Tan pronto como llegó, se fue. La cuarta entrega de una de las adaptaciones más exitosas y aclamadas de los personajes de sir Arthur Conan Doyle llegó a su fin el pasado domingo, dando carpetazo a una temporada extremadamente irregular, pero en cierto modo coherente con la transformación gradual que ha venido sufriendo el show desarrollado por Steven Moffat y Mark Gattis.
Steven Moffat y Mark Gatiss, los responsables de Sherlock, han hablado: el más grande detective de la historia (versión Benedict Cumberbatch) y su fiel Watson (versión Martin Freeman) nunca irán más allá de la simple amistad en la serie de la BBC.
Los seguidores del mayor detective de todos los tiempos (versión Benedict Cumberbatch) no se verán decepcionados por el esperadísimo especial victoriano de ‘Sherlock’: ‘The Abominable Bride’ no se conforma con ser sólo un caramelo vintage, sino que profundiza en los temas básicos de la serie.
Benedict Cumberbatch con gorra, Martin Freeman con bigotón y un espectro (la «Novia Abominable» del título) con escopeta: el especial victoriano de Sherlock sigue ofreciendo indicios suculentos de que va a molar mucho.
¿Es la mujer de Watson una asesina? Una teoría de fans sobre el mejor detective del mundo (versión Benedict Cumberbatch) resucita mediante un libro de merchandising.
El actor de Sherlock hace un pronunciamiento político sobre la crisis de los refugiados sirios tras interpretar Hamlet en el Barbican Centre. Primero leyó un poema, después se ciscó en el gobierno británico, y terminó dejando las cosas claritas.