Si dos de nuestros más queridos monstruos occidentales se enfrentaron a principios de los dosmiles en Freddy Vs. Jason (2003), ¿por qué no iban a hacerlo dos de las criaturas paranormales más populares de Asia?
Esa parece ser la atractiva propuesta de Sadako Vs. Kayako, el (in)esperado enfrentamiento entre los fantasmas protagonistas de dos franquicias tan explotadas y revisitadas como The Ring: Ringu (desde 1988) y Ju-On (desde 2002), ambas con secuelas, revisiones mejoradas y remakes caucásicos.
Ringu forjó la leyenda de Hideo Nakata, que vio entonces como el mercado americano era un filón para adaptar sus cuentos de terror: Dark Water (2002) o Ringu 2: El círculo 2 (2005) contaron, al igual que su obra original, con remakes más o menos interesantes a cargo de Walter Salles… y del propio Nakata, que se encargó de la secuela del remake americano que dirigiera Gore Verbinski en 2002. Sadako volvería a la carga con dos cintas en 3D en 2012 y 2013.
Por su parte, Takashi Shimizu ostenta el récord de dirigir la misma película ¡¡¡seis veces!!!, dudosa marca histórica para alguien con un último trabajo tan pobre como 7500 (2014), muy floja y trillada historia de fantasmas, en este caso en un vuelo comercial. Shimizu arrancó la leyenda del niño fantasma allá por el año 2000, cuando estrenó Ju-on y su secuela el mismo año, ambas directas a vídeo. Dos años después, «mejoró» la propuesta con La maldición: The Grudge (2002). Como no tenía suficiente con eso, un año después rodaría una secuela de esta versión… antes de encargarse de un remake americano (2004)… y su secuela (2006), ambas al servicio de Sarah Michelle Gellar y con Sam Raimi en la producción.
Ahora, Kôji Shiraishi toma el relevo y se marca un sorprendente crossover entre ambos fantasmas. Sadako Vs. Kayako, además de un montón de kas, promete sustos, revolver el imaginario de ambas criaturas y una legión de seguidores muy locos, muy pálidos y con largas pelucas.
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