Hablamos con una de las dibujantes más creativas y talentosas del panorama español e internacional: desde los fanzines hasta su Moongirl para Marvel, Natacha Bustos es un nombre a tener siempre en cuenta.
Desde que tuvo la amabilidad de pasarse por nuestro Salón Canino en La Casa Encendida de Madrid, hablar con Natacha Bustos era algo que nos tentaba sobradamente. Residente en Barcelona, nacida en Ibiza, criada en Torremolinos y con raíces brasileñas, esta dibujante de 35 años atesora un currículum tan variado como estimulante: por su pertenencia al colectivo Caniculadas (junto a Bea Tormo, Mamen Moreu y Mireia Pérez, entre otras), por su participación en esa locura que fueron las Nuevas Hazañas Bélicas, por el trabajo junto a Francisco Sánchez en Chernóbil y, ateniéndonos a lo más llamativo, por el hecho de que sea ella la responsable gráfica de Moongirl, una de las nuevas series más interesantes de Marvel, en la que dibuja a una genial inventora prepúber (a la cual, según admite, se parece bastante en lo físico) y a su mascota, ese Dinosaurio Diabólico creado por Jack Kirby en uno de sus más brillantes momentos de cebollón.
Yago García (YG): Antes que nada, me gustaría que me hablaras un poco de tu descubrimiento del cómic, en general, y de Marvel, en particular. ¿Qué te llevó a abrir un tebeo de mutantes y no uno de Astérix, por ejemplo?
Natacha Bustos (NB): Mi descubrimiento del cómic fue algo natural. Consumía los tebeos de Ibáñez como lo hacían mucho niños de mi generación y también mucho cómic brasileño, como los creados por Mauricio da Souza, debido a mis viajes a Río de Janeiro durante mi infancia. Después el manga supuso para mí un punto y aparte. Los superhéroes llegaron tras ver La Patrulla X en su versión de dibujos animados. Me hice inmediatamente fan de los mutantes y fui corriendo a buscar cómics sobre ellos.
YG: Hablando en términos muy amplios, digamos que estás dentro de esa generación que descubrió el manga, y en cuya educación de cómic pesó tanto o más en el producto japonés que el estadounidense. ¿Cómo llegaste hasta él, y cuáles fueron las primeras colecciones que te gustaron?
NB: Pues llegué a él por los cómics de Dragon Ball que coleccionaba mi hermano. Luego lo acompañé a la tienda donde los adquiría y encontré los fantásticos dibujos de Video Girl Ai de Masakatsu Katsura, que creo que fue la primera serie que seguí regularmente. Recuerdo que debido a su contenido erótico tenía que esconderla de mis padres. Luego completé mangas como los de Alita, Bateadores, Ranma ½ o Akira entre el 95-2000. Y después siguieron muchos más.
YG: ¿En qué dirías que te sigue influyendo el manga, ahora que trabajas para un mercado con un lenguaje visual tan distinto?
NB: Diría que la mayor influencia radica en el tipo de narrativa y lo que es transmitir emociones por las expresiones faciales y la gestualidad. Es algo que me fascina en los manga. Creo que, ahora, viendo cómo evoluciona mi trabajo, es algo que considero importante, del mismo modo que intentar comunicar de una manera sencilla y efectiva. Pero al igual que a mí le ocurre a muchos otros autores de mi generación que trabajan para el mercado americano. Somos hijos de nuestro tiempo y nuestras influencias son parecidas.
YG: Por otra parte, también has trabajado para la industria francesa. Algo que viene a ser muy habitual cuando miras el currículum de un artista nacido aquí ¿Es inevitable, tal y como está el patio ahora, que un/a artista en España tenga que mirar a Francia si quiere ganarse la vida dibujando?
