La distribución en nuestro país aún produce extraños fenómenos paranormales que nadie consigue explicar y cuya responsabilidad nadie admite. Lo cierto es que cada año, un puñado de películas que han triunfado fuera de nuestras fronteras se quedan sin llegar a nuestras pantallas. Y cuando hablamos de animación, esto se agrava. No obstante, aún hay esperanza.
Las películas de animación son, en cuanto a encontrar distribución se refiere, los films que más dificultades tienen para hacerse un hueco en nuestras salas. Sin conocer bien los porqués de esta gran cuenta pendiente de nuestro cine, lo cierto es que pocos productos no ligados a las grandes majors (véase Dreamworks, Disney o Pixar) llegan siquiera a estrenarse.
Cuando no quedan directamente inéditas, gran parte de la producción animada internacional no estadounidense viene a a editarse directamente en formato doméstico. Un viejo fantasma que, suponemos, tiene que ver con una concepción errónea de lo que el cine de animación significa y que ha condenado joyas contemporáneas del formato a ser vistas en unos pocos pases en festivales o retrospectivas. No obstante, este año se estrenan en nuestro país cinco películas que ya han gozado del beneplácito de público y crítica a nivel internacional. Son verdaderas joyas e incluso alguna obra maestra. Con dos o tres años de retraso. Pero bueno, más vale tarde que nunca, ¿no?
El niño y el mundo (Alê Abreu, 2013)
[Estreno en España -también en Filmin-: 19/02/16]
Una joya muda de animación brasileña. Una película muda, sí, pero una película que habla de todo: recorre medio siglo de la historia reciente de la sociedad brasileña a ojos de un niño que no media palabra. Casi como una suerte de Novecento (1976) animado, lo que empieza siendo un relato sobre la pérdida de una figura familiar se transforma en un viaje que lleva al espectador mucho más lejos del drama de la pérdida de la infancia. La entrada del modelo industrial capitalista en la sociedad agraria, la inevitabilidad de la lucha de clases, la adolescencia y con ella las ansias de libertad… todo ello se da la mano El niño y el mundo.
Amén de uno de los estilos de animación más imaginativos y coloristas que han pasado por nuestras pantallas en los últimos años, O menino e o mundo es, sobre todo, el ejemplo perfecto del equilibrio entre contenido y continente. Una película tan repleta de mensaje, ambición y emoción que emociona.
El recuerdo de Marnie (Hiromasa Yonebayashi, 2014)
[Estreno en España: 18/03/16]
La última película del Studio Ghibli, y la segunda de Hiromasa Yonebayashi después de la verdaderamente estupenda Arrietty y el mundo de los diminutos (2010). Una joven adolescente introvertida con problemas de salud ( y sociales) es enviada a una aldea a las afueras de Sapporo, a pasar una temporada. Su estancia resultará inolvidable cuando conozca a Marnie, una joven de su edad que vive en una casa aparentemente abandonada desde hace años.
Como ya hiciese en su anterior trabajo, Yonebayashi vuelve para seguir profundizando en su particular interpretación de la adolescencia y sus retos. Un relato iniciático cargado de sentimiento y tocado de un realismo mágico sui géneris que envuelve de un halo encantador cada imagen. Cada cuadro, cada minuto.
El principito (Mark Osborne, 2015)
[Estreno en España: Previsiblemente verano]
Ser uno de los textos infantiles más leídos de la historia y también uno de los mejores libros del siglo XX no te pone las cosas fáciles para afrontar una nueva versión que aporte algo respecto a todas sus adaptaciones. Canciones, obras de teatro, películas y series han narrado la historia concebida por Antoine de Saint-Exupéry a lo largo de más de setenta años, y, sin embargo parece ser que Mark Osborne ha conseguido aportar aire fresco a la leyenda.
Diferentes estilos de animación, desde 3d a stop-motion, se dan la mano para contar la historia de una niña aplicada y seria que descubre el universo de El Principito gracias a un extravagante vecino (trasunto de Saint-Exupéry). Una comedia, una road movie espacial o un delirio de fantasía, pero también una aproximación innovadora y original a un clásico inmortal. Aún sin fecha exacta en España, se espera que llegue a nuestras salas para verano.
El cuento de la princesa Kaguya (Isao Takahata, 2013)
[Estreno en España: 18/03/16]
La última película de Isao Takahata, el otro gran padre de Studio Ghibli aparte de Miyazaki, recuerda al cine clásico japonés. La pausa, contemplación y diálogo de maestros como Ozu o Mizoguchi y la mirada a lo onírico de Kurosawa impregnan la narración de El cuento de la princesa Kaguya, siendo como es una película de animación pura. Una leyenda popular sobre una niña nacida del tallo de una caña de bambú, animada con una composición y un trazo luminoso perfectamente adecuado a la sencillez de su relato.
Tal vez una de las películas más bellas del Studio Ghibli, y seguramente la mejor película de Isao Takahata. En febrero de 2015 Vértigo descartaba un estreno en cines para ser editada en formato doméstico directamente. No obstante, diversos retrasos han terminado por culminar en su estreno en cines el mismo día que El recuerdo de Marnie.
El niño y la bestia (Mamoru Hosoda, 2015)
[Estreno en España:29/04/16]
Sobre la cabeza de Mamoru Hosoda ha pesado durante años la etiqueta de “sucesor de Hayao Miyazaki” en cuanto a animación nipona con proyección internacional se refiere. Lo cierto es que la etiqueta ha caído ya sobre creadores como Yoshifumi Kondo, Hiroyuki Morita o el mismo hijo del genio, Goro Miyazaki, pero a día de hoy parece que a quién mejor se adhiere es a Hosoda. ¿Por qué?
Formado en el mismo gigante que Miyazaki, la Toei Animation, Hosoda ha sido el creador que menos ha durado en Studio Ghibli: la compañía le ofreció dirigir en 2001 el proyecto que acabó siendo El Castillo Ambulante (Hayao Miyazaki, 2004) pero el proyecto no fraguó. El desacuerdo proporcionó a Hosoda el caché suficiente para fichar por Madhouse, con los que Hosoda ha estrenado películas como Wolf children (Los niños lobo) (2012), Summer Wars (2009) o La chica que saltaba a través del tiempo (2006), a cada cual con mejor taquilla y crítica. Parece que con El niño y la bestia lo ha vuelto a hacer: la segunda película más taquillera del año pasado en territorio nipón y buenas críticas allá por donde ha pasado. Hay ganas de vers esta suerte de revisión de Karate Kid (1984) espiritual y animado.
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