La popularidad trae el escrutinio de los medios... y el de los músicos. Esta semana, CANINO les trae una colección de temazos dedicada a personajes ilustres, desde David Bowie a Miriam Díaz Aroca.
«¡Fama, fama, fama fatal!», cantaba Morrissey, siglos ha, afirmando que la celebridad «puede jugarte muy malas pasadas en la cabeza». Ahora bien, proseguía el muy ladino, «me quedaría siempre con ser famoso antes que con ser justo o ser santo». Y, aunque The Smiths no figuran en esta lista, aquí seguimos puntualmente sus indicaciones. Porque, aspirantes como son a la atención de las masas, nuestros músicos favoritos se fijan mucho en los personajes públicos a los que aman, a los que odian o con los que quisieran haber ayuntamiento.
Ahora bien, ¿de qué fama estamos hablando? Porque la hay de muchos tipos… Sin ir más lejos, cualquiera diría que Siniestro Total le profesaban al arpista Emilio Cao la misma devoción que The Kinks a David Watts. O que Sonic Youth, tan cool y tan neoyorquinos ellos, mantuvieron durante años una relación amor-odio con Madonna que les llevó a rebautizarse Ciccone Youth. Con Karen Carpenter, en cambio, iban más en serio, y tenían sus razones. En otros casos, la cosa es menos conceptual, y más carnal: véase a los garañones de Bloodhound Gang alabando a Chasey Lain, su estrella porno favorita, para comprobarlo. O pregúntenle a Los Planetas la verdadera historia tras esa canción (tan dulce en apariencia) sobre David Copperfield y Claudia Schiffer.
Como ya hemos dicho, la admiración de artista a artista tiene un lugar importante en la lista: Motörhead aman a los Ramones, Los Carradine se las pirran por Billy Bragg y The Modern Lovers nos recuerdan que «a Pablo Picasso nunca lo llamaron gilipollas». Y también están Madness, el grupo jocoso que siempre nos hace llorar, cantándole a ese Michael Caine que tan borde fue con ellos. Pero también está el odio, que puede ser mutuo. Ahí tenemos, cómo no, a John Lennon llamando a Paul McCartney de todo menos bonito, con Ringo Starr y George Harrison como músicos invitados. Porque la fama es así: tornadiza. Piensen en ello hasta que llegue la próxima semana, con una playlist más anónima, pero igual de estupenda.
Falta la de David Duchovny que cantó Bree Sharp