Es complicado pensar en un artista por el que la redacción de CANINO al completo sienta un mayor respeto reverencial, ante una obra tan tremendamente influyente, diversa y rica. Del pop sinvergonzón que practicó en los ochenta a los experimentos tecno y ambientales de las últimas décadas, pasando por... bueno, por inventar el rock moderno a lo largo de los setenta.
David Bowie llevaba dieciocho meses luchando contra un cáncer de garganta que pudo con él anoche. A través de las redes sociales oficiales del cantante, su familia ha compartido la triste noticia, y su hijo, el cineasta Duncan Jones ha compartido un emotivo recuerdo de Bowie a través de su cuenta de Twitter.
Very sorry and sad to say it's true. I'll be offline for a while. Love to all. pic.twitter.com/Kh2fq3tf9m
— Duncan Jones (@ManMadeMoon) January 11, 2016
En nuestra corta carrera como medio, CANINO le había dedicado a Bowie más de un contenido. Sin ir más lejos, este mismo sábado criticábamos su extraordinario último disco, Blackstar. Lo celebramos como una muestra más de lo que siempre ha sido Bowie: diverso e intenso, y a Yago García, que se encargó de la crítica, le pareció detectar un aliento pesimista y desesperanzado vertebrando todo el trabajo. Ahora sabemos por qué.
En otra onda, celebramos al Bowie menos estimado por sus fans más integristas, el de superestrella-actor tendente al exhibicionismo con un repaso en dos partes (aquí y aquí) de Dentro del Laberinto, haciendo especial hincapié, como no, en la calidad de sus canciones.
Finalmente, la única entrega de Música Canina que hemos dedicado a un solo artista fue, cómo no, a Bowie. La diversidad de su obra propició un generoso repaso por sus temas menos conocidos, y los caninos estuvimos escarbando en una obra pletórica de joyas ocultas. Nuestras entregas de Música Canina son siempre perecederas, pero recuperamos (y no eliminaremos) esta playlist del Bowie más extraño.
Hasta luego, maestro.
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