El temazo por excelencia de Sigue Sigue Sputnik llegó a las tiendas tal día como hoy hace tres décadas. Una excusa perfecta para celebrar la gloria de sus samples desquiciados y sus secuenciadores machacones.
Con una letra prácticamente indescifrable, una línea de bajo machacona hasta decir basta y una horda de samples capaz de freírle los tímpanos al más pintado (desde Beethoven hasta Terminator, pasando por explosiones y parrafadas en japonés), cualquiera diría que una canción está destinada a convertirse en un fracaso comercial de órdago. Pero para Sigue Sigue Sputnik esa excentricidad era una virtud, no un defecto: Love Missile F1-11, el temazo por excelencia de la banda más cyberpunk, cumple hoy treinta añazos como treinta explosiones nucleares, y en CANINO no nos resistimos a celebrarlo. Al grito de «Shoot It Up!», como está mandado.
https://www.youtube.com/watch?v=pk30a0qsVIk
¿Qué podemos contar sobre el grupo de Tony James, y sobre Love Missile F1-11? Pues un montón de cosas. Como, por ejemplo, que Sigue Sigue Sputnik nacieron como un montaje con el que James, ex bajista de Generation X (el grupo de Billy Idol) aspiraba a aprovechar la fiebre por lo visual que presidió la década de los 80. Con un cantante de estética incalificable (Martin Degville), un guitarrista virtuoso (Neal X), dos bateristas (Ray Mayhew y Chris Kavannagh) y una teclista que tocaba poco, pero que lucía mucho en los vídeos (Miss Yana YaYa), la banda reunió un montón de cacharrería electrónica con el apoyo de Mick Jones (The Clash) y se lanzó a conquistar el mundo. Una vez captada la atención de los medios, básicamente por sus pintas embutidas en cuero y bañadas en laca, Sigue Sigue se agenciaron al entonces denostado y hoy admirado Giorgio Moroder para que produjera esta barrabasada de rock futurista, tan inspirado en Donna Summer como en Suicide y Gene Vincent.
https://www.youtube.com/watch?v=KyVACK352UI
Odiados a muerte por los críticos y detestados por los rockeros más ortodoxos, Sigue Sigue Sputnik obtuvieron un megaéxito atómico con Love Missile, incluyendo un número uno en las listas españolas (qué país…) y un tercer puesto en los hit parades del Reino Unido y Alemania. La canción sirvió de adelanto para Flaunt It!, un elepé también registrado por Moroder, y se ganó un estatus aún hoy imbatible como himno de la excentricidad tecnopop: desde su aparición, se la ha escuchado en películas (Todo en un día), series de animación (South Park) y en videojuegos como Grand Theft Auto: Vice City, preferiblemente para ambientar momentos de frenesí cómico, de ultraviolencia desaforada o de ambas cosas. Desde su lanzamiento, la carrera del grupo nunca ha vuelto a ser la misma… pero dudamos que eso les importe demasiado, porque cuando David Bowie te hace objeto de una versión (grabada en las sesiones de Reality, su disco de 2003) esas cosas acaban importando bien poco.