[Música Canina] Gasolina con ricino: una playlist de canciones moteras

"El caballo de hierro es tu esposa, el caballo de hierro es tu vida": eso decía Lemmy, y nosotros no vamos a discutirlo. Por eso te ofrecemos dos horas de canciones que pondrán tu vida sobre dos ruedas.

Parece que, de un tiempo a esta parte, la asociación entre el rock y las motos ya no es tan férrea como antes. Y lo entendemos, la verdad: después del accidente que le costó una pierna a Gene Vincent y del tantarantán a resultas del cual Dylan se volvió místico, cualquiera se atreve hoy en día a subirse a una Harley o una Triumph para moverse por la autopista cual un trueno de metal pesado, como cantaban Steppenwolf. Pero eso no quiere decir que el cancionero popular no haya dejado docenas (¡centenares!) de canciones sobre dos ruedas.




Es más: si afinamos la oreja, podemos afirmar que el rock lo explica TODO sobre las motos. ¿Queremos consejos de mantenimiento? Ahí tenemos a Gabinete Caligari. ¿Reflexiones sobre la relación mística entre conductor y vehículo? Esas hay de sobra, desde Motörhead Daniel Johnston, pasando por Suicide y su oda al Motorista Fantasma de Marvel. Los posibles conflictos sobre la propiedad del trasto inspiraron el único éxito de los canarios Palmera, mientras que la épica de la carretera ha dado pie a innumerables éxitos, ya los firmen Judas Priest o alguien a priori tan blandito como Christopher Cross. Y qué decir de esos Obús aconsejando usos alternativos para el asiento… o eso de No Me Pises Que Llevo Chanclas, que nos negamos a definir de puro rural.

Así pues, ya saben: preparen el casco prusiano con pincho, sáquenle lustre a la chupa de cuero, revisen su copia VHS de Los ángeles del infierno y láncense al asfalto… hasta la semana que viene, cuando volvamos con otra playlist menos veloz, pero más segura.

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