[Crítica] ‘Pétronille’ – La amistad entre mujeres según Amélie Nothomb

Llega a España la nueva novela de Amélie Nothomb un año después de La nostalgia feliz (2015). Anagrama edita el canto más etílico y más autoconsciente de la belga nacida en Japón. Y nosotros le echamos un ojo.

Las solapas de los libros, aunque a veces hablen lenguajes encriptados y contengan erratas, no suelen mentir. En la última novela de Amélie Nothomb es justo lo que prometen los esbirros editoriales: un canto a la ebriedad, pero no a la manera autodestructiva bukowskiana, aunque Nothomb cite al autor de Mujeres (1979) como una de sus lecturas clave a través de uno de los protagonistas de Ordeno y mando (2008), otra novela en la que el consumo íntimo de alcohol tenía mucho ver en la historia y, sobre todo, en el desenmascaramiento de sus protagonistas. Se trata más bien de una oda a la amistad luminosa entre compañeras de borrachera celebratoria y progresiva, un poco a la manera del Bioy Casares de El sueño de los héroes (1954), con un tanto de los mejores y más etílicos cuentos de Scott Fitzgerald y otro poco como los poemas malditos de Claudio Rodríguez o Baudelaire.

La escritora belga es demasiado pija y refinada (ella misma juega a esto, aquí más que nunca, riéndose de su propia imagen y de sus caprichos), demasiado autocomplaciente y autoconsciente, como para entrar en el juego de la degradación: su alcoholismo no pierde casi nunca la rectitud ni la compostura. Incluso cuando lo practica mientras esquía (uno de los pasajes más memorables), todo resulta ser un duelo de miradas y palabras bañado en champán de bar francés, juego de roles, confusión de registros, y sobre todo, sinergia de complicidades que generan nuevas miradas y desencuentros no siempre dulces.

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También es Pétronille una historia sobre una amistad femenina a lo largo de los años, que emplea en un primer momento un formato epistolar similar al de la espléndida Una forma de vida (2010) para luego concentrarse en la sucesión de encuentros alcohólicos pretendidamente festivos y derivar en una suerte de competencia -o complementariedad- creativa no exenta de una mezcla de fascinación y repulsión mutua. Una novela sobre la amistad entre dos mujeres sin claroscuros ni zancadillas es algo que sonaría impostado en una autora tan personal y sincera como Nothomb. Ella misma había recurrido a este recurso en contadas ocasiones, y más bien para centrarse en su reverso -el caso evidentísimo de Antichrista (2003)-, más que nada porque comprende que sus personajes son demasiado ególatras, están demasiados desorientados u obsesionados, o especialmente ocupados en otros menesteres como para mantener un intercambio positivo en una relación sin que en ella se interpongan, tarde o temprano, otros factores tales como la competitividad, la repulsión, la fascinación erótica o la idea de la muerte.

La novela arranca ligera, ágil, divertida, casi inofensiva, y uno teme que nos vayamos a encontrar frente a otro título menor de la autora, como fue el caso de la reciente La nostalgia feliz (2013). Quizá es lo que pretende la propia Nothomb, demiurga orgullosa a su pesar y personaje central, verdugo y víctima de sus andanzas y decisiones, de su locura socialmente respetable. Aun así, el personaje de Pétronille, caprichoso, imprevisible, tan fascinante como a veces antipático, y, ante todo, presa de una locura mucho más compleja y destructiva, se lo impide. El personaje se hace con las riendas del relato y va convirtiendo progresivamente la historia en algo más incómodo e ingobernable para concluir con un clímax tan ambiguo como desalentador, en cualquier caso nada complaciente ni con la historia ni con sus personajes. Si Pétronille –la novela, no el personaje- fuera española (tal vez aquí únicamente Sara Mesa podría firmar algo tan perverso y al mismo tiempo festivo) hablaríamos de una novela magnífica; siendo una obra más de Nothomb sólo es una pieza dentro de un corpus cada vez más estimulante, rico, libérrimo. En cierto modo, también uno cada vez más ensimismado: el de una de las autores actuales más importantes en lengua francesa junto a Cárrere, Houellebecq y Michon.

Estupor y temblores

La mayoría de las novelas de Nothomb han sido traducidas al español y distribuidas por Anagrama, a excepción de Higiene del asesino (1996), distribuida por Circe, que también publicó en su día Las Catilinarias (1997) y Atentado (1998), actualmente descatalogadas. Teniendo que en cuanta que me falta por leer ésta última y Diario de invierno (2009), he aquí un TOP NOTHOMB para ingenuos con ganas de adentrarse –sin mirar atrás, y posiblemente, sin volver jamás a ser ellos mismos- en su oscuro y a la vez disfrutable microcosmos de angustia, placer y engaño. La literatura como el más perverso de los juegos. Dejemos a la encantadora y maldita Petrónille, por juventud e inmadurez, fuera del juego por esta vez, y asaltemos este orden de preferencias completamente personal.

Estupor y temblores
Matar al padre
Diccionario de nombres propios
Metafísica de los tubos
Una forma de vida
El sabotaje amoroso
Cosmética del enemigo
Ácido sulfúrico
Diario de Golondrina
Barba Azul
Ni de Eva ni de Adán
Ordeno y mando
Biografía del hambre
La nostalgia feliz

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Pétronille

Año: 2016
Llega a España la nueva novela de Amélie Nothomb un año después de 'La nostalgia feliz'. Anagrama edita el canto más etílico y más autoconsciente de la belga nacida en Japón.
Editorial: Editorial: Anagrama
Autor: Autor: Amélie Nothomb