Sakuga: el fenómeno del anime excepcional sin contexto

A menudo, en medio de un capítulo de una serie anime aparece alguna escena en que la animación explota. Unos minutos en los que se nota que la calidad ha aumentado exponencialmente, sea por el detalle o por la espectacularidad: estos picos de intensidad se han bautizado como Sakuga, y -aún sin contexto- son un auténtico festín para los ojos.

Tengo que hacer una confesión: me gusta ver clips de anime sin contexto. A veces son peleas espectaculares, o momentos de extrema sutileza. Suelen contener unos spoilers que ríete tú de los del MCU… pero no me importa. Me da igual quien le esté inflando el morro a quien, o quien muera, o quien viva. No me importa, digo, porque lo que busco es ese gustazo inigualable de ver animación pura en su máxima expresión.

¿Sabes a lo que me refiero? Son saltos y giros en el aire que se convierten en un auténtico ballet. Misiles que se disparan, se entrecruzan e impactan, como cabezas de una hidra de humo y fuego. Movimientos de imposible dinamismo que se graban en la retina: más real que la realidad, diría alguno. Chucherías visuales, en definitiva, como las que el canal de YouTube sakugaboygogogo recoge en este montaje:

Todo un espectáculo, ¿verdad? Una vez nos liberamos de las cadenas del argumento, sale a relucir el auténtico potencial de la animación tradicional: crear mundos de la nada, solo a partir de un lápiz, una tableta gráfica y mucho talento. Dibujo a dibujo, cada plano de estas secuencias está pensada artesanalmente para dejarnos ojipláticos y pegados a la silla.

Randomsakuga es una de las cuentas de Twitter dedicadas a recopilar y publicar breves fragmentos de anime espectacular. No es la única: APsakugasakugavisuals o -para los fans de los monstruitos- Sakuga Pokemon también tuitean constantemente estos vídeos. Si prefieres Instagramtrysakugamrsakuga cubren con nota el hueco.

Buceando entre estas cuentas puedes pasarte un buen rato… pero no deja de ser un primer paso. Si te ha picado la curiosidad y te preguntas por qué aparece tanto la palabra “Sakuga”, sigue leyendo. Vamos a entrar un poco más en profundidad en esto de la animación excepcional. 

Sakuga: forzando los límites del anime

En 2010, un episodio de Naruto: Shippûden abrió una pequeña guerra civil entre los seguidores del ninja rubio. Era el capítulo 167: Naruto se iba a enfrentar al poderoso Pain. Se palpaba la tensión, los dos shinobidesataban su poder… y comenzaba una batalla como no se había visto antes. Literalmente: los espectadores no habían visto antes en Naruto: Shippûden una secuencia animada así. 

La serie no brilla generalmente por la calidad visual, pero en ese momento se desplegaba algo único. Los rostros se retorcían, los miembros se alargaban y el paisaje se contorsionaba con una cualidad expresionista, casi abstracta. Algunos fans lo amaron; otros torcieron el gesto con asco. Los creadores de la serie habían decidido dejar la pelea en manos del veterano animador Atsushi Wakabayashi, y el resultado es un ejemplo paradigmático de Sakuga.

En japonés, la palabra sakuga significa, simplemente, “dibujo” o “animación”. No obstante, los aficionados al anime al otro lado del Pacífico le han otorgado un significado más profundo: se entienden como Sakuga esos momentos en que una serie o una película abandona la mediocridad en la animación y decide darlo todo, forzando los límites de este estilo a caballo entre el arte y la artesanía.

Te contamos los secretos del SAKUGA, aquellos momentos en los que un anime decide darlo todo y sorprenderte con una animación al límite. Te contamos por qué se ha convertido en una fiebre en Internet.

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Son, en otras palabras, momentos que sobresalen del resto. Esto ocurre -según apunta en este artículo Kevin Cirugeda, administrador del portal especializado Sakugabooru- porque “los valores de producción de los anime largos tienden a ser cualquier cosa menos consistentes, ya que animar una serie que se emite semanalmente durante años es un gran esfuerzo”. A menudo, este esfuerzo se traduce en atajos, externalización de recursos y una gran rotación de personal. El resultado no suele ser especialmente espectacular -de ahí que aparezcan memes como los del estreno de Dragon Ball Super-, excepto en los momentos Sakuga. “En los momentos climáticos, los estudios parece que lo dan todo”, continúa Cirugeda. 

Son los money shots, las secuencias más caras donde una serie brilla más. No necesariamente han de ser batallas aéreas con kung-fu extremo: un momento de actuación sutil en la cara de un personaje o un despliegue de creatividad y color son tan importantes como el enfrentamiento más pirotécnico entre dos monstruos. La animadora Aya Suzuki explicaba en una entrevista, de hecho, que “entre los profesionales se valora mejor a las personas que pueden hacer animación sutil y minimalista”.

Individuos en la industria sin nombres

La animación es un arte, y -de la misma manera que dos músicos no interpretarán igual una misma partitura- dos animadores no entenderán igual el movimiento de una misma secuencia. El toque y estilo personal de los diferentes animadores es la clave a la hora de entender y disfrutar el Sakuga. Un ejemplo lo tenemos en este pequeño clip de El viaje de Chihiro. ¿Notas algo? Como apunta el periodista británico especializado en animación Andrew Osmond en su artículo Sakuga Wars, hay un cambio en el movimiento de Chihiro en el momento en que sus pies tocan el suelo. “De repente hay una nueva Chihiro, su movimiento es más suelto, lleno de pequeñas distorsiones fluidas; su camiseta a rayas ondea más y sus pasos parecen más raros y torcidos”. El motivo -evidentemente- es que a la hora de animar esta escena Hayao Miyazaki contó con la participación de otro artista, Shinya Ohira.

Antes de ir más allá, conviene hacer un breve apunte sobre cómo se produce el anime. A grandes rasgos, a la hora de crear una animación, existen dos tipos de animadores: los key animators y los inbetween animators. Los primeros dibujan los planos clave -aquellos que marcan los extremos del movimiento- y estructuran la escena; los segundos rellenan los frames entre estos. En palabras de Cirugeda, “el estilo personal de los key animators se filtra en el trabajo, lo que permite a los fans identificarlo”. Esto lleva a que los aficionados hayan bautizado determinadas florituras artísticas con el nombre de sus creadores. 

Es el caso del Kanada Dragon -por la manera en que Yoshinori Kanada transforma los relámpagos en dragones rugientes-, el Itano Circus -una bella composición de rastros de humo perfeccionada por Ichirô Itano– o los Yutapon Cubes –la forma que tiene Yutaka Nakamura de romper el suelo en forma de cubitos-.

Con esto en mente, solo queda dar algunos consejos para ir más allá. Bases de datos como Anime News Network EncyclopediaAnimators Corner o la ya mencionada Sakugabooru son lugares idóneos para encontrar a los autores detrás de los episodios que te llamen la atención. A partir de ahí, es cosa de entrenar el ojo y poner en práctica la curiosidad.

Si te has quedado con ganas de anime, Álvaro Arbonés nos ha preparado una lista de recomendaciones de lo más jugosas. Al zambullirte en ellas, ten en cuenta una cosa más: los créditos al final de cada capítulo se van a convertir en tus mejores aliadas. De esta manera puedes descubrir -por ejemplo- la sensibilidad y la observación que aporta Hiroyuki Okiura, la ternura y carisma de Toshiyoki Inoue o la energía desatada de Takeshi Honda. La profundidad a la que quieras llegar depende de ti: mientras tanto, date el gustazo y únete al placer del Sakuga sin contexto.

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