hay un detalle curioso (bueno, no es curioso en absoluto, conociendo de sobra la tipología e intensidad de ciertas reacciones masculinas frente a estos discursos), y es que la autora aclara constantemente y después de ciertas afirmaciones, que a) no, no todos los hombres hacen esto y aquello; y b) sí, también hay mujeres que hacen esto y aquello. "

    Decir que esa conducta está más generalizada entre los que tenemos rabo que entre los que no puede que a usted le moleste mucho, pero oiga, estar ofendido no significa estar en lo cierto. Solo alguien con una venda en los ojos puede negar que, y me remito de nuevo a las palabras de la autora, "a nivel global, hay una constante que empuja siempre la balanza en la misma y desigual dirección."

    Le aclaro, porque seguro que le va a hacer falta, que nada de lo dicho en este artículo implica que usted, como personita semi-racional, practique el mansplaining. Y le reitero que ese escozor de macho herido que usted siente estaría mejor canalizando censurando a quienes vea usted practicar el mansplaining (incluído uste dmismo), aunque sea solo por orgullo de género.

  9. Fritz The Cat dice:

    No sé si has observado, Dr. Zito, que en mi comentario me limito a criticar el concepto de ‘mansplaining’, y no te ataco a ti, ni a la autora del libro ni a la del artículo. Así pues, ¿a qué se deben tus ad hominem y tu acritud? ¿Tienes por costumbre llamar "macho herido" o "hembra quejumbrosa" a quienes tienen una opinión diferente de la tuya?

    Por lo demás, no has respondido a lo que planteaba: imagina, por ejemplo, que un tipo comprueba -y respalda con datos, estadísticas, etc.- que una cantidad de mujeres significativa recurre a fingirse ofendida o dolida en una discusión para salirse con la suya, y esto le lleva a acuñar el concepto de ‘womanwhining’. ¿Qué te parecería? ¿Consideras que hay alguna diferencia entre este caso y el de los conceptos de ‘mansplaining’, el ‘manspreading’ o similares, o se trata de lo mismo?

  10. qwerty dice:

    Ahora que leo su respuesta, recuerdo una idea/pregunta que se me formuló al leer este post:
    Lo mansplaining esta estrechamente vinculado con las personas que tiene acceso a la educación, ¿no? Quicir, que parece lógico pensar que las sociedades donde "sólo" pueden estudiar hombres terminan (de)generando en procesos como el "mansplaining". Y que al sumarse mas mujeres al sistema educativo esa dinámica se termina compartiendo (quicir, que ahora estaríamos en un proceso de nivelación de esas actitudes, con mas mujeres sumándose a eso. Una especie de efecto "Dunning-Kruger").

    p.d: El tema de los sesgos cognitivos es altamente fascinante (como mínimo eso me parece a mi). Sobretodo porqué todo el mundo cae en ellos.

  11. Fritz The Cat dice:

    Por si a alguien le interesa, dejo aquí dos artículos escritos por mujeres cuya masculinidad ha sido herida por el concepto de ‘mansplaining’, que explican en tribunas tan machirulas como The Guardian y xoJane por qué les parece erróneo usarlo. Confío que al Doctorcito no le pete su cabeza de alcornoque al descubrir el asombroso mundo de los matices y las opiniones diferentes de la propia:

    – Allow me to explain why we don’t need words like ‘mansplain’: https://www.theguardian.com/media/mind-your-language/2015/feb/12/allow-me-to-explain-why-we-dont-need-words-like-mansplain
    – Why You’ll Never Hear Me Use the Term “Mansplain”: http://www.xojane.com/issues/why-you-ll-never-hear-me-use-term-mansplain

  12. Fritz The Cat dice:

    *Confío en que

  13. manuer dice:

    ¿Para cuando un articulo en canino -o eldiario.es_ sobre los excesos misádricos de algunas ramas del feminismo? en la linea de la reflexion de The Guardian citada mas abajo… "…that undermine feminism’s message of equality, not anti-male rhetoric"

    ¿O es que todo socialismo ha de ser revolucionario, y todo feminismo excluyente? ¿No existe el soialismo democratico o el feminismo democratico, un feminismo que cuenta con la voz de todos y todas para construirse, sin prejuzgar al hombre como machuno violador?

Los comentarios están cerrados.

'Los hombres me explican cosas'

Año: 2016
Capitán Swing nos trae la estimulante aportación de Rebecca Solnit al feminismo
Editorial: Edita: Capitán Swing
Autor: Autora: Rebecca Solnit