Nací hace 38 años, 13 semanas, 5 días, 11 horas, 12 minutos y tres segundos, así que sé perfectamente qué carajo pasó en los ochenta: mi madre tiene otros cuatro hermanos y eso son demasiadas variables de “tíos y tías” veinteañeros en plena movida.
Así que me pasaba las tardes en el videoclub de mis tíos, alquilando (gratis) todas las películas que me viniera en gana. Bien, pues todas están en Megaplex, un extraordinario collage de ochenta minutos que recoge la esencia de aquella época, donde el cine se rodaba en película y los efectos especiales eran artesanos. La gente de Smash TV, creadores de los montajes Turbo y Beyond, dan un paso de gigante y multiplican las referencias y los cortes en Megaplex, su alucinante y exhaustiva última propuesta que, además, es la más llevadera a pesar de casi triplicar en metraje a las otras dos, mucho más experimentales y duras.
Megaplex es el repaso definitivo de una época inolvidable y, por qué no, un proyecto de lobotomía agradable para todos aquellos que deseen inculcar unos valores inquebrantables a sus pequeños.