Generalmente, uno escucha la música en casa. Pero ¿y las canciones que hablan sobre casas? Aquí tienes nuestras favoritas, amplias, soleadas y para entrar a vivir.
- Música
- septiembre 24, 2018
Generalmente, uno escucha la música en casa. Pero ¿y las canciones que hablan sobre casas? Aquí tienes nuestras favoritas, amplias, soleadas y para entrar a vivir.
De lo industrial a lo rockero, del lado pop al neofolk: todos los matices (musicales) del negro en una playlist que huele a encaje, pachulí, cuerette, laca y catacumba.
Al calor de la primavera tardía, la playlist de Canino está hasta los topes de moscas, arañas, termitas, escarabajos y escolopendras varias. En este terrario sonoro tampoco faltan las mariposas ni las arañas (aunque sean artrópodos).
Con minutos por delante, cualquiera puede sonar épico. Desde lo progresivo a lo electrónico, pasando por lo nuevaolero y por el rock rabioso, todos estos temazos están decididos a hacer astillas el reloj.
Pocas bandas tocan tres horas sin apenas despeinarse y mucho menos habiendo pasado la cincuentena como Robert Smith, icono indiscutible de lo que hoy llamaríamos siniestreo. Sin demasiados ornamentos visuales, con una espiral concéntrica en negro sobre un fondo blanco como pistas de lo que sería el concierto, empezaba a tocar The Cure.
¿El mejor lugar posible, o el peor? ¿Un espacio para la felicidad extática, o un coñazo aún peor que las calderas de Satán? Cuando nuestros músicos favoritos juegan con la idea del cielo y de la gloria eterna, los resultados pueden llevarte a las nubes… o sepultarte bajo la tierra.
Si toda película debe comenzar con una escena apabullante, un gran disco no es nada si no nos revienta los tímpanos con un primer tema para el recuerdo. Reuniendo los comienzos de nuestros álbumes favoritos, hemos creado la mejor playlist posible para empezar la semana.
¿Qué ocurre cuando conviertes las canciones de Robert Smith en portadas de cómics de terror? Eso os mostramos en esta galería de hipotéticos tebeos ilustrados por el artista brasileño Butcher Billy.
Todos tenemos un disco que hemos odiado durante décadas para después escucharlo en un día tonto y darnos cabezazos con la pared por no haberlo descubierto antes. La redacción de Canino abre, como cada miércoles, su armario de pecados inconfesables y desempolva los discos que adoramos-aunque-no-fue-siempre-así.