[Galería] Pantallas de carga: el arte perdido de los 8 bits

Cuando echar una partida al matamarcianos más elemental suponía un reto a la paciencia de cualquiera, estas joyas del diseño gráfico eran el único consuelo del usuario desesperado. Bienvenidos al maravilloso mundo de las pantallas de carga (o "pantallas de presentación") de los juegos para ordenadores de 8 bits.

«Ñiaoooo-ñiaooow… ¡chriiiiiiiish!»: basta con ese sonido (o similar, porque cada trasto tenía el suyo) para cargarse todo fetichismo posible por los ordenadores de 8 bits. ¿Por qué? Pues porque ese chirrido inhumano era el que solía acompañar la carga de un juego en aquellas máquinas. Puede que, en EE UU, hasta el usuario más pringado de un Commodore 64 tuviera a su disposición una unidad de disco para disponer de sus programas favoritos en un pispás, pero, en Europa, el soporte más común para distribuir el software era la cinta de cassette. Una solución que, si bien económica, fallaba más que una escopeta de feria (a algunos usuarios de Spectrum, las palabras «R tape loading error 0,1» les provocan paroxismos homicidas) y que condenaba al jugón o jugona a una espera interminable hasta que al cochino juego le daba por acomodarse en la RAM.




Pero, como suele ocurrir, aquella situación tan poco envidiable obligó a agudizar el ingenio, creando una forma única de arte digital: las pantallas de carga. También conocidas como «pantallas de presentación», aquellas ilustraciones aparecían en la pantalla para aliviar los minutos transcurridos entre el apretar el play del reproductor y la muerte del primer marciano, mientras se envidiaba locamente a los propietarios de una consola o de modelos más caros que, como el CPC 6128 de Amstrad, permitían usar diskettes. Grafistas como los españoles Snatcho (seudónimo de Nacho Ruiz), ACE (alias de Roberto Potenciano) Javier Cubedo y los británicos Karen Davis, Hugh Binns F. D. Thorpe vieron como sus nombres se convertían en leyenda, aunque solo fuera por la cantidad de tiempo que el público pasaba viendo sus firmas en la pantalla.

A veces, dichos titanes del píxel trabajaban a partir de las portadas obra de genios como Bob Wakelin Alfonso Azpiri, mientras que en otras ocasiones se dejaban llevar por su propia inspiración. En cualquier caso, los resultados solían ser espectaculares, como pueden ustedes apreciar en esta galería. Disfrútenlas, pero, si son veteranos de esa época, no se queden mucho tiempo mirándolas: podrían revivir esos momentos en los que la carga fallaba cuando la pantalla de presentación ya estaba en la pantalla, como el preludio helado de esa partida que uno jamás llegaría a jugar…

Propina: Los cargadores de Ocean

Ocean, el mastodonte británico famoso por las conversiones a 8 bits de películas o recreativas, hizo historia con las pantallas de carga de sus juegos en Commodore 64, que aparecían en pantalla mientras sonaba una música solo posible gracias al chip SID, el Santo Grial del sonido chiptune. Paul Hughes desarrolló el software que permitió el milagro durante las cargas y gracias a él, estas sintonías y estas imágenes, a veces superiores al juego que les seguía, se convertían en parte indisociable del ritual de juego.

Los compositores de estas cinco sintonías, quizás las más populares compuestas para Commodore 64 debido a las miles de veces que sonaron en los a menudo fallidos procesos de carga, fueron Martin Galway (1 y 2), Peter Clarke (3) y Jonathan Dunn (4 y 5). Shift + Run Stop!!!!

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