NB: Desde que tuve claro que me quería dedicar a esto de los cómics, lo de “tienes que publicar en Francia para poder cobrar” ha sido como un mantra constantemente repetido, y estoy hablando de hace diez años. Es una pena que buscar fuera los clientes sea aún la norma para poder vivir de esto. Lo de irse a Angouleme parece ya lo del camino a la Meca del autor de tebeos. Y mi paso por la industria francesa ha sido anecdótico, sólo he publicado dos cómics allí (uno de ellos, editado originalmente en España) por lo que como autora nunca me he establecido en esa industria todavía.
YG: Paso a Moongirl: dejando aparte el hecho de que el personaje se te parecía, ¿cómo te sentiste ante el encargo de relanzar un personaje de Jack Kirby? No sé si él te molará mucho, pero su influencia en el cómic sigue siendo la de un gigante.
NB: Soy una lectora de superhéroes tardía, y realmente los clásicos se me escapaban. En la Universidad de Bellas Artes de Granada, donde estudié, tenían en la biblioteca recopilaciones de tebeos clásicos de la Marvel, y recuerdo que lo que más me impactó gráficamente fueron Los Inhumanos de Kirby. Sinceramente no he sido una fan voraz de su obra, pero obviamente su talento puede ser reconocido incluso para el que menos sabe.
YG: Kevin Feige suele decir que las películas de Marvel han llevado a una nueva generación de lectoras a los cómics de la casa. ¿Crees que eso se está notando en los contenidos de la editorial? ¿Y en que ahora puedan estar más dispuestos a fichar a chicas dibujantes y/o guionistas? ¿Cuál es tu experiencia particular al respecto?
NB: Pienso que las películas, en general, han propiciado el surgimiento de un mayor número de lectores (independientemente de su sexo) que se han interesado por los cómics superheroicos. Pero las lectoras han aumentado debido a muchos otros factores, como la venta de cómics en plataformas online, la venta de cómics de superhéroes en grandes superficies, Tumblr, Facebook e internet en general. Las grandes editoriales no han sido menos en apuntarse al carro y claro, han visto allí un filón a explotar, con lo cual es normal que aparezcan títulos que se adecúen más a un tipo de perfil de consumidor concreto. Es la lógica del mercado que se adapta a los cambios sociales. Parte de esta instrumentalización la vemos en una búsqueda activa de autoras, no porque ahora estén más dispuestos y antes no (o eso quiero creer) sino porque el porcentaje de autoras siempre ha sido menor y menos visible y por lo tanto, si quieren que haya más en sus filas, tienen que buscarlas.
Sobre mi experiencia pues decir que sólo hace un año y pocos meses que tuve mi primer trabajo allí, y antes de aceptar mi participación en la serie regular de Moon Girl and Devil Dinosaur recibí otras ofertas. Lo que pienso es que una vez que eres visible allí con alguna publicación, se te pueden abrir las puertas a otros trabajos, y con esta serie, casualmente, tuve la suerte de encontrarme en el lugar y momento correctos: Brandon Montclare, el guionista con el que colaboré en aquella primera historieta para los USA (en los Strange Sport Stories de Vértigo) es el cocreador de Moon Girl.
YG: Hablando de la actual búsqueda de la ‘diversidad’ por parte de Marvel, hace poco unos amigos me comentaban que sus consecuencias no les parecen positivas en algunos casos. No porque sean unos fachas, ni porque los cómics que salen a partir de ello les parezcan malos (todos son fans de Ms. Marvel, de Chica ardilla y de Moongirl), sino porque a veces se nota que es una maniobra de marketing y se les ve el plumero. ¿Qué dirías al respecto?
NB: Bueno, maniobras de marketing las hay con absolutamente todas las series, todos los productos culturales y cualquier cosa que pueda venderse. Hay ciertas herramientas mercadotécnicas de la industria del cómic de las grandes editoriales americanas, que pueden causar recelo en cierto tipo de lector tradicional, ya que pretenden calar en otro nuevo tipo de consumidor más abierto y heterogéneo, entre ellos potenciales lectores no acostumbrados al cómic del género. Al final, la última palabra la tiene lector, que es quien elige el cómic que quiere leer de acuerdo a sus gustos. Personalmente soy de juzgar más un cómic por su contenido que por campañas y/o polémicas que arrastren a sus espaldas.
YG: Volviendo al trabajo en sí, ¿qué le pides a un/a guionista cuando trabajas con él o con ella? Y, por otra parte, ¿has experimentado el ‘sistema Marvel’ de recibir un esbozo de la historia, ponerlo en viñetas y que el guionista añada el texto después?
NB: En principio pedirle no le pido nada. Tengo la suerte de que Brandon y Amy Reader son muy profesionales en su trabajo y respetan el mío. Con Amy especialmente es muy fácil, ya que al ser ella también dibujante (dibuja la serie de Rocket Girl para Image) sabe exactamente qué ofrecer al artista en el guión. Ella sobre todo es muy buena describiendo escenas de acción, ya que tiene muy en mente como sería su aspecto visual y lo sabe transmitir a la perfección. Eso no quita que me dé cierta libertad en aportar ideas, son bastante abiertos a eso y es genial encontrar un equipo que te permita experimentar.
Lo de hacer un esbozo de la historia, añadir viñetas y el guión de texto ponerlo después no me lo he encontrado aún. Sé que a veces ocurre cuando la relación entre guionista y artista es tan estrecha que ambos se convierten en cocreadores de la obra, y en ese caso supongo que sus métodos de trabajo pueden ser particulares, aunque también es cierto que el gran talento de algunos dibujantes permite hacer estas piruetas. Cada autor es un mundo.
YG: ¿Crees que internet ha dado más oportunidades a las mujeres que se dedican al cómic, al permitirles obtener visibilidad? ¿Se está percatando ahora el fandom, en general, de que el número de mujeres que dibujan y/o escriben guiones siempre ha sido mucho mayor de lo que ellos estaban dispuestos a creer?
NB: Internet es una herramienta que hace mucho más visible la obra de cualquier artista en general y claro, esto beneficia a las autoras ya que han estado más invisibles en la historia. El fandom y el gremio en general se percata del actual creciente número de autoras de nuestra generación, lo cual es genial, pero a veces olvidan la existencia de las pioneras, las que lucharon en una sociedad mucho más injusta para que se reconociera su trabajo. Es una pena que se despierte este interés sobre el pasado a golpe de polémica, como por ejemplo lo ocurrido en el Festival Internacional del Cómic de Angulema de este año, en el que de las 33 nominaciones que optaban al Gran Premio, todas fueron a varones y ninguna a una mujer, lo que llamó bastante la atención y llevó a la llamada al boicot por parte del Collectif des créatrices de bande dessinée contre le sexisme. Se crearon diversos focos de debate y el tema caldeó las redes sociales unas semanas. Se sacaron temas muy interesantes a relucir, como algunas listas espontáneas de nombres de autoras que se proponían para este premio que aparecieron en diversos blogs y en los medios, que se hablara más de la falta de visibilización de las mismas o que se cuestionara la calidad y el talento de las obras nominadas en función de lo que se considera talento en nuestro statu quo.
Es por eso que considero importante que tanto autores como autoras se agrupen por la causa, ya sea en colectivos como el Colectivo de autoras de cómic en España o el collectif francés (ambos hermanados) y que en comunidad se trabaje para combatir este tipo de injusticias y generar debate.
YG: Para terminar, ¿qué consejos le darías a una artista que quisiera hacerse un hueco en el panorama del cómic (no necesariamente Marvel)?
NB: La carrera de cada artista es muy particular, aunque creo que lo que tenemos en común todos es que empezamos como aficionados, leyendo cómics, creando nuestras historietas o colaborando con otros compañeros. Ahora con internet todo es más fácil para exponer al mundo tu trabajo y establecer comunidad. Ayuda bastante no angustiarse mucho por publicar profesionalmente porque esto no es una carrera de fondo. Hay que pasarlo bien contando historias, intentar conocer a otros profesionales y/o editores y aceptar sus consejos. Lo demás va surgiendo, no hay fórmulas mágicas